19 años comprometidos con la educación

América - Personajes Famosos

América - Personajes Famosos

Militar y político paraguayo. Hijo de un inmigrante alemán, estudió en el Colegio Militar de Asunción, y a los veinte años se alistó en el ejército paraguayo, donde realizó una brillante carrera que le permitió ascender rápidamente, hasta llegar a ocupar el cargo de comandante en jefe militar en 1951.
Tres años después, participó en una acción militar que depuso al presidente Chávez, y asumió la presidencia tras convocar unas elecciones en las que era el único candidato. Durante su mandato intentó eliminar la pobreza rural y obrera, sin dejar de apoyar, al mismo tiempo, los intereses de los terratenientes y de los grandes empresarios; logró estabilizar la moneda, moderar la inflación, crear nuevas escuelas y carreteras e instaurar una sanidad pública. Por otra parte, dedicó casi la mitad del presupuesto del país para formar un cuerpo militar, que se reveló indispensable para poder mantener su autoridad.
Durante su presidencia, Paraguay participó en la construcción de la presa de Itaipú situada en la frontera con Brasil. Sus seguidores, pertenecientes al partido Colorado, dirigían el Congreso de los Diputados, lo que les permitió modificar en dos ocasiones la Constitución para legitimizar las elecciones que dieron el poder a Stroessner en seis legislaturas consecutivas.

Benito Juárez nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca el 21 de Marzo de 1806; creció dentro de una comunidad indígena por lo que parte de su niñez habló zapoteco. Ingresó al Seminario de Santa Cruz ya que era el único lugar donde se podía estudiar la secundaria en Oaxaca. Continuó sus estudios ingresando al Instituto de Ciencias y Artes donde cursó la carrera de Derecho. Durante un tiempo se dedicó a su profesión, más tarde en 1831 fue regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en 1831 y diputado local en 1833.
Juárez fue electo diputado federal en el tiempo en que fue derrotado de la presidencia el general Paredes Arrillaga, y le tocó aprobar el préstamo que Gómez Farías había solicitado a la Iglesia para financiar la guerra contra Estados Unidos de América (1847).
Fue Gobernador de Oaxaca en 1847, durante su gobernatura procuró el desarrollo del estado, entre sus logros están: el equilibrio económico, la realización de obras públicas como caminos, escuelas. También durante este cargo Juárez no permitió a Santa Anna (quien estuvo en la presidencia y se caracterizó por su gran ambición) la entrada al estado, ya que este venía huyendo de la capital.
Pero al volver Santa Anna al poder e imponer una dictadura, Juárez, fue desterrado al igual que otros liberales. Juárez marchó a Nueva Orleans donde permaneció un tiempo.
El 1º de marzo de 1854, el coronel Florencio Villarreal hizo un llamado para terminar con la dictadura, mediante la promulgación del Plan de Ayutla, en cuya formulación participaron figuras como Juan Álvarez, Ignacio Comonfort, Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Tomás Moreno y Rafael Benavides.
El documento señalaba la destitución del dictador y la designación de un presidente interino que convocara a un Congreso Extraordinario, el cual tendría el carácter de Constituyente, para organizar al país como República representativa y popular, creando una ley fundamental adecuada a las necesidades y características de la Nación.
Al caer Santa Anna, Juan Álvarez llegó a la presidencia y nombró a Juárez Ministro de Justicia e Instrucción Pública (1855). En este cargo Juárez expidió La Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios llamada también “Ley Juárez”, con esta ley se abolieron los fueros, privilegios que tenían los militares, y el fue nombrado gobernador de Oaxaca, convocó después a elecciones; y como resultado de ellas, fue reelecto.
En 1857 el grupo político de los conservadores encabezado por Félix Zuloaga, al ver afectados sus intereses con la Constitución de 1857 decide hacer el Plan de Tacubaya donde se desconocía la Constitución de 1857, Comonfort quien estaba al mando de la Presidencia decide unirse a los conservadores. Ya que Juárez no estaba de acuerdo con el golpe de Estado, fue encarcelado; estos hechos desataron la Guerra de Reforma, durante la cual se enfrentaron los liberales a favor de la Constitución apoyados por Benito Juárez contra los conservadores.
Pronto Comonfort se quedó solo, tuvo que liberar a Juárez y otros liberales, más tarde renunció a la presidencia y marchó a Estados Unidos. Entonces Juárez lanzó un manifiesto donde declaró que asumía el poder de acuerdo con la Constitución. Sin embargo las luchas entre liberales y conservadores continuaban.

Benito Juárez y la Guerra de Reforma

En 1856 el gobierno del presidente Ignacio Comonfort dictó en 1856 las leyes de reforma que dieron cauce a la promulgación de la Constitución de 1857 y que eran las siguientes:
1. El 26 de abril la que suprimía la coacción civil para el cumplimiento de los votos monásticos. 2. En el mes de mayo el Estatuto Orgánico que debía regir al país provisionalmente mientras el Congreso concluía la constitución definitiva. 3. El 5 de junio la que extinguía la Compañía de Jesús. 4. El 25 de junio la más importante, llamada Ley Lerdo, inspirada por el ministro Miguel Lerdo de Tejada, para desamortizar los bienes de las corporaciones civiles y eclesiásticas. Por esta ley el clero no perdía sus bienes, pues solo se le obligaba a venderlos a sus arrendatarios, considerando que la circulación de esa riqueza beneficiaría a la industría y al gobierno.
En 1857, la situación llegó a ser delicada, tanto que este primer Congreso Constitucional, que había elegido a Ignacio Comonfort presidente de la República y a Benito Juárez presidente de la Suprema Corte de Justicia, confirió al Ejecutivo facultades extraordinarias para gobernar. El tenor de los hechos impidió incluso que se respetaran los artículos constitucionales relativos a las garantías individuales en tanto continuara la inestabilidad, la cual más que disminuir aumentó en una de las guerras más cruentas del país.
La constitución de 1857, a pesar de su moderación, causó gran revuelo entre los conservadores y las clases tradicionales, ante lo cual el presidente Ignacio Comonfort aceptó el Plan de Tacubaya (diciembre 1857), el cual estipulaba que cesaba de regir la Constitución y que el propio Ignacio Comonfort seguiría al frente del Ejecutivo, en otras palabras que haría lo que él quisiera (como innumerables líderes de las naciones han hecho a lo largo de la historia) gobernando con amplias facultades; convocaba a un congreso extraordinario que redactaría una nueva constitución de acuerdo con la voluntad nacional, cesando entre tanto a todas aquellas autoridades que no secundasen este plan.
De esta manera el 17 de Diciembre, el general Féliz Zuloaga, de acuerdo con Ignacio Comonfort, mandó a aprehender a Juárez, gran impulsor de la constitución de 1857 y el 11 de Enero de 1858 los conservadores depusieron a Ignacio Comonfort, quien previamente había liberado a Benito Juárez y éste de acuerdo con la Constitución, al faltar el Presidente de la República, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que era el mismo Benito Juárez, asumió la presidencia del país. Pero, los conservadores no acataron el mandato constitucional y por su cuenta nombraron como presidente a Zuloaga y se apoderaron de la capital. Esto provocó que hubiera dos presidentes, y que estallara la Guerra de Tres Años (1858-1861), o Guerra de Reforma, entre liberales y conservadores.
Al principio las victorias fueron de los conservadores. Benito Juárez tuvo que trasladar su gobierno a Guanajuato y a Guadalajara, ciudad en la que estuvo a punto de morir a manos de la guarda de Palacio, atentado que logró impedir, con singular valentía, Guillermo Prieto. Benito Juárez salió del país por Manzanillo, pasó por Panamá para ir a La Habana y Nueva Orleáns, regresó por Veracruz y allí con cierto apoyo de Estados Unidos (quienes reconocieron a Benito Juárez como el presidente legítimo de México) instaló su gobierno y promulgó las Leyes de Reforma, cuyo propósito esencial fue separar la Iglesia y el Estado. En adelante, la Iglesia no debería tomar parte en los asuntos del Estado a lo cual se le llamó Movimiento de Reforma.

Benito Juárez y el origen de la guerra de la intervención tripartita

Estas medidas proporcionaron a Benito Juárez gran apoyo popular; dueño de una de las principales fuentes de riqueza del país (las aduanas de Veracruz), y apoyado por los estadounidenses, desató una guerra sin cuartel, y tras la derrota de los conservadores en San Miguel de Calpulálpam (22 diciembre de 1860) entró en la capital mexicana en enero de 1861. Después de su victoria, Benito Juárez se enfrentó a una difícil situación financiera, por lo cual decidió suspender durante dos años el pago de la deuda exterior (julio 1861), lo cual motivó la llamada guerra de la intervención tripartita en México por los países acreedores (Gran Bretaña, Francia y España), cuya alianza sería rota por Gran Bretaña y España al notarse las intensiones de conquista de Francia.

La invasión Francesa y la Batalla de Puebla

El canciller mexicano Manuel Doblado, mediante hábiles pláticas logró que los ingleses y españoles desistieran y se retiraran. Sin embargo, los franceses enviaron una armada al mando del general Almonte. El conde Laurencez creía fácil vencer al ejército mexicano de Benito Juárez, por lo que, el 5 de Mayo de 1862 súbitamente asaltó a los fuertes de Loreto y Guadalupe, que defendían la ciudad de Puebla. El general Ignacio Zaragoza, al mando del ejército mexicano compuesto de 4800 hombres, se fortificó en la ciudad de Puebla para frenar al ejército francés, en ese entonces el mejor del mundo, que fue rechazado con grandes pérdidas al intentar repetidas veces tomar las fortificaciones imprudentemente jactándose de su superioridad militar, teniendo al fin que abandonar el campo y retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana.
La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país; sin embargo, si militarmente la batalla del 5 de mayo no detuvo el avance del ejercito francés; moralmente levantó a la República del concepto de desánimo y cobardía en que sus enemigos la suponían hundida.
La injusta intervención francesa despertó grandes simpatías por la nación mexicana en toda América y en los sectores liberales europeos; la prensa española, inglesa y francesa censuraba a Napoleón III y abogaba por el retiro de las tropas invasoras.
Sin embargo, en 1863 la ciudad cayó tras 72 días de asedio, y Juárez se vio obligado a retirarse a San Luis Potosí y de allí a Paso del Norte, en la frontera con EE.UU. Juárez volvió a encarnar la resistencia liberal, esta vez, además, contra un invasor extranjero que con el apoyo de los conservadores había entronizado al emperador Maximiliano.

La resistencia liberal de Benito Juárez

Benito Juárez mantuvo la presidencia y organizó como pudo la ofensiva desde el norte. Poco a poco las guerrillas fueron debilitando al ejército invasor y los problemas europeos y la protesta norteamericana obligaron a Napoleón III a retirar sus tropas de México, Maximiliano no pudo resistir y sitiado en Querétaro fue aprisionado y fusilado en 1867. De inmediato, Benito Juárez, sofocó las rebeliones en Yucatán y el estado de México, y emprendió una gran obra educativa y de desarrollo económico.
Pero su decisión de prorrogar indefinidamente su mandato como presidente de la República fue un golpe de fuerza que empezó a crearle enemigos en el seno del partido liberal. Tras derrotar a las fuerzas de Maximiliano, que fue fusilado (19 junio 1867), Benito Juárez emprendió la tarea de reorganizar el Estado mexicano. Para ello redujo el ejército liberal, licenció al conservador y convocó nuevas elecciones generales (agosto 1867).

Benito Juárez en sus últimos años

Sin embargo, Benito Juárez proyectó una reforma constitucional, por el cual se preveía el fortalecimiento del ejecutivo frente a las atribuciones del Parlamento y de los gobiernos locales, provocó gran agitación en los medios liberales que defendían la integridad de la Constitución de 1857.
Elegido presidente para el período 1867-1871, tuvo que recurrir repetidas veces a la declaración de facultades extraordinarias, lo que debilitó la vigencia efectiva de la Constitución y su propio prestigio. Como compensación, Benito Juárez delegó parte de su poder en los militares adictos, encabezados por el ministro de la Guerra, Ignacio Mejía, lo que no le preservó de constantes pronunciamientos, promovidos por los sentimientos localistas de los estados y el descontento de muchos de los caudillos militares surgidos durante el período de las dos guerras, los cuales consideraban al Gobierno de Juárez excesivamente monolítico y cerrado.
Dispuesto a presentarse a la reelección en las elecciones de 1871, se enfrentó por esta causa a Lerdo de Tejada, quien se separó del Gobierno y formó un grupo que englobó a la mayoría de los diputados en el Congreso (diciembre 1870). Reelegido Benito Juárez a pesar de la oposición de lerdístas y porfiristas, que le acusaron de fraude (junio 1867), tuvo que hacer frente sucesivamente a la revuelta de Treviño (septiembre 1871) y a la más importante de Porfirio Díaz (noviembre 1871).
Apoyado por el general Ignacio Mejía, Benito Juárez consiguió dominar los pronunciamientos, pero murió sin terminar su periodo en la ciudad de México el 18 de Julio de 1872.

Ernesto Guevara de la Serna nace el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina. A los dos años de edad sufre su primer ataque de asma y a partir entonces sufrió de ese mal durante toda su vida. La familia se muda en 1932 a la ciudad de Alta Gracia (Córdoba) por recomendación médica, pero su salud no mejoró. Su educación primaria la hizo en su hogar, principalmente por su madre, Celia de la Serna. El se convirtió en un voraz lector de Marx, Engels y Freud que estaban todos disponibles en la biblioteca de su padre.
Es probable que haya leído algunos de sus trabajos antes de ir a la escuela secundaria (1941), el Colegio Nacional Deán Funes, Córdoba donde el fue bueno solo en literatura y deportes. En su casa el estaba impresionado por los refugiados de la Guerra Civil Española y por la larga serie de crisis políticas en Argentina que culminaron en la dictadura de Juan Perón, a la cual los Guevara de la Serna estuvieron opuesto. Esos eventos e influencias produjeron en el joven Guevara un rechazo a la pantomima de la democracia parlamentaria y partidista, al ejército, a la oligarquía capitalista, y sobre todo al imperialismo norteamericano.
Aunque sus padres, notablemente su madre, fueron activistas anti-peronistas, el no tomo parte movimientos revolucionarios estudiantiles y mostró poco interés en la política en la Universidad de Buenos Aires (1947) donde el estudió medicina, primero con la intención de entender sus propias enfermedades y luego interesado en la lepra. Ya a temprana edad Ernestito comienza a sufrir asma determinando que su infancia transcurriese en Alta Gracia, Córdoba, sitio que lo marcaría a fuego para el resto de su vida. Inolvidable sería la experiencia de compartir sus días con la miseria de sus compañeros de niñez y la explotación a la los padres de éstos eran sometidos por los empresarios. A los cinco años, en la provincia de Córdoba, escribía y empieza a explorar las clásicas novelas de aventuras.
La educación primaria la obtuvo en el hogar, a cargo de su madre. La escuela media la realizó en el Colegio Nacional Deán Funes, en la provincia norteña. Poco a poco se torna voraz lector de Marx y Engels, el relativismo físico Einsteiniano y el relativismo moral de Freud moldean su personalidad.
No es aceptado en el servicio militar por sus padecimientos asmáticos. Trabaja como enfermero en buques mercantes y petroleros con los que comienza a conocer latinoamérica. A los 19 años y con el marco del peronismo y la guerra civil española ingresa a la Universidad de Buenos Aires, de donde egresa como médico con orientación hacia la dermatología en 1953, seis años después. Sus estudios estaban signados por las incógnitas de su propia enfermedad. Se muestra sumamente interesado por la lepra y otras enfermedades similares.
En ese periodo alterna los libros con los viajes; a poco de ingresar a la Facultad realiza un recorrido en bicicleta por el Norte argentino y en 1951 el famoso derrotero en su Norton 500 cm3 por el sur argentino, Chile, Perú, Colombia, Venezuela y Miami, pasando por el leprosario de San Pablo, Brasil. Este viaje ha quedado documentado en sus anotaciones personales, fuente de inspiración para la exitosa película “Diarios de motocicleta. En julio de 1955 conoce a Fidel Castro y se enlista como médico de la futura expedición del Granma. El 25 de noviembre de 1956 los combatientes revolucionarios parten del puerto de Tuxpan con rumbo a Cuba. El desembarco se produce el 2 de diciembre y los rebeldes son sorprendidos pocos días después en Alegría de Pío por el ejército de Batista.
El 17 de enero de 1957 participa en el primer combate victorioso de los rebeldes en La Plata. El 28 de mayo se obtiene una importante victoria en el ataque al cuartel del Uvero. Según el Che, este combate marca la mayoría de edad del Ejército Rebelde. El 5 de junio, es nombrado jefe de la cuarta columna rebelde (en realidad, la segunda). Entre julio y diciembre fija su campamento en la zona de El Hombrito. Ahí instala una escuela, una fábrica de zapatos, una talabartería, una armería, una hojalatería, una herrería y un horno para hacer pan.
El 21 de agosto de 1958, el Che recibe la orden de marchar con destino a la provincia de Las Villas para ponerse al frente de las unidades del Movimiento 26 de julio que operaban en esa zona. La columna invasora 8 “Ciro Redondo” parte el 31 de agosto desde El Jíbaro. El 8 de septiembre llega a Camagüey. El 15 de octubre, después de recorrer más de 500 Km, llega a la sierra de El Escambray.
El Che instala su comandancia en Caballete de Casa El 28 de diciembre, como parte de la ofensiva final del Ejército Rebelde, inicia el ataque a la ciudad de Santa Clara. El 31 de diciembre se consuma la toma de la ciudad y el triunfo de la Revolución. El 2 de enero de 1959 se traslada a La Habana. El 7 de febrero es declarado ciudadano cubano por nacimiento. Se nacionaliza cubano el 9 de febrero de 1960 aunque él manifiesta sentirse ciudadano latinoamericano.
Dirigió el Instituto Nacional de Reforma Agraria, fue presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias (que solo funcionó mientras él estuvo frente de la cartera), y lo mostró como un hombre progresista tratando de instalar sistemas de calidad total en la industria cubana. Viaja por el sudeste asiático y la ex URSS, con quien establece negocios para contrarrestar el bloqueo norteamericano. Viaja al Congo, conoce a Kinshasa y presta ayuda junto a una centena de cubanos (“La Base”) para liberarse de la opresión belga. La misión duró siete meses con resultado negativo.
Renunciando a todo en Cuba, parte hacia Bolivia con el nombre de Adolfo M. González y pasaporte uruguayo. Se incorpora en la guerrilla para ayudar al campesinado contra el gobierno militar. Es capturado y fusilado el 9 de octubre de 1967. Sus restos descansan en Santa Clara, Cuba..

Diario de Motocicleta
En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje duró nueve meses y luego de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el bello Lago Esmeralda. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde dejaron la moto definitivamente averiada. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al Lago Titicaca.
En abril llegaron al Cusco, la antigua capital de Imperio Inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron el leprosario de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico “Hugo Pesce”, conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que influiría decisivamente en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. De allí se dirigieron a Pucallpa donde se embarcaron hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosario de San Pablo a las orilla del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa llamada “Mambo-Tango” para continuar su viaje navegando el río aguas abajo.
En la balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde se desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan de Dios. En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados.
En colectivo se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosario por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante.
El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires.

18 de agosto de 1961: La entrevista de Frondizi con el “Che” Guevara
De Don Torcuato a Olivos sólo hay media hora de trayecto en automóvil. Esos fueron los primeros minutos del viaje relámpago que protagonizó Ernesto “Che” Guevara, ya ministro de Industria de Cuba, a la Argentina, la última vez que el líder de la revolución cubana pisó su país de nacimiento.
En la quinta de Olivos lo esperaba el presidente constitucional, Arturo Frondizi, quien mantenía una buena relación con el “Che” y por pedido del mandatario de Estados UnidosJohn F. Kennedy, intentó interceder para evitar en ese año 1961, que la revolución de Cuba fuera captada por la Unión Soviética.
El viaje que sólo duró tres horas y media fue realizado en el mayor de los secretos de Estado para evitar un posible atentado a la vida del “Che” por parte de los servicios secretos de Estados Unidos y de las fuerzas armadas de la Argentina.
Según una recopilación que realizó el portal adnnoticias de la Zona Norte, la última mirada sobre la Argentina, el mítico “Che” Guevara lo hizo exclusivamente en esa región metropolitana del Gran Buenos Aires. El acuerdo para la visita de Guevara a la quinta de Olivos para hablar con Frondizi se pactó en Punta del este, donde ambos estuvieron días antes participando de una asamblea internacional económica de países del continente. La situación internacional ya era difícil, Estados Unidos había fracasado en el intento de invasión a la isla, y Cuba apuntaba sus contactos políticos hacía la URSS en la búsqueda del respaldo ante la agresión de la potencia vecina.
Según relató años después el ex presidente Frondizi, el entonces mandatario, cuando tuvo la confirmación que Guevara viajaría a Buenos Aires, llamó personalmente a la Casa Militar y le pidió a dos oficiales “absoluta reserva” por un viajero que llegaría la aeródromo de Don Torcuato y que lo “cuidaran con su vida”.
En ese momento no les adelantó quien sería el viajero pero les anticipó “que apenas lo vean sabrán de quien se trata”, y acto seguido, el presidente les pidió que lo llevaran “rápidamente a la quinta de Olivos”. El 18 de agosto de 1961, desde Punta del Este partió Guevara en un endeble avión Pipper acompañado de el ex diputado Jorge Carrettoni, un hombre clave en el Consejo Federal de Inversiones, amigo de Frondizi, y fue la supuesta carta de seguridad que tomó el “Che” para hacer el viaje.
El avión llegó a Don Torcuato a las 10:20 y los dos militares se cuadraron ante Carrettoni y le dijeron que los iban a cuidar “con su vida”, pero grande fue la sorpresa cuando el ex legislador habilitó el descenso del visitante. Los dos militares quedaron descolocados al reconocer al “Che” medio dormido con su traje de fajina verde y mirando con felicidad el horizonte de su país natal.
Los dos vehículos partieron rápido hacia Olivos, yendo por la ruta 2002 y luego la flamante Panamericana, para bajar por San Lorenzo y llegar a la Quinta presidencial. La reunión duró casi 90 minutos y poco se pudo resolver, sólo que según cuentan los historiadores, el “Che” agradeció las “buenas intenciones” de Frondizi. Según cuenta el libro biográfico “El Che Guevara”, de Hugo Gambini, el revolucionario se quedó solo en la quinta, almorzó un sabroso churrasco “bien jugoso” con ensalada, y luego partió tan veloz como llegó. Frondizi ya estaba en la Casa de Gobierno intentando explicar a los militares sobre esta visita fugaz del “Che”, que ya había trascendido y despertó la ambición de grandeza de las fuerzas de seguridad que salieron en su búsqueda para asesinarlo.
El “Che” partió de la quinta pasado el mediodía, recorrió casi el mismo camino y al pasar por las cercanías del club de rugby, San Isidro Club, preguntó, según Gambini, “cómo iba el SIC”, en una demostración del fanatismo que tenía por el deporte que practicó en su juventud. Guevara fue socio del SIC y jugó allí durante tres años hasta alcanzar la reserva, y una de sus últimas miradas sobre su pasado entrañable fue observar la sede del club de sus amores que pasó fugaz ante sus ojos. Detrás, no muy lejos, avanzaban a toda velocidad los sicarios que equivocaron el camino y llegaron tarde a Don Torcuato. El avión con “El Che” ya volaba de regreso a Uruguay. La última visita era historia.
Luego de sellar un decisivo pacto con Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi triunfó en las elecciones presidenciales del 23 de febrero de 1958. Durante su gestión, el presidente radical se propuso promover el desarrollo de las industrias básicas -siderurgia, petróleo y maquinarias- recurriendo a la inversión extranjera. Luego obtuvo un crédito del Fondo Monetario Internacional, condicionado al aumento de tarifas, del precio del petróleo y al despido de empleados públicos, lo que le valió la ruptura de la alianza con Perón.
En política exterior, el líder radical se opuso a la exclusión de Cuba del sistema interamericano e, intentando oficiar de mediador entre Estados Unidos y el bloque socialista, el 18 agosto de 1961, se entrevistó con Ernesto “Che” Guevara, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Tras la reunión, debió afrontar un planteo militar, evidencia del malestar que existía en las Fuerzas Armadas. Pocos meses más tarde, el 29 de marzo de 1962 Frondizi sería derrocado. A continuación, transcribimos el testimonio del ex presidente radical sobre la entrevista con el “Che.

La muerte del Che

“Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.” Citó a José Martí en el único acápite de “Crear dos, tres…, muchos Vietnam es la consigna”, que terminó de escribir en la selva boliviana. A eso había ido el Che a Bolivia, a esparcir la revolución socialista y la utopía de una América latina alzada en armas.
Su ideal terminó el 9 de octubre de 1967, cuando fue ejecutado en una escuelita de La Higuera, un caserío cercano al lugar donde el día anterior había sido atrapado por el ejército. Por entonces, la tropa de guerrilleros que comandaba estaba diezmada. Quedaban menos de veinte hombres frente a enemigos que incluían tropas del ejército boliviano, una élite de soldados también bolivianos entrenados por los Estados Unidos (los rangers) y la CIA norteamericana.
Al mediodía del 8 de octubre, una columna de rangers al mando del capitán Gary Prado Salmón se topó con Guevara y sus hombres, que los estaban esperando. Se habla de un combate que duró entre tres y seis horas. Hasta que dieron con el Che, que estaba herido en un brazo y una pierna. Se dice que al verse sin salida, fue él mismo el que le anunció a Gary Prado que acababa de atrapar al Che.
El gobierno boliviano primero dijo que Guevara había muerto por las heridas que sufrió en el tiroteo. La verdad sobre su ejecución se supo enseguida. Las investigaciones demostraron que la orden bajó del propio presidente de Bolivia, el general René Barrientos. Lo hizo después de una reunión con los más altos jefes de su ejército. Un suboficial de poca monta, el sargento Mario Terán, fue el verdugo del Che. Lo ametralló en la escuela donde estaba detenido, y el cadáver fue después exhibido en el lavadero del hospital de Vallegrande, un poblado más importante próximo a La Higuera. Tenía siete heridas de bala. Una le había atravesado la garganta y otra el pulmón y el corazón.
Guevara había llegado a Bolivia en el invierno de 1966. Entró con falso pasaporte uruguayo a nombre de Adolfo Mena González. La foto del documento lo mostraba pelado, afeitado, algo canoso y con anteojos de grueso armazón negro, a tono con el funcionario de la OEA que fingió ser. Después de engañar a los agentes de inmigraciones se reunió con los hermanos Guido (Inti) y Roberto (Coco) Peredo, dos bolivianos que cuatro años antes, en La Habana, le habían presentado un plan para la lucha armada en su país. La zona del cañón de Ñancahuazú ya estaba pertrechada para iniciar la guerrilla. Su nuevo nombre fue comandante Ramón. Con él pelearon guerrilleros de Cuba, Bolivia y Perú. Todo terminaría once meses después, con los disparos finales de Terán.
Ernesto Rafael Guevara de la Serna había nacido en Rosario el 14 de junio de 1928. Con el asma que lo hostigó duro hasta su penúltimo día, vivió 39 años que le bastaron para transformarse en una figura histórica. Antes de ser protagonista junto a los hermanos Fidel y Raúl Castro del triunfo de la Revolución Cubana que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista, había hecho dos grandes viajes por América latina.
En 1951, con su amigo Alberto Granados, anduvo por Chile y Bolivia y trabajó en leprosarios de Perú y Venezuela. A comienzos del invierno de 1953, con su flamante diploma de médico, inició el camino que desembocó, dos años más tarde, en el encuentro en México con los hermanos Castro. Guatemala fue una escala clave. Allí participó activamente en la defensa del gobierno democrático de Jacobo Arbenz, antes de que fuera derrocado por Castillo de Armas y una nueva dictadura militar se instalara en la región. De ahí se fue a México, y el 25 de noviembre de 1956 zarpó en el Granma hacia Cuba con 82 guerrilleros.
La victoria lo proyectó al mundo. Se entrevistó con Nasser en la República Arabe Unida, con Nehru en la India, con Tito en Yugoslavia, con Mao Tsé Tung en China y con Kruschev en la Unión Soviética. Tuvo también reuniones secretas con Arturo Frondizi en la Argentina y con Janio Quadros en Brasil, los dos derrocados poco después por golpes militares. En Cuba, la burocracia le reservó dos cargos: ministro de Industria y presidente del Banco Nacional.
Se tejieron y se seguirán tejiendo las más diversas conjeturas acerca de las diferencias entre el Che y Fidel sobre la dirección que debía tomar la revolución. Lo objetivo es que Guevara abandonó el gobierno y la política para volver a la lucha armada.
Su esqueleto fue desenterrado 30 años después. Estaba en una fosa común, a un costado de la pista de aterrizaje de Vallegrande. Desde el 17 de octubre de 1997 está sepultado en Santa Clara, la ciudad que tomó en la Navidad del 58 y que fue la victoria que precipitó la caída de Batista. El cadáver fue recibido en Cuba por los mismos hombres que ayudó a llegar al poder.
El contexto de América latina no había cambiado. Los gobiernos militares dieron paso a democracias que todavía no resolvieron los males de la región: la pobreza creciente y la injusticia social. Ernesto Guevara regresó a la isla ya transformado en un hombre insoslayable de la historia. Las razones del enorme crecimiento de su figura son parte de un debate que no se agota. Texto extraido de Daniel Leyba

Político cubano de 79 años de edad, quien se ha mantenido en el poder de su país durante más de 45 años. Inició unas de las revoluciones más imponentes de Latinoamérica, la cubana. Ésta se ha convertido en un icono de muchos jóvenes del mundo, en principio, de los de países del tercer mundo, que están en contra del imperialismo yanqui. Aún en el poder da batalla porque, como afirma el dicho, lo que no mata hace más fuerte.
Pocas vidas son tan atrayentes en el mundo político. Y Fidel Castro despierta un masivo interés, tanto por quienes lo idolatran como por aquellos que desean verlo derrocado. Es, sin duda, uno de los hombres que con más fuerza ha hecho frente a uno de los países más poderosos del mundo, Estados Unidos. Se ha mantenido en el poder, hasta el día de hoy, por más de 45 años. Hombre que además se destaca en el mundo por su militancia izquierdista, su capacidad de oratoria y sus dotes de mando. Con estas cualidades le hace frente a uno de las potencias mundiales en una lucha que quién sabe cuándo acabará.
Nacido en Biran, Mayarí, en 1926 es hijo de ángel, un inmigrante español que se ha dedicado a la producción azucarera, y de Lina, quien era de ascendencia canaria. Se educó en Santiago de Cuba y en La Habana. En 1950 obtuvo los títulos de Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático en la universidad de esta última ciudad.
En 1948 se casó con Mirta Díaz Balart y en 1954 se divorció. Con ella tuvo un hijo, Fidel Castro Díaz Balart, nacido en 1949. Actualmente es Dalia Soto del Valle su mujer. De igual manera, es un hombre que ha tenido varios romances pasajeros a lo largo de su vida. partir de 1945 se vinculó activamente a las luchas políticas estudiantiles en la Universidad de La Habana. En 1947 formó parte de la expedición organizada para luchar contra la tiranía trujillista en República Dominicana. Participó junto al pueblo colombiano en la insurrección popular de abril de 1948 en Bogotá.
En 1950 obtuvo los títulos de Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático. Fue fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). A partir de 1948, denunció enérgicamente la corrupción, el abandono oficial y el gangsterismo prevalecientes en el país. Tras el golpe de Estado de 1952, organizó y entrenó un grupo de jóvenes al frente de los cuales asaltó el 26 de julio de 1953 los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo. Sufrió prisión durante 22 meses, y poco después de su excarcelación, como resultado de una fuerte presión popular, fundó el Movimiento 26 de Julio.
Sus inicios en la política, a partir de 1945 comenzaron a vincularse de forma activa en las luchas políticas estudiantiles en la Universidad de La Habana. En 1947 formó parte de la expedición organizada para luchar contra la tiranía trujillista en la República Dominicana, y participó junto al pueblo colombiano en la insurrección popular de abril de 1948 en Bogotá.
Fue fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). A partir de 1948, denunció la corrupción, el abandono oficial y el gangsterismo prevalecientes en el país. Tras el golpe de Estado de 1952, organizó y entrenó un grupo de jóvenes con quienes asaltó, en 1953, los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, con la idea de expulsar del poder al dictador Fulgencio Batista. Esta acción no tuvo éxito, por lo que fue detenido y encarcelado. Dos años más tarde fue amnistiado y se exilió a México donde creó, junto al argentino Ernesto Che Guevara, el Movimiento 26 de julio, que continuó con las acciones de subversión y proselitismo.
Las ideas castristas se fueron extendiendo y ganando adeptos de forma paulatina en el ambiente estudiantil, lo que le permitió, con apoyo del Partido Popular Socialista, realizar una marcha en La Habana para desalojar a Batista del poder. Con este acto, que se realizó en diciembre de 1958, comenzó la revolución Cubana, lo que logró acabar con la dictadura de Batista el 1º de enero de 1959, quedando de esta manera Castro en el poder. En ese entonces asumió las funciones de Comandante en Jefe de las fuerzas armadas, y el 13 de febrero de 1959 fue nombrado Primer Ministro del Gobierno Revolucionario.
Tanto en los casos de agresiones militares procedentes del exterior como en las actividades de bandas contrarrevolucionarias dentro del país -en especial la invasión organizada por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos llevada a cabo en Playa Girón en abril de 1961- Fidel Castro dirigió y participó en cada acción de defensa del país y de la Revolución.
El 16 de abril de 1961, en nombre del poder revolucionario, proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana. Ocupó el cargo de Secretario General de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y el de Secretario General del Partido Unido de la Revolución Socialista. En octubre de 1965 se constituyó el Comité Central del Partido Comunista de Cuba y desde entonces ocupó el cargo de Primer Secretario, en el que ha sido ratificado por los cuatro Congresos del Partido. Ha sido, además, elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en sus sucesivos períodos de sesiones desde su creación en 1976, y desde entonces ha sido ratificado por la Asamblea en los cargos de Presidente del Consejo de Estado y Presidente del Consejo de Ministros.
Su ideología izquierdista le llevó a participar en actividades revolucionarias desde muy joven, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947). Desde 1949 militó en el Partido del Pueblo Cubano.
Exiliado en México, en 1952 inició su actividad revolucionaria contra la dictadura del general Batista, que había entregado al país en manos de los intereses norteamericanos. Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, que se saldó con un fracaso (1953); fracaso militar, pues el cuartel no fue tomado ni provocó la esperada insurrección popular, pero no fracaso político, puesto que aquel acto dio una gran popularidad a sus protagonistas, acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político («La Historia me absolverá»).
Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, de los que sólo cumplió dos -en la isla de Pinos- merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió entonces a México, desde donde preparó un segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una guerrilla rural, en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra Maestra, en el Oriente de Cuba.
Desembarcó allí a finales de 1956 con un contingente de sólo 80 hombres (el «Grupo 26 de julio») a bordo del yate Gramma. Dos años después, sus bases en la Sierra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde allí Fidel Castro lanzó la ofensiva final que recorrió la isla de este a oeste, hasta entrar en La Habana en 1959, secundado por sus colaboradores Ernesto Guevara (el Che), Camilo Cienfuegos y su hermano Raúl Castro.

Estudió la carrera de comercio, primero en Baltimore, Estados Unidos; después en el Liceo de Versalles, Francia; viajó por Europa e ingresó, finalmente, a la Universidad de San Francisco, California.A los veinte años de edad se radicó en San Pedro de las Colonias, para administrar las propiedades que tenía su padre en la región de La Laguna. Se entregó plenamente a las faenas agrícolas e implantó modernos sistemas de cultivo. En 1900 publicó sobre el tema un folleto en que propuso la construcción de una represa en previsión de la sequía. Por ese folleto recibió una carta de felicitación del presidente Díaz.
Fue afecto a los estudios filosóficos y espiritistas, siendo el primer comentador mexicano del libro Baghavad Gita. Al mismo tiempo que tecnificaba la agricultura, desarrollaba una tarea social entre los campesinos: construyó habitaciones higiénicas para sus obreros; aficionado a la medicina homeopática, se dedicaba a curar a los peones.
Protegió y educó a numerosos jóvenes, a los que mandaba a estudiar a diversos lugares del país. Fundó, con su dinero, la Escuela Comercial de San Pedro; procuró fomentar la instrucción por todos los medios. Entre su familia gozaba de fama de poco práctico.En 1906 figuró como delegado por el Centro de Estudios Psicológicos de San Pedro de las Colonias en el Primer Congreso Nacional Espiritista. Fue un comentador entusiasta de El libro de los Espíritus de Allan Kardec.
Desde 1904 interviene en las cuestiones políticas de Coahuila. Se le nombra presidente de un club democrático que lucha por la gubernatura de ese Estado. Colabora en el órgano de ese centro, El Demócrata, en el que escribe artículos políticos, en los que difunde sus ideas sobre los derechos humanos, el voto, la libertad. Además, desarrolla una gran tarea proselitista entre los hacendados. Comienza a destacar en la oratoria popular.
En 1908 publica su libro “La sucesión presidencial en 1910”, en el que expone las principales cuestiones que se plantean al país. Alcanza éxito, pues está al alcance de todos. Más tarde lucha en el Partido Antirreeleccionista, que lo lanza como candidato a la Presidencia de la República. Desarrolló una valerosa campaña intensa en toda la República, que le atrajo numerosos partidarios. Cuando se declara que el presidente Díaz ha sido nuevamente reelecto, Madero se lanza a la Revolución con el Plan de San Luis, del 6 de octubre de 1910.
Se le encarceló primero en Monterrey y luego se le llevó a San Luis de donde se fugó y lanzó el plan del mismo nombre. En él excitaba al pueblo mexicano a levantarse en armas el 20 de noviembre.
Marchó a Estados Unidos y pronto la rebelión maderista comenzó a crecer; primero poco a poco, con la lucha iniciada en Puebla por Aquiles Serdán; después con gran ímpetu, con Pascual Orozco y Francisco Villa.
Madero penetró a territorio mexicano y asistió a varios combates, entre otros el de Casas Grandes, donde resultó herido. Después asistió a la toma de Ciudad Juárez, a cuya caída el gobierno de Porfirio Díaz inició negociaciones que terminaron con la renuncia del Presidente. Madero esperó el interinato de Francisco León de la Barra para lanzar nuevamente su candidatura presidencial; primero lo hizo con el doctor Vázquez Gómez contra Díaz; y luego con José María Pino Suárez, a quien auspició el propio Madero.
El triunfo fue arrollador, y el 6 de noviembre de 1911, tomó posesión como presidente de la República. Su gobierno no mostró gran solidez. Ya el interinato había minado su fuerza. Si antes de tomar la Presidencia trató de resolver el conflicto provocado por las cuestiones de tierras, al frente del cual se encontraba Zapata, pronto tuvo que luchar contra el mismo caudillo, que lanzó el Plan de Ayala.
Como algunos de los principales elementos que intervinieron en la lucha contra la dictadura no fueron compensados, apareció el descontento. Pascual Orozco se lanzó a la rebelión en 1912. La disolución que hizo del Partido Antirreeleccionista, también le atrajo adversarios. Su propio gabinete estaba integrado con elementos no adictos a la Revolución, pues los fines conciliatorios de Madero propiciaban esa combinación, que al final produjo resultados adversos.
Fracasada la rebelión de Orozco, apareció en octubre la de Félix Díaz, que también fracasó. Por otro lado, su política digna en materia internacional, le suscitó la aversión del embajador de Estados Unidos. Henry Lane Wilson, que se convirtió en su principal adversario y en protector de los rebeldes al régimen. También había tenido que vencer, por cierto fácilmente, la revuelta del general Bernardo Reyes.
Su administración no tuvo momento de reposo y el 9 de febrero de 1913 estalló el cuartelazo de la Ciudadela, en el que los distintos grupos, vencieron al régimen. Madero confíó el mando de las tropas del gobierno a Victoriano Huerta, quien lo traiciona. Primero fue encarcelado y obligado a presentar su renuncia a la Presidencia de la República; después, fue asesinado la noche del 22 de febrero de 1913.
Fuente: Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México
Cortesía de Editorial Porrúa Hermanos, S.A. de C.V.

Como Juan Perón en la Argentina, Getulio Vargas dio a Brasil una estructura económica que llevó muchas décadas la reforma. Mientras que Vargas era una persona mejor que Perón sin embargo la herencia él a la izquierda seguía siendo perjudicial aunque quizás no absolutamente tan perjudicial como el de Peron. Ambos eran ideológico corporatists pero mandilado en socialismo en la última parte de sus carreras.
Getulio Vargas fue llevado en 1882 en el estado más situado más al sur del Brasil, Río Grande hace a Sul, a un estado de los ganados ranching y a gauchos. Su familia era próspera y tenía conexiones políticas con el jefe político (caudilho) de Río Grande hace Sul, Antonio Augusto Borges de Medeiros. Vargas llevó a cabo una posición política dentro del Borges de Medeiros que la máquina en Río Grande hace Sul. Él sirvió en la asamblea del estado y más adelante como miembro del Congreso en la legislatura brasileña en Río de Janeiro. Cuando Washington Pereira ganó la presidencia brasileña en 1926, en la gratitud para la ayuda política por la máquina de Borges de Medeiros, él nombró a Getulio Vargas como Ministro de Hacienda del Brasil. Después de un par de años valiosos de la experiencia en la política y las finanzas nacionales Getulio Vargas volvió a su estado casero que se elegirá gobernador en 1928.
En 1930 seleccionaron a Getulio Vargas como el candidato del liberal de Aliança, (alianza liberal) para la presidencia del Brasil. En el pasado el candidato seleccionado por el partido que controlado el gobierno ganó siempre la elección, por medios justos o en caso de necesidad medios fraudulentos. Washington Pereira se desvió de la última práctica en seleccionar su sucesor.
La regla de oro de la política brasileña requirió la presidencia alternarse entre el estado de São Paulo y el estado de Minas. Washington Pereira era de São Paulo así que él debe haber seleccionado a alguien de Minas como el candidato presidencial. En lugar él eligió a Julio Prestes de São Paulo. Cuando el gobierno declaró a su candidato, Julio Prestes, había ganado, los estados meridionales del Brasil fue enfurecido. Cuando asesinaron al candidato vice-presidencial del liberal de Aliança los estados meridionales se levantaron para arriba en la rebelión y enviaron a ejército hacia Río de Janeiro al control de la toma del gobierno. Vargas era uno de los líderes de este ejército.
El ejército del Brasil no deseó luchar una guerra contra brasilenãos para apoyar una victoria fraudulenta de la elección que depuso tan Washington Pereira para guardarlo de dar la vuelta al gobierno a Julio Prestes. El ejército del Brasil entonces estableció una junta Pacificadora que permitió para Getulio Vargas asumir la presidencia un gobierno provisional.
Vargas intentó negociar armonía interna y tranquilizar los gobiernos extranjeros de la voluntad del nuevo régimen. Vargas gnerally trabajó para realzar la energía del gobierno federal sobre los gobiernos del estado y de la ciudad. Él creó el poste del interventor que era un oficial federal designado para asumir el control el gobierno de algunos estados y las ciudades que gobernadores y alcaldes no obedecían los deseos del gobierno federal.
El interventor designado era a menudo miembros del movimiento de los tenentes de los oficiales militares de nivel inferior que quisieran que el gobierno tomara (corporatist o socialista) un papel más activo en el desarrollo económico del Brasil. São Paulo rebeló contra la regla del interventor. São Paulo y otros lugares exigía una vuelta al gobierno constitucional.
En 1933 eligieron a Vargas a un término de cuatro años como presidente del Brasil. El trabajo comenzó por una nueva constitución. Vargas deseó tener representantes de la clase así como los representantes de constituiencies geográficos. Esta representación de la clase es un tema del corporatist. Contra la oposición Vargas podía tener cuarenta representantes de la clase incluidos con los 214 miembros de la legislatura de los distritos electorales geográficos tradicionales. Los opositores etiquetaron los cuarenta representantes de la clase como los cuarenta ladrones de la soberanía brasileña. La nueva constitución llegó a ser eficaz en 1934 A él se debe la creación de las grandes empresas que posibilitaron el desarrollo industrial de Brasil, entre las cuales se destacan la Compañía Siderúrgica Nacional, la Petrobrás y la Compañía Vale do Rió Doce.
Brasil, antes de Getúlio Vargas, era un país predominantemente agro-exportador. En el siglo XX, su alineamiento con los Estados Unidos, particularmente entre 1915 y 1930, reflejó, entre otros factores, una situación de complementariedad económica, en que Brasil dependía cerca del 60% a 70% de las exportaciones de café y éstas, en igual proporción, del mercado americano. Pero, desde que conquistó el poder, con la revolución de 1930, Vargas empezó a impulsar el proceso de industrialización y diversificación del comercio exterior, como un proyecto de Estado, con el objetivo de superar la situación de dependencia, en que la monocultura del café mantenía al Brasil, subordinándolo a los dictámenes de un mercado cuyo control estaba a millares de millas de distancia.
Pero los esfuerzos para la industrialización de Brasil casi siempre colisionaron con los intereses de capitales extranjeros, más precisamente con los intereses de Inglaterra y de los Estados Unidos, que peleaban para mantener el mercado brasileño cautivo para exportación de sus manufacturas.
El conflicto entonces se agravó, cuando el gobierno de Getúlio Vargas, delante de las dificultades de la balanza de pagos y de la crisis general del capitalismo, en consecuencia del colapso de la bolsa de Nueva York (1929), empezó a intervenir directamente en la economía, tanto para regular las relaciones de trabajo, cuanto para romper el bloqueo impuesto por los monopolios internacionales a los sectores básicos de la producción.
Vargas, cuyo primero gobierno (1930-1945), dictatorial durante algunos años (1937-1945), há reflejado una estrategia de compromiso, vinculó el proletariado urbano a la fracción de la burguesía volcada hacia el mercado interno, mediante la institución de leyes sociales, y atribuyendo al Estado un decisivo papel en el desarrollo del país, jugando con las contradicciones entre las grandes potencias industriales para concretizar importantes emprendimientos, como la implantación de la primera usina siderúrgica nacional, e Volta Redonda.
Así, al firmar con los Estados Unidos el Tratado de Comercio y Reciprocidad, en 1934, celebró, al mismo tiempo, el Acuerdo de Compensaciones con Alemania, que se convirtió en su principal proveedor de manufacturas y su segundo mayor cliente de productos primarios, entre 1934 y 1938
. Por otro lado, él buscó tanto con los Estados Unidos como con Alemania la cooperación técnica y financiera para el montaje del complejo siderúrgico, antigua aspiración de las Fuerzas Armadas brasileñas.
Al percibir que la United States Steel y otras empresas privadas norteamericanas no querían asumir el emprendimiento, Vargas trató de negociar con la Krupps, de Alemania la instalación de la siderúrgica. Cuando irrumpió la Segunda Guerra Mundial, en 1939, la posición de Brasil, era de neutralidad y el Alto Comando de las Fuerzas Armadas, favorable a la Alemania nazi, oponiéndose a la pretensión de los Estados Unidos de instalar bases militares en el Nordeste brasileño, región de relevancia estratégica, dado que se confrontaba con África Occidental y se proyectaba sobre todas las rutas del Océano Atlántico.
El 11 de junio de 1940, al evidenciarse, tres días antes de la caída de París, el colapso total de Francia ante las tropas de Adolf Hitler, Vargas, a bordo del acorazado Minas Gerais , pronunció para las Fuerzas Armadas un discurso de cuño nacionalista y socializante, en que distanció a Brasil de los Estados Unidos, al declarar que la época de los “liberalismos imprevisibles” había pasado y que se estaba asistiendo a la “exacerbación de los nacionalismos, las naciones fuertes imponiéndose por la organización basada en el sentimiento de la patria y sustentándose por la convicción de la propia superioridad.
Según él, la “economía equilibrada” no conformaba más “el monopolio del confort y de los beneficios de la civilización por clases privilegiadas” y de ahí porque el Estado debía asumir la “obligación de organizar las fuerzas productivas”, no para garantizar lucros personales o ilimitados a grupos cuya prosperidad se basaba en la explotación de la mayoría, pero sí para el engrandecimiento de la colectividad.
La democracia económica debería sustituir a la democracia política, pues no había más lugar para los “regímenes fundados en privilegios y distinciones” – afirmóv. Este discurso, que hasta los comunistas brasileños, presos o en el exilio, aplaudieron por interpretarlo como un “gran golpe en la política de sumisión al imperialismo norteamericano”i y estar aún la URSS pactada con la Alemania nazi, fue percibido como “germanófilo” y consternó al presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Rooseveltvii, por dejar entrever la amenaza de alineamiento de Brasil con las potencias del Eje.
Vargas, mientras tanto, alcanzó su objetivo. Al día siguiente al discurso a bordo del acorazado Minas Gerais, recibió la información de que Roosevelt se disponía a conceder la financiación para que una empresa del Estado brasileño instalase, en su territorio, un gran complejo siderúrgico. Aún así, de modo de asegurar que el gobierno norteamericano cumpliese la promesa, Vargas,
El 29 de junio, reafirmó lo que dijera en el Minas Gerais, resaltando que “motivos de ninguna índole”, de orden moral o material, aconsejaban a Brasil tomar partido por cualquiera de los pueblos en guerra y que su solidaridad con los Estados americanos para la defensa común, en fase de amenazas o intromisiones extrañas, no lo obligaba a intervenir en luchas “fuera del continente”
Y agregó que la solidaridad interamericana, para ser duradera, debía basarse en el “mutuo respeto de las soberanías nacionales” y en la “libertad de organización política de cada pueblo”, según sus propias tendencias, necesidades e intereses.
Vargas, con todo, era conciente de que Brasil, no sólo por depender del mercado norteamericano para la colocación de la producción del café, como por su posición estratégica en el Atlántico Sur, debería fatalmente acompañar a los Estados Unidos, cuando Roosevelt, una vez reelecto y vencidas las tendencias aislacionistas, encontrase el pretexto para entrar en guerra, al lado de Gran Bretaña. Los Estados Unidos necesitaban de la cooperación efectiva de Brasil, dada la importancia de su posición estratégica en América del Sur, y difícil sería obtenerla, si la Krupp invirtiese en la implantación de la siderurgia, fortaleciendo los sectores nazi-fascistas, sobre todo en la cúpula de las Fuerzas Armadas, dentro del gobierno de Vargas.
La expansión del conflicto armado con Alemania al continente americano iba a ser inevitable, dado que los nazis, ocupando ya el norte de África, podrían atravesar el Océano Atlántico, si Brasil no permitiese que los Estados Unidos instalasen bases militares a lo largo de su litoral y reaccionase militarmente frente a cualquier tentativa de ocupación por la fuerza, según lo planificado en el Pentágono.
Con esta medida extrema, el general Lehmann Miller, jefe de la Misión Militar Americana, llegó a amenazar al ministro de Guerra, general Eurico Dutra, y escuchó la respuesta, en un clima de exaltación, que los soldados norteamericanos serían recibidos a balazos si desembarcaban en territorio brasileño sin autorización. A Roosevelt tal escenario no le convenía en ninguna hipótesis y él, como en el caso de Méjico, optó por la negociación.
Alrededor del 27 de agosto de 1941, el gobierno norteamericano aseguró entonces el crédito de U$S 20 millones para que una empresa estatal (Companhia Siderúrgica Nacional), creada por el gobierno Vargas, construyese en Volta Redonda (Estado de Río de Janeiro) el mayor complejo siderúrgico de América Latina, asentando los cimientos de la industrialización de Brasil.
Cerca de tres meses después, Brasil completó las negociaciones con Argentina y, el 21 de noviembre de 1941, los cancilleres Oswaldo Aranha (Brasil) y Enrique Ruiz-Guiñazú (Argentina), celebraron un tratado, manifestando, “el propósito de conseguir – establecer en forma progresiva un régimen de intercambio libre, que permita llegar a una unión aduanera/…/, abierta a la adhesión de los países limítrofes, lo que no sería obstáculo para un amplio programa de reconstrucción económica que, bajo la base de la reducción o eliminación de derechos y otras preferencias comerciales, viniese a desarrollar el comercio internacional, basado en el principio multilateral e incondicional de la nación más favorecida”.
El 7 de diciembre, sin embargo, los aviones japoneses bombardearon Pearl Harbor, y la evolución de los acontecimientos terminó por alejar a Brasil de Argentina. Vargas telegrafió a Roosevelt, ofreciendo solidaridad a los Estados Unidos, pero resistió romper las relaciones de Brasil con las potencias del Eje, no obstante la insistencia de Oswaldo Aranha. Estaba claro, para él, que los países de América Central y del Caribe tomaron tal actitud, no “espontáneamente” y sí “coaccionados” por la presión norteamericana.
Tal recalcitrancia resultaba no sólo de inclinación personal, por cuanto estaba “aprehensivo” con el hecho de que los norteamericanos querían arrastrar a Brasil a una guerra que le parecía inútil, como de factores relacionados con la política interna y externa de su gobierno. Por un lado, el ministro de Guerra, general Eurico Dutra, y otros oficiales del Alto Comando del Ejército simpatizaban con el nazi-fascismo y amenazando renunciar a sus cargos, se oponían al rompimiento de relaciones con las potencias del Eje, bajo el argumento de que los Estados Unidos aún no habían cumplido la promesa de enviar material bélico y las Fuerzas Armadas brasileñas no estaban equipadas para defender el territorio nacional, en caso de ataque derivado de su involucramiento en la guerra.
Por otro lado, los jefes militares brasileños se manifestaban contrarios a que el gobierno apoyase una decisión inaceptable para Argentina, cuya amistad Vargas consideraba “parte integrante de un programa de gobierno”xiii.
Vargas mantuvo esta posición, durante la Tercera Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos, que se realizó en Río de Janeiro (15 al 28 de enero de 1942), convocada por los Estados Unidos con el objetivo de forzar a los estados americanos, en nombre de la solidaridad continental, a romper relaciones con las potencias del Eje, por causa del ataque de Japón a Pearl Harbor.
Él con todo, ya había autorizado que los Estados Unidos instalaran bases militares a lo largo del litoral de Brasil, después de asegurar el financiamiento para la construcción de la siderúrgica en Volta Redonda. Y no le quedó otra alternativa si no ceder al llamado personal de Roosevelt, acrecentado por el compromiso de atender sus otras demandas (prioridad para la fabricación de los equipamientos de la industria siderúrgica y el suministro inmediato del material bélico), así como por las amenazas indirectas del embajador Sumner Welles, sub-secretario del Departamento de Estado, al decirle que los Estados Unidos cortarían todos los recursos de Argentina y provocarían la caída del gobierno de Buenos Aires, si ella no acompañase en la guerraxiv.
En tales circunstancias, Vargas, después de mostrar a los jefes militares y a su ministerio las ventajas o las consecuencias, que advendrían de la actitud de Brasil, y vencer las resistencias, autorizó al canciller Oswaldo Aranha a clausurar la III Reunión de Consulta de los Cancilleres Americanos, anunciando el rompimiento de las relaciones de Brasil con las potencias del Ejexv.
Como represalia, los submarinos de Alemania y de Italia comenzaron a atacar navíos brasileños y, entre febrero y agosto de 1942, hundieron cerca de 20, lo que forzó al gobierno de Vargas, frente al clamor público, a abandonar la neutralidad y formalizar el estado de beligerancia contra aquellos dos paísesxvi. Esta decisión separó a Brasil, políticamente, de Argentina y la secuencia de acontecimientos inviabilizó cualquier tentativa en el sentido de constituir la unión aduanera y extenderla a los países limítrofes en América del Sur.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, un sector del gobierno de los Estados Unidos, bajo la presidencia de Henry Truman, decidió desembarazarse de Vargas, a fin de impedir, entre otros motivos, que Brasil formase un eje nacionalista con Argentina, donde el general Juan Domingo Perón había recuperado el poder con la movilización de la masa trabajadora.
El 29 de setiembre de 1945, el embajador de los Estados Unidos en Río de Janeiro, Adolf Berle Jr., hizo un discurso, en el que no solamente reclamaba la realización de las elecciones en la fecha prevista (2 de diciembre), como condenaba la propuesta de convocatoria de la Constituyente con Vargas en el gobierno.
El pronunciamiento causó un fuerte impacto en la opinión pública, con los líderes de la oposición, ya previamente informados, aplaudiéndolo, mientras que los laboristas y comunistas protestaban contra aquella injerencia abierta y frontal en los asuntos internos de Brasil.
El propio Vargas, frente a cerca de 100.000 personas, que, el día 3 de octubre, desfilaron por las calles de Río de Janeiro gritando “Queremos a Getúlio”, respondió que “no preciso buscar ejemplo en lecciones en el extranjero. Poseemos los principios de democracia en nuestras tradiciones de democracia política, étnica y social”.
El temor de que los episodios de Argentina se reprodujesen en Brasil llevó entonces al ministro de Guerra, general Pedro Aurélio de Góes Monteiro, que fuera simpatizante de Alemania nazi y después estrechara sus vínculos con los Estados Unidos, a precipitar, sponte sua o no, el desenlace de la crisis.
El 29 de octubre, doce días después de la victoria de Perón, él ejecutó el plan de “defensa del orden contra la acción subversiva” y, movilizando tanques, cañones y ametralladoras sin que oficiales y soldados supiesen cuál era el objetivo, obligó a Vargas a renunciar, no para asegurar la restauración de la democracia política, ya en curso, y sí para evitar su ampliación social, debido a la creciente participación de la masa trabajadora en el movimiento queremista (“Queremos Getúlio”), promovido por los líderes sindicales, laboristas y comunistas, a favor de la Constituyente con Vargas.
El funcionamiento de la Compañía Siderúrgica Nacional, desde 1946, constituyó la mayor operación en gran escala en la industria pesada de América Latina. Y Brasil necesitaba concentrar sus esfuerzos en la consolidación de las industrias de base, en la producción de máquinas y equipamiento para sustituir las importaciones, aliviar los encargos de balanza de pagos y posibilitar la auto-sustentación y la auto-transformación del capitalismo.
Estas necesidades del proceso productivo, generadas por la instalación de un complejo siderúrgico en un país donde existían abundantes yacimientos de hierro y había un parque industrial de bienes de consumo, modificó, gradualmente, el perfil de los intereses nacionales, a lo largo de los años 50.
Vargas volvió al poder, a través del voto, en 1951, y trató de consolidar el proceso de industrialización, retomando la orientación nacionalista. Y el secretario de Estado, Dean Acheson, observó, en Memorandum al presidente Truman, que él adoptaría una orientación “socialista” y definidamente “nacionalista”, lo que lo llevaría a oponerse a las políticas liberales que los Estados Unidos intentaban propagar en el campo del comercio internacional.
También el embajador de Gran Bretaña, Neville Butler, percibía que Brasil, con Vargas en el gobierno, no sería un “dócil adepto” de los planes económicos y militares de los Estados Unidos para América Latina, cuyas aspiraciones él estaba decidido a interpretar, y procuraría seriamente contener su influencia o contraponer a ella la de Europa, pero no trataría de estrechar, por el momento, relaciones con Argentina, por miedo de inquietar los gobiernos de Washington y de Londres.
De hecho, Vargas, desde los primeros meses de su administración, se empeñó en el sentido de compensar la dependencia de Brasil con relación a los Estados Unidos, buscando en Europa mercados para sus exportaciones, sobre todo de café, y nuevas fuentes que le suministrasen equipamientos y tecnología.
Las discrepancias entre los intereses de Brasil y las políticas de los Estados Unidos, mientras tanto, comenzaron a aparecer con el retorno de Getúlio Vargas al gobierno, en 1951. El funcionamiento de la Compañía Siderúrgica Nacional desde 1946, constituía la mayor operación a gran escala en la industria pesada de América Latina. Brasil necesitaba concentrar sus esfuerzos en la consolidación de las industrias de base, en la producción de máquinas y equipamientos, para sustituir las importaciones, aliviar los encargos de la balanza de pagos y posibilitar la auto-sustentación y la auto-transformación del capitalismo.
Estas necesidades del proceso productivo, generadas por la instalación de un complejo siderúrgico en un país donde existían abundantes yacimientos de hierro y había un parque industrial de bienes de consumo, modificó, gradualmente, el perfil de los intereses nacionales, a lo largo de los años 50.
En la IV Reunión de Consulta de la OEA, el profesor Francisco Clementito de San Tiago Dantas, consejero económico de la delegación brasileña, criticó la política de defensa de los Estados Unidos, enfatizando que la “agresión interna”, esto es, la revolución, constituía la principal amenaza que pendía sobre los países del hemisferio, y que el medio de evitarla era la urgente elevación del nivel de vida de sus pueblos. Según San Tiago Dantas, que fue interrumpido por una salva de palmas cuando se refirió a las áreas de pobreza y miseria marcando el continente, América Latina iba a sufrir aún más con las consecuencias del programa de defensa de los Estados Unidos.
La divergencia de Brasil con los Estados Unidos tuvo repercusiones. The Washington Post comentó que los dos países “jugaron a las riñas” en la IV Reunión de Consulta. Un telegrama de France Press, publicado en el Diario de Notícias de Río de Janeiro, resaltó que Brasil y los Estados Unidos, “por primera vez en la historia, se presentaron en campos opuestos”. Y el canciller João Neves da Fontoura recibió el aplauso de la delegación brasileña y de las delegaciones de los demás países latinoamericanos, “por no haber seguido la línea de transigencia ilimitada con los Estados Unidos”, a cambio de un posible tratamiento favorable en las conversaciones bilaterales.
Esta línea de “transigencia ilimitada”, observó San Tiago Dantas, habría sido seguida en otras ocasiones y “siempre sin resultado”. En la IV Reunión de Consulta, mientras tanto, Brasil mantuvo el “rigor de una resistencia moderada” y consiguió la aprobación de “fórmulas mucho más eficaces” para la acción diplomática futura, conquistando “prestigio para las negociaciones bilaterales en las que obtuvo resultados mejores que los del pasado”xxvii.
Y los Estados Unidos no alcanzaron plenamente su objetivo, que era el de movilizar el apoyo de América Latina para la intervención en Corea y a la preparación de la guerra contra la Unión Soviética y el Bloque Socialista. La solidaridad no pasó de la hoja de papel en la declaración anti-comunista, aprobada por las 21 naciones del continente.
Las autoridades americanas frecuentemente, según observó el politólogo Peral K. Haines, confundieron las fuerzas emergentes del nacionalismo en Brasil, que no entendían, con el comunismo, y las percibieron como una formidable amenaza a los objetivos de los Estados Unidos en el sentido de crear en el hemisferio un bulwark anti-comunista, próspero y estable. La amenaza comunista, vista de los dos países – Brasil y Estados Unidos – era, sin embargo, diferente como se evidenció en la IV Reunión de Consulta de la OEA. El principal problema para Brasil no era la invasión de la Unión Soviética ni la amenaza de dominación del comunismo, sino, sobre todo, la inestabilidad y la subversión interna.
Brasil, en aquella época, resentía el hecho de que, desde 1945, no había recibido ningún tipo de apoyo al esfuerzo de desarrollo, a pesar de la colaboración en la Segunda Guerra Mundial y del alineamiento con los Estados Unidos, en que el gobierno del presidente Eurico Gaspar Dutra (1946-1951) perseveró, mientras millares de dólares afluían para Europa, a través del Plan Marshal. El embajador americano Herschell V. Jonson percibió que los líderes políticos en Brasil ya cuestionaban la utilidad de la línea de íntima colaboración económica con los Estados Unidos que las relaciones entre los dos países se habían trabado en un “círculo vicioso de las dificultades políticas conflictivas xxix. Mientras continuase respaldando, en general, la política exterior de los Estados Unidos, en el contexto de la Guerra Fría, Vargas se rehusó a enviar tropas a Corea y ejecutaba internamente una política económica nacionalista.
Durante su segundo gobierno, Vargas instituyó el monopolio estatal del petróleo, creando la Petrobrás, elaboró el proyecto de la Eletrobrás, negoció con científicos alemanes la compra de tecnología nuclear para enriquecimiento de uranio por medio de la ultra-centrifugación, encareció las importaciones de bienes de capital, por con Instrucción 70, de la Superintendencia de la Moneda y del Crédito (sumoc), e intentó el control sobre las transferencia de ganancias para el exterior exterior. Tales iniciativas, con el objetivo de solucionar los problemas de energía, inducir la fabricación de máquinas y equipos en Brasil y contener la evasión de capitales, afectando los intereses monopolísticos de poderosas corporaciones internacionales, que se aliaron con la burguesía comercial, beneficiaria de los negocios de importación e exportación y fomentaron la campaña para derrocar el gobierno.
En el medio de la crisis política y militar, el 24 de agosto de 1954, Getúlio Vargas se suicidó con un tiro en el corazón, responsabilizando a los grupos internacionales por la “campaña subterránea” contra su administración.
Ante el impacto político de la denuncia, amplificado emocionalmente por la tragedia del suicidio, las multitudes se arrojaron a las calles de Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre, Salvador y otras ciudades brasileñas, donde, por más de dos días, depredaron no sólo radios, periódicos y sedes de los partidos de oposición, sino también casas comerciales, bancos y cualquier otro establecimiento, como estaciones de gasolina, que indicasen la vinculación con capitales norteamericanos.
Estas manifestaciones populares inhibieron la efectivización del golpe militar y la implantación del “Estado de excepción”, según pregonaba el periodista Carlos Lacerda, de la Unión Democrática Nacional (UDN). El vicepresidente de la República, João Café Filho, asumió el gobierno, de acuerdo con los preceptos de la Constitución, aunque organizó su gabinete con los políticos de la UDN. En tales condiciones, con el Congreso funcionando y las libertades públicas en vigencia, los liberales-conservadores no pudieron revertir la obra económica y social de Vargas, inclusive porque la mayoría de las Fuerzas Armadas defendía el proceso de industrialización.
El suicidio de Vargas constituyó el turning point en la conciencia nacional, reflejando los cambios, que se dieron en la estructura económica y social de Brasil, acelerados a partir de 1930, debido al proceso de industrialización, incentivado como un proyecto de Estado.
Brasil dejaba entonces de ser un país predominantemente rural, con base en el monocultivo de café, y la población urbana comenzaba a suplantar a la población rural. Y el Partido Social-Demócrata (PSD), con el apoyo del Partido Laborista Brasileño (PTB), las mismas fuerzas políticas que sustentaron el gobierno de Vargas, lanzó la candidatura de Juscelino Kubitschek, gobernador de Minas Gerais, a la presidencia de Brasil. Traducido para LA ONDA digital por Cristina Iriarte. Luiz Alberto Moniz Bandeira es doctor en Ciencia Política, profesor catedrático de historia de la política exterior de Brasil en la Universidad de Brasília (jubilado) y autor de varias obras, entre las cuales, Argentina, Brasil y Estados Unidos y La Formación de los Estados en la Cuenca del Plata, traducidas para el español y publicadas por la Editorial Norma, de Buenos Aires.
Getulio Vargas se lo suele comparar con Juan Domingo Perón. En parte, porque ambos gobernaron en el mismo período de tiempo entre 1950 y 1954. Pero también porque cada uno se ocupó de dotar a su país de bases industriales y relativa independencia energética. A diferencia de Perón, que fue derrocado por un golpe militar, Vargas optó por suicidarse ante la amplitud de la feroz campaña en su contra a lo largo de 1954.
En agosto de ese año, el entonces presidente brasileño, abrumado por las enormes presiones y abandonado por amigos y compañeros, se pegó un tiro en el pecho. Según los historiadores brasileños, cuando se supo de la muerte, la población salió a las calles a protestar contra “los enemigos del padre de los pobres”. Hubo entonces batallas callejeras, incendios de edificios de los diarios opositores a Vargas y se llegó a apedrear a la embajada norteamericana. Por entonces, la capital era Río de Janeiro. Ese estallido sepultaría el golpe militar en marcha, que demoró 10 años para concretarse (en 1964). Como Perón, el brasileño Getulio Vargas se declaró neutral ante el ascenso del fascismo en Europa. Mantuvo esa posición desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, hasta 1941.
Fue entonces que decidió firmar un acuerdo con Estados Unidos por el cual el gobierno norteamericano obtuvo bases militares en el nordeste brasileño a cambio de a financiar la construcción de la primera siderúrgica. Vargas había asumido el poder en 1930, como gobierno provisorio no constitucional.
Eso llevó a los políticos de San Pablo a encabezar una revuelta, en julio de 1932. Algunos historiadores dicen que esa “revolución constitucionalista”, como se llamó, era producto de grupos de la oligarquía paulista que ansiaban recuperar el poder político a través de elecciones que fueran controladas por ellos. En 1945 Vargas fue derrocado del gobierno que había asumido, en forma constitucional, en 1934. Volvió a gobernar el país en 1950. Entre ambos períodos impulsó una profunda reforma del Estado, creando los ministerios de Trabajo, de Industria y Comercio, y promulgando leyes laborales. Fue Vargas el que abrió las puertas de la democracia a las mujeres, con el voto universal. Creó poderosas empresas estatales, como Petrobras, la Compañía Vale do Río Doce y la Compañía Siderúrgica Nacional. Estas dos últimas fueron privatizadas bajo el gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. SAN PABLO. CORRESPONSAL.

Haya de la Torre nació en la ciudad de Trujillo en el norte del Perú un 22 de febrero de 1895. Desde muy joven mostró inquietud por la problemática social, así desde estudiante asumió el rol de dirigente. Más tarde ya universitario su inclinación intelectual lo lleva a formar parte del legendario grupo La Bohemia, donde entonces destacaba César Vallejo. El poeta cultivó entrañable amistad con el joven Haya. Más tarde, le tocaría justamente al gran poeta vaticinar el destino de Haya de la Torre, “yo profeta brindo por este pichón de cóndor, yo profeta, anuncio que volará alto y será grande, grande…”, serían sus célebres palabras.
El joven Haya se traslada a Lima para continuar sus estudios de jurisprudencia y ciencias políticas. Es elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, viaja por el interior del país.

Las primeras gestas obrero-estudiantiles

Como líder, Haya agita las banderas de la reforma universitaria, impulsa la creación de universidades populares (de educación obrera) denominadas Gonzales Prada y se avoca a comprometer al estudiantado con las luchas obreras. Edita la revista CLARIDAD con el insigne José Carlos Mariátegui. En octubre de 1923 es apresado y deportado. No pudo regresar al Perú hasta 1931. Viaja por gran parte de América Latina: México, Argentina, Chile, Nicaragua, Cuba, Panamá, El Salvador y luego parte a Europa.

La configuración del APRA
El siete de mayo de 1924 Haya entrega la bandera indoamericana (el mapa dorado de América latina en fondo rojo) a los estudiantes mexicanos invocando a un frente antiimperialista de trabajadores y estudiantes a escala continental para luchar por la justicia y la unidad indoamericana. Este es el punto de partida para la formación del APRA, Alianza Popular Revolucionaria Americana. Más tarde tras haber trabajado al lado de José Vasconcelos viaja a Europa. Visita Rusia para estudiar de cerca su revolución, luego a Suiza, Italia y Francia. En 1925 es estudiante en The London School of economics y despues en Oxford en Inglaterra. En 1926 J.C. Mariátegui funda la revista AMAUTA, en la cual Haya escribe importantes artículos de la doctrina que el denominó aprismo.
En 1927 viaja a Bruselas al Congreso Mundial Antiimperialista , aquí se definen las diferencias ideológicas entre aprismo y comunismo. Haya vuelve a México e instala la jefatura del APRA que cuenta secciones en centro y sudamérica. Funda la revista INDOAMERICA . En Argentina aparece su primer libro Por la Emancipación de América Latina. En 1928 escribe El Antiimperialismo y el APRA pero éste no su publicaría sino hasta 1936. Su apoyo militante a Sandino y su exigencia por endurecer la lucha contra la dictadura entonces existente en el Perú, conduce al rompimiento con el grupo AMAUTA, liderado por J.C.Mariátegui.

Conspiración y destierro europeo
Haya de la Torre recorre América central en campaña contra el imperialismo yanqui y por la unidad continental. Es expulsado por los gobiernos de Nicaragua y Guatemala. En 1928, desde El Salvador, conspira una invasión insurreccional para el Perú. El plan es frustrado. Nuevamente desterrado llega a Hamburgo, Alemania, donde permanecería hasta 1931. Desarrolla extensa labor entre los exiliados de América latina.

Candidatura e insurgencia popular
A instancias de haberse instalado otro gobierno en el Perú, se funda el PAP, Partido Aprista Peruano .Se convocan a elecciones y Haya de la Torre es proclamado candidato presidencial. Tenía 36 años de edad. Por primera vez en el Perú surge un partido político de masas. Las clases populares organizadas en células y comités desfilan por las calles portando la bandera roja del APRA. Mientras que en las manifestaciones un mar de pañuelos blancos saludan al líder de la nueva doctrina.
En 1931 asumió la presidencia el General Sánchez Cerro, a partir de este instante los apristas inician una campaña de oposición y violencia alegando fraude electoral. El clima fue empeorando hasta desembocar en prácticamente una guerra civil. Haya es apresado e incomunicado. Bajo amenaza de pena de muerte es recluido en la isla El Frontón, entre mayo de 1932 y abril de 1933.
Los pobladores de la ciudad de Trujillo salen a las calles y se inició una revolución sangrienta con la masacre de varios oficiales en el cuartel O’Donovan y culminó con la ejecución de apristas en la ciudadela de Chan Chan.
Haya de la Torre se convierte en un personaje. El partido del pueblo, dotado de arraigada mística es ahora una legión de creyentes que rinden culto a sus mártires, creando al mismo tiempo una vasta simbología y tradiciones propias.

El asilo
A partir de 1945 el APRA gana más libertad de acción. En 1946 Haya publica su libro sobre filosofía de la historia Espacio-Tiempo-Histórico. En octubre de 1948 se frustra otra rebelión con el apoyo de algunos militares. Una vez más Haya de la Torre es objeto de persecución. En 1949 amenazado de muerte se asila en la embajada de Colombia en Lima. El asilo duró cinco años. El gobierno peruano se negó otorgar salvoconducto y rodeó la embajado con barricadas. En 1954 se le permite salir del país.
Entre 1954 y 1961 Haya de la Torre viaja extensamente por América, Asia y Europa. Escribe intensamente, participa en conferencias internacionales, dicta charlas en universidades. Es declarado huésped de honor por los gobiernos de México, Uruguay, Puerto Rico, Yugoslavia, Islandia, India, Israel, entre otros. Se interesa mucho por el cooperativismo nórdico, la industrialización de Taiwán, los kibbutz de Israel, el no-alineamiento de Nehru y la formación de la entonces Comunidad Económica Europea. Sus libros Mensaje de la Europa Nórdica, Toynbee Frente a los Panoramas de la Historia y 30 Años de Aprismo, reflejan el enriquecimiento ideológico alcanzado entonces.

El veto militar
En 1962, postula a la presidencia del Perú, queda en segundo lugar detrás de Fernando Belaúnde Terry, pero al no tener la mayoría necesaria, el congreso debería elegir al nuevo presidente entre los dos. Había ganado consenso la convicción de un fraude electoral. El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas exigió al Jurado Nacional de Elecciones que anulara los comicios, pero éste se negó, en respuesta los militares tomaron el poder y se convocó a nuevas elecciones para 1963, donde vencería Belaúnde, quien a su vez, sería derrocado por el General Juan Velasco Alvarado en 1968.Entre 1965 y 1978 Haya sale del país sólo en dos ocasiones, ambas rumbo a Venezuela. En 1976 como invitado de honor a la cita de partidos políticos de Europa y América latina. La segunda en 1977 para recibir la máxima condecoración de la nación otorgada por el entonces presidente constitucional de Venezuela.
En 1978 la junta militar convoca a elecciones para una Asamblea Constituyente. Haya de la Torre, ya de 83 años de edad, acepta el reto de encabezar la contienda. La victoria fue total. Haya preside la asamblea e inicia un diálogo democrático con todos los sectores políticos. En enero de 1979 su salud decae notablemente. Es obligado a permanecer en su vivienda de Villa Mercedes (hoy convertido en museo). Firmó la nueva Carta Magna el 12 de Julio. Falleció el 2 de agosto de 1979. Su cuerpo fue conducido por una conmovedora procesión de peruanos en llanto, a lo largo de 560 kilómetros de trayecto desde Lima hasta su Trujillo natal. Allí fueron sepultados sus restos en una tumba en cuya losa-custodiada por una enorme piedra en forma de cóndor en vuelo- se lee ” Aquí yace la luz”.

Jacobo Árbenz Guzmán nació en Quetzaltenango, ciudad económica, industrial, agrícola y comercial de Guatemala, el 14 de septiembre de 1913. Sus padres fueron Jacobo Árbenz y Octavia Guzmán. Su padre, de origen suizo alemán, se avecindó en este país centro americano en 1901, cuando instaló y regentó una farmacia, en la segunda ciudad de la nación guatemalteca. Problemas de orden económico le hicieron abandonar este negocio y emplearse como administrador en una pequeña finca, propiedad de otro inmigrante alemán que residía en Quetzaltenango.
El pequeño Jacobo estudió en el colegio de María Bennett de Rölz. Luego se matriculó, en 1932. En la Escuela Politécnica de Guatemala, donde se destacó por su férrea aplicación y su invariable disciplina. Ocupó el puesto de Sargento Primero de la Compañía de Caballeros Cadetes, que constituyó para él un alto honor dado que sólo 6 cadetes lo habían logrado entre 1924 a 1944.
En el año de 1937, después de haberse graduado, fue llamado para servir en la Escuela Politécnica como catedrático. En cuanto a sus oficios como oficial del ejército, se desempeñó mayormente en el Fuerte de San José, de Ciudad de Guatemala y en San Juan, Sacatepéquez. Allí conoció las duras condiciones de vida de la población indígena y las formas en las cuales operaba este tipo de trabajo que, por sus características, resultaba forzoso. En1938, conoció a María Vilanova, natural de El Salvador con quien se desposó en 1939.
En 1943, Árbenz ascendió al grado militar de capitán y comandó la compañía de Caballeros Cadetes. Para ese momento ya era un oficial distinguido, quienes le conocieron en esa época, lo describen como un líder nato. Jacobo Árbenz Guzmán actuó como triunviro de la Junta de Gobierno y después, en el gobierno de Juan José Arévalo como ministro de Defensa y, finalmente como presidente constitucional de la república
Producido el alejamiento de los presidentes Jorge Ubico y Federico Ponce el 20 de octubre de 1944, la junta militar constituida ejecutó sus actos de gobierno mediante decretos ejecutivos que tendían a la modernización del Estado. En este orden, la Junta Revolucionaria de Gobierno convocó el 10 de enero de 1945, a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente cuya finalidad consistió en la redacción de una nueva Constitución y, en la convocatoria a elecciones libres. La nueva Constitución fue decretada por la Asamblea Constituyente el 14 de marzo de 1945 y estuvo vigente hasta el 10 de agosto de 1954, oportunidad cuando fue derogada por el gobierno provisional del coronel Carlos Castillo Armas.
Esta Constitución consagró, entre otros derechos, la separación de los poderes dentro del Estado; la autonomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala; el fin del trabajo forzoso y de la prisión por deuda y el reconocimiento del derecho al voto de la mujer.
La Junta Revolucionaria de Gobierno que se había instalado el 20 de octubre de 1944, estaba integrada por Jorge Toriello Garrido, Jacobo Árbenz Guzmán y Francisco Javier Arana cesó en sus actividades gubernamentales, el 15 de marzo de 1945 con el juramento del catedrático y escritor Juan José Arévalo, como presidente constitucional como resultado de las elecciones celebradas en diciembre de 1945. El coronel Jacobo Árbenz Guzmán el 15 de marzo de 1951, asumió la presidencia Constitucional del Estado, profundizando las reformas políticas y sociales que habían iniciado la Junta Revolucionaria de Gobierno y la administración de Juan José Arévalo.
En su discurso inaugural estableció diáfamente los objetivos básicos de su administración. “Nuestro gobierno -expresó- se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala, tendiendo hacia los tres objetivos fundamentales siguientes: 1) convertir a nuestro país de una nación dependiente y de economía semicolonial en un país económicamente independiente; 2) convertir a Guatemala de país atrasado y de economía predominantemente semifeudal en un país moderno y capitalista; y 3) hacer que esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo”. Su obra de gobierno desarrolló la construcción de la hidroeléctrica de Jurún-Marinalá, en Escuintla, construcción de la Carretera al Atlántico, construcción del puerto de Santo Tomás e implementación mediante el Decreto 900 de la Ley de Reforma Agraria, que tuvo por finalidad evitar la relación latifundio-minifundio.
Este decreto fue recibido con simpatía por parte de los desheredados; pero tuvo una contumaz oposición por parte de empresarios del campo y la ciudad, terratenientes y por la empresa transnacional United Fruit Company, propietaria de la mayor extensión de áreas cultivables en Guatemala. A su vez, la Iglesia Católica, también se expresó La implementación de esta Ley generó abusos e ilegalidades en el país, porque los agentes gubernamentales en connivencia con los campesinos, procedieron a invadir violentamente propiedades no afectadas por el Decreto 900.
Estas irregularidades exasperaron los ánimos del colectivo social, que se intensificarían cuando el coronel Jacobo Árbenz Guzmán legalizó al Partido Comunista Laborista Guatemalteco, incorporándole a sectores estratégicos de la vida nacional, tales como organizaciones campesinas, sindicatos y la ubicación en cargos determinantes de la administración pública. Esta actitud del presidente Árbenz logró que militares y civiles se coaligaran para rechazar la implementación de estas políticas que consideraban atentatorias con sus seculares intereses.
Las rencillas internas se intensificaron y al presidente Árbenz le resultada casi imposible realizar los actos normales de gobierno y, las fuerzas militares en su conjunto, se negaron a defender el gobierno constitucional del presidente Árbenz cuando se produjo desde Honduras, la invasión libertadora que lideres el coronel Carlos Castillo Armas, con apoyo de los gobiernos de Nicaragua, República Dominicana, Venezuela y Estados Unidos. El presidente norteamericano Dwight David Eisenhower, secundado por el secretario de Estado, John Foster Dulles, temeroso que régimen marxista pudiera instalarse en Centroamérica se enfrentó sin cortapisa a la administración de Árbenz. La X Conferencia de la OEA celebrada en 1954 en Caracas, fue el preámbulo para la acción final: la invasión. Árbenz y su canciller Guillermo Toriello denunciaron ante el mundo la existencia de un complot internacional para alejarlo del mando.
En este sentido el canciller Toriello deja asentada la siguiente referencia histórica: “El 29 de enero de 1954 el Gobierno de Guatemala reveló al mundo todos los detalles del estado de los preparativos bélicos contra la nación. Exhibió abundantes pruebas materiales e incluso correspondencia cruzada entre agentes de la conspiración. El cuartel general, el centro de entrenamiento de mercenarios y el depósito de armamentos, se encontraban en esa fecha en Nicaragua con la ayuda de Somoza. El Gobierno de Guatemala denunció los hechos, de los que se desprendía que se había implementado ya y que debería estar muy próximo a su consumación el plan agresivo UFCO-Departamento de Estado-CIA. Discretamente, a pesar de tener sobrado conocimiento de la realidad de la «Operación Guatemala» y de sus animadores, el Gobierno de Guatemala no formuló acusación alguna contra el Gobierno de Estados Unidos. ¿A qué se debía esta actitud del Gobierno de Guatemala? Pues sencillamente a que ingenuamente esperaba que las promesas de dialogar del presidente Eisenhower (comisión mixta), e indudablemente su conocimiento de los hechos pudieran poner un freno a los designios turbios del Departamento de Estado.
Pero Eisenhower se cruzó de brazos… Ante la denuncia de Guatemala, míster Dulles no podía pasar por alto esa oportunidad para llevar agua a su molino, tergiversando los hechos y difamando al país. Escasamente se había producido la denuncia sobria y mesurada de los hechos por parte del gobierno guatemalteco, cuando míster Dulles -hipócritamente- ponía el grito en el cielo (30 enero, 1954) protestando por la acusación (?) hecha por Guatemala contra el Gobierno de Estados Unidos y asegurando maliciosamente que «los Estados Unidos consideran la expedición de esa falsa acusación, hecha con inmediata anterioridad a la X Conferencia Interamericana, como un esfuerzo comunista por obstruir la labor de esa conferencia y lesionar la solidaridad interamericana, que tan vital es para todas las naciones del hemisferio». (Tras difundir por el mundo esta falsa y cínica aseveración, el «austero paladín de la democracia y defensor de la solidaridad americana», con su hermano Allan, planeaban los próximos envíos de bombas y aviones a Honduras, para el grupo agresos.)

La intentona de invasión de Guatemala, el 17 de junio de 1954, vendría a demostrar poco tiempo después que el Gobierno de mi país decía la verdad y que míster Dulles mentía, simulando una angustia que no sentía para ocultar sus inconfesables designios. Ante la eventualidad de la invasión, decretó la suspensión de garantías constitucionales y sus partidarios iniciaron la persecución política de los adversarios al gobierno. Con el apoyo de los Estados Unidos, el coronel Carlos Castillo Armas invadió su propio país con tropas entrenadas y organizadas por la agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos”.
Dotado el ejército invasor de aviones y pertrechos norteamericanos y del apoyo de los presidentes Rafael Leónidas Trujillo y Anastasio Somoza García de República Dominicana y Nicaragua respectivamente, la fuerza invasora logró infundir terror en el adversario con el agravante de las instituciones militares, se rehusaron a proporcionar apoyo al presidente Árbenz. Éste, desprovisto de un apoyo real por parte del ejército, optó por presentar su dimisión al cargo constitucional, el 27 de junio de 1954, entregando el poder del Estado al coronel Carlos Enrique Díaz, jefe de las fuerzas militares.
La fuerza invasora insurgente entró en la capital y el coronel Carlos Castillo Armas se apoderó de la jefatura del estado. Este trágico conflicto generó como balance un promedio de más de 160.000 muertos.
Árbenz procreó con su esposa tres hijos: Arabella, Leonora y Jacobo. Arabella, la hija mayor del presidente Arbenz quien se había iniciado como actriz de cine de éxito, tanto en México como en Estados Unidos, temerosa de que su novio, el diestro mexicano Jaime Bravo, fuese corneado y muerto en las actividades propias de su profesión, le encareció que abandonara el redondel; pero éste se negó a complacerla y Arabella, vencida por el miedo optó por suicidarse frente a él en un restaurant de Bogotá, Colombia. Esta ofrenda de amor, truncó la vida física y artística de la triunfadora del film “Los Bien Amados”. Jacobo Árbenz, se exilio en México donde falleció el 27 de enero de 1971. Sus restos fueron repatriados a Guatemala por mandato del presidente Ramiro de León Carpio, el 19 de octubre de 1995.

Síntesis de su pensamiento

Antiimperialista y nacionalista de izquierda.

Buscó la independencia económica. Remarcó que necesitaría del capital extranjero sólo en la medida de que el mismo se ajustara a las condiciones locales, permanezca siempre subordinado a las leyes guatemaltecas, coopere con el desarrollo del país y se abstenga de intervenir en su vida social y política.
Defensor de los pueblos originarios que a la sazón constituían el 70% de la población guatemalteca y que estaban completamente excluidos de la sociedad. Abogó por que fueran abolidos las formas de servidumbre, las prestaciones gratuitas y los repartimientos de indígenas.
Sintetizó su gobierno en tres postulados: Independencia económica de la nación (diversificación de la agricultura); transformación del país en una nación capitalista autónoma (aunque fue catalogado de comunista por la CIA) y; elevación del nivel de vida del pueblo.

Sobre la reforma agraria

“Los campesinos nos apoyan porque no son un apéndice, porque el Gobierno no es un instrumento de represión al servicio de los enemigos de Guatemala (…) por el programa de reforma agraria y porque le hemos puesto los puntos sobre las íes a la compañía frutera, que trata de apretarnos el cuello porque la reforma agraria es el primer paso para nuestra independencia política y económica.”

Sobre la Patria

“Guatemala es de Guatemala y no de intereses extranjeros. La patria es nuestra, y ustedes y nosotros la defenderemos pulgada a pulgada.”
El gobierno de Árbenz
Jacobo Árbenz tomó posesión del gobierno el 15 de marzo de 1951, habiendo ganado con el 63% de los votos emitidos. Su programa de gobierno significó una profundización de la revolución. Su objetivo era modernizar la economía de Guatemala dentro de los marcos del régimen capitalista.
Para ello la primera medida sería terminar de erradicar los restos de relaciones semiserviles que quedaban en el agro y por medio de una reforma agraria, aumentar los ingresos de la población del campo; esto formaría un mercado interno que nutriría el surgimiento de una industria nacional fuerte. Para romper con el dominio que tenía el capital imperialista sobre la economía del país, Árbenz se propuso crear un puerto nacional en el Atlántico para competir con Puerto Barrios controlado por la UFCO; para competir con el monopolio ferrocarrilero de la International Railways of Central América, propuso la construcción de una carretera al Atlántico; y para eliminar el monopolio de la producción de energía eléctrica de la Electric Bond and Share inició la construcción de la planta hidroeléctrica nacional Jurún Marinalá.
El gobierno de Árbenz se basó en los partidos de la pequeña burguesía radicalizada y de empresarios progresistas. De manera importante, tuvo el apoyo incondicional del PGT y las centrales sindicales dirigidas por éste. En el gabinete de gobierno había elementos de la burguesía como el hacendado Nicolás Brol (ministro de agricultura), el industrial Roberto Fanjul (ministro de economía), el Dr. Julio Roberto Herrera en salud pública y como canciller Guillermo Toriello, perteneciente a una de las familias económicamente más pudientes.
Fiel a las concepciones de la revolución por etapas, el PGT consideraba que la revolución guatemalteca debía consistir en la eliminación de las trabas que imponían las relaciones simifeudales del campo y las compañías imperialistas al desarrollo de una economía capitalista moderna. Señalaba que el PGT debía luchar por un gobierno amplio integrado por la clase obrera, los campesinos, el sector patriótico de la burguesía nacional y la pequeña burguesía, y concebía que el proletariado paulatinamente conquistara la hegemonía en tal gobierno en virtud de su mayor organización y consciencia política.
Esta visión de la toma del poder como un proceso evolutivo fomentó en los obreros y campesinos guatemaltecos la fe en las instituciones de la democracia burguesa, en primer lugar, en el ejército. Es significativo el hecho de que, al ser descubierto por primera vez el complot que fraguaban Castillo Armas e Ydígoras Fuentes en Honduras para formar un ejército contrarrevolucionario a finales de enero de 1954, los principales sindicatos manifestaran su confianza en el “ejército de la revolución”, mismo que se negó a enfrentar al grupo armado contrarrevolucionario cuando invadió Guatemala desde Honduras en junio y derrocó el gobierno de Árbenz.
La polarización iniciada a finales del gobierno de Arévalo se agudizó con las primeras medidas tomadas por el de Arbenz, en especial por la implementación de la reforma agraria en 1952.
A pesar de ésta no fue una reforma agraria confiscatoria, sino que se basó en la expropiación con indemnización de tierras no cultivadas, la oligarquía terrateniente y la imperialista UFCO, principales afectadas, extremaron la campaña de desprestigio nacional e internacional contra el gobierno.
Debemos entender que el principal motivo de la campaña reaccionaria, a la que se sumaron los nuevos sectores de la burguesía, fue el temor a la creciente movilización de las masas trabajadoras, campesinas y populares y su despertar político, que amenazaba con ir más allá de los límites que le imponía el programa capitalista de Árbenz con el apoyo del PGT.
Al empezar a ser puesta en práctica la reforma agraria, fue notoria la prosperidad de la economía a todos los niveles, empresarial, campesino, obrero, etc. Pero los procesos revolucionarios tienen la virtud de provocar el despertar de las masas a la vida política, la toma de conciencia de sus intereses diferentes y contrarios a los de las clases poseedoras, su consiguiente organización, movilización y lucha. En estos procesos los partidos reformistas cumplen el papel de barrera de contención de las masas, obstaculizando su independencia con respecto a los partidos de la burguesía y a las instituciones del Estado burgués.
El PGT jugó ese papel en la revolución burguesa guatemalteca, junto a los partidos pequeño burgueses y el propio Árbenz.

(1853-1895) Nació en La Habana (Cuba) en 1853 y vivió en España entre los años 1871 y 1874, deportado a raíz de sus ideas políticas. Se dedicó a la poesía desde muy joven. Y a la vez, estudió en la Universidad de Zaragoza las Licenciaturas de Derecho y de Filosofía y Letras. Patriota y escritor cubano, apóstol de la independencia de Cuba, última colonia españolaen América. El hecho de haber muerto en la batalla lo transformó en el mártir de lasaspiraciones cubanas a la independencia.
Nació en el seno de una modesta familia española en la Habana, el 28 de enero de 1853,donde recibió su educación primaria.
Fue discípulo de Mendive y de Luz y Caballero. A los 16 años por sus ideas revolucionarias fue condenado a seis años de prisión. Con lasalud quebrantada, fue indultado y confinado en la isla de Pinos. Deportado a España en1871, publicó El presidio político en Cuba, el primero de muchos folletos que abogabanpor la independencia cubana de España y La República Española ante la RevoluciónCubana. Terminó su educación en la Universidad de Zaragoza; donde en 1874 se licencióen Derecho y Filosofía y Letras. Años más tarde, vivió su destierro en Francia, en 1875se trasladó a México donde se casó con Carmen Zayas Bazán, y en 1877 fue a Guatemala, donde enseñó por un tiempo en la Universidad Nacional.. Volvió a Cuba en 1878 pero fue desterrado nuevamente en 1879 por sus continuas actividades revolucionarias.
Se trasladó a EE.UU. donde vivió entre 1881 y 1895 en Nueva York, ejerció el periodismo y fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, del que fue elegido delegado para la organización de la lucha independentista. Fue ese año cuando fundó su diario, “Patria”.
En 1895 en la isla de Santo Domingo redactó el Manifiesto de Montecristi, en el que predicó la guerra sin odio, y que firmó con Máximo General Gómez y Baez, el héroe de la independencia cubana. Desembarcó con éste en Playitas, en el este de Cuba, donde murió un mes más tarde, el 19 de mayo de 1895, durante una escaramuza con tropas españoles en Dos Ríos. Como escritor Martí fue un precursor del modernismo iberoamericano. Sus escrituras incluyen numerosos poemas, “Ismaelillo” (1882), “Versos sencillos” (1891) y “Versos libres” (1892), la novela “Amistad funesta” (1885) y ensayos. En 1889 fundó y dirigió la revista para niños “La edad de oro” donde publicó un texto sobre San Martín. Se destacó por su estilo fluido, simple y sus vívidas imágenes personales. Sus Obras Completas, formadas por 73 volúmenes, se publicaron desde 1936 a 1953.

Presidente de Uruguay, José Mujica, “El Pepe”, como algunos le llaman, fue el candidato por Frente Amplio en las elecciones de octubre de 2009, las que ganó en segunda vuelta.
Antiguo guerrillero, diputado, senador, y posteriormente Ministro con Vázquez, “El Pepe”, ha sido un político de izquierdas con un alto grado de aceptación en Uruguay. Aunque su modelo político es Lula da Silva, está lejos de tener la misma capacidad diplomática.
Militó en su juventud en una agrupación del Partido Nacional (grupo político tradicional uruguayo), integrando el equipo de despacho del Ministro de Industria y Trabajo Don Enrique Erro (designado por el primer Colegiado blanco, gobierno del Partido Nacional) A mediados de la década de los 60 fundó el Movimiento de Liberación Nacional – MLN – Tupamaros, junto a Raúl Sendic y otros compañeros.
Esta actividad lo llevó a caer prisionero y permanecer preso durante catorce años en diversas unidades militares, formando parte del grupo del MLN conocido como “los rehenes”, entre los que se encontraban el líder y fundador Raúl Sendic, fallecido y Eleuterio Fernández Huidobro, actual Senador por el Frente Amplio, entre otros
En 1985 retornó el orden democrático al Uruguay, quedando en libertad el conjunto de presos políticos, favorecidos por una Amnistía. Al reconstruirse el MLN sus militantes pasan a ser considerados por la izquierda como “los Históricos”. Luego de algunos años de apertura democrática, José Mujica creó junto a otros referentes del MLN y sectores de izquierda, e independientes de la talla de Carlos María Gutiérrez, el Movimiento de Participación Popular: MPP, dentro de la coalición de partidos Frente Amplio.
José Mujica, fue elegido para integrar el Poder Legislativo uruguayo por tres períodos consecutivos 1995-2000 – Ejerció el cargo de Diputado en la Cámara de Representantes2000-2005 – Ejerció el cargo de Senador en la Cámara de Senadores2005-2010 – Fue reelecto para ejercer el cargo de Senador en la Cámara de Senadores, con un número de votos tan importante, que no se había alcanzado antes en la historia política del país.
Siendo elegido primer titular de la lista más votada del partido político por el que fueron elegidos el Presidente y Vicepresidente de la República, en reiteradas oportunidades, Mujica ejerció el cargo de Presidente de la Asamblea General y de la Cámara de Senadores.
El 1º de marzo de 2005 fue designado por el entonces Presidente de la República, Tabaré Vázquez como Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, cargo que ejerció hasta el 3 de marzo de 2008, donde pasó nuevamente a integrar el Poder Legislativo uruguayo, como Senador.
El Congreso Extraordinario “Zelmar Michelini” de la coalición Frente Amplio, llevado a cabo el 13 y 14 de diciembre de 2008, lo proclamó candidato oficial para la Presidencia a ser resuelto las elecciones internas de los partidos políticos a realizarse el 28 de junio de 2009.
A solicitud del Senador José Mujica fueron habilitados también cuatro candidatos propuestos en el Congreso (Danilo Astori, Daniel Martínez, Marcos Carámbula, y Enrique Rubio). José Mujica disputó las elecciones internas del Frente Amplio con Danilo Astori y Marcos Carámbula, en tanto, los otros candidatos propuestos renunciaron.
En las elecciones nacionales del 29 de noviembre de 2009 resultó electo Presidente de la República, por el periodo 2010 – 2015

Cárdenas, Lázaro (1895-1970), político y militar mexicano, presidente de la República (1934-1940), principal responsable de la aplicación de la reforma agraria en México durante la primera mitad del siglo XX.
Nacido el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan de Juárez (Michoacán de Ocampo), la temprana muerte de su padre le obligó a trabajar de tipógrafo recién terminados los estudios primarios, y más tarde en una oficina de Hacienda. En 1913, tras los sucesos de la llamada Decena Trágica y el posterior asesinato del presidente Francisco Ignacio Madero, se incorporó a la Revolución Mexicana. A finales del año siguiente, después de que tuviera lugar la Convención de Aguascalientes, engrosó las filas de las tropas encabezadas por Francisco (Pancho) Villa. En 1915 alcanzó el grado de teniente coronel, pasó a militar en las fuerzas constitucionalistas de Venustiano Carranza y se relacionó con el grupo de Sonora dirigido por Plutarco Elías Calles. En 1920 recibió el ascenso a general del Ejército constitucionalista. Años más tarde resultó elegido gobernador de Michoacán de Ocampo (su estado natal), cargo que desempeñó desde 1928 hasta 1932. Elegido en 1930 presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR), la formación política en cuya fundación había participado un año antes, desde el 28 de agosto hasta el 20 de octubre de 1931 compaginó su cargo de gobernador michoacano con el de secretario (ministro) de Gobernación en el gabinete del presidente Pascual Ortiz Rubio. Bajo la presidencia interina de Abelardo Rodríguez desempeñó la función de secretario de Guerra y Marina, entre el 1 de enero y el 15 de mayo de 1933.
En 1934 fue elegido presidente de la República, mandato que comenzó a ejercer el 1 de diciembre de ese año y en el cual sustituyó a Abelardo Rodríguez. En 1936, el ex presidente Plutarco Elías Calles fue expulsado de México por su oposición a la política cardenista. Durante su administración, se puso en marcha un plan de reforma económica y social de seis años formulado por el PNR. Grandes parcelas de terreno de propiedad privada fueron divididas y distribuidas entre los campesinos y, con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), cuya secretaría general desempeñaba desde 1936 Vicente Lombardo Toledano, numerosas industrias se transformaron en cooperativas. Se aceleró la transformación en propiedad comunal de los ejidos.
En abril de 1938 reorganizó el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), la nueva denominación adoptada desde hacía un mes por el PNR (que, a su vez, transformaría definitivamente su nombre en 1946 por el de Partido Revolucionario Institucional), que se dotó de cuatro secciones, obrera, campesina, popular y militar, con un especial hincapié sobre las dos primeras. En ese mismo año, en medio de grandes tensiones internacionales, pero con el apoyo de todos los grupos sociales del país, llevó a cabo la nacionalización de las propiedades de las compañías petroleras extranjeras para crear la empresa nacional Petróleos Mexicanos (PEMEX). Aunque adoptó una actitud conciliatoria frente a la Iglesia católica, secularizó la enseñanza. Asimismo, impulsó la educación rural, especialmente a través de la creación del Departamento de Asuntos Indígenas.
Apoyó a la II República española durante la Guerra Civil que entre 1936 y 1939 tuvo lugar en ese país, y concedió asilo a numerosos refugiados españoles, a los que otorgó la nacionalidad mexicana. Cárdenas se granjeó el apoyo de las clases campesinas y obreras, y fue uno de los presidentes más populares de México. El 30 de noviembre de 1940 finalizó su mandato presidencial y fue sustituido por el también miembro del PRM Manuel Ávila Camacho.
El 1 de septiembre de 1942, durante la intervención mexicana en la II Guerra Mundial contra las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio y bajo la presidencia de Ávila Camacho, pasó a ser comandante en jefe de todas las fuerzas mexicanas enviadas al océano Pacífico, y secretario de Defensa Nacional. En el desempeño de ese cargo, que ejerció hasta el 1 de septiembre de 1945, envió en mayo de ese año al Escuadrón 201 para combatir en la fase final de las campañas del Pacífico. Retirado del ejercicio de funciones públicas desde su salida del gabinete de Ávila Camacho, en 1955 recibió el Premio Stalin internacional de la Paz y en la década de 1960 encabezó un amplio movimiento de apoyo al régimen cubano de Fidel Castro. F
alleció el 19 de octubre de 1970 en la ciudad de México. Su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas, tras separarse en 1987 del PRI, se convirtió en 1997 en el primer jefe de gobierno del Departamento del Distrito Federal elegido de forma democrática.

Luiz Inácio da Silva nació el 27 de octubre de 1945 en el pueblo de Vargem Grande,Actualmente integrado en el municipio de Caetés, cerca de Garanhuns, en el estado nororiental de Pernambuco, en un entorno social y económico lastrado por el subdesarrollo más agudo. Es el séptimo de los ocho hijos, cinco chicos y tres chicas -en realidad, los hermanos fueron doce, pero cuatro, entre ellos dos gemelos, murieron prematuramente- tenidos por una pareja de labradores analfabetos, Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Mello, llamada Dona Lindu por el vecindario.
El padre, hombre de temperamento violento, mujeriego y que no mostró un cariño especial hacia su familia ni el menor interés por la educación de su progenie, a la que quería ver trabajando tan pronto como tuviera la edad, emigró a la urbe de São Paulo para ganarse la vida como estibador portuario tan solo unos días antes de que su esposa diera a luz al último de sus vástagos. Junto con él se fue una prima de aquella, con la que iba a formar otra familia igual de numerosa. De hecho, el joven Luiz Inácio no conocería a su padre hasta transcurridos cinco años, cuando Aristides se presentó en Vargem Grande acompañado de algunos de sus nuevos hijos, hermanastros del muchacho. Según algunas fuentes, en esta visita fugaz Dona Lindu quedó embarazada de su duodécimo hijo, el único hermano menor del futuro presidente.
En 1952 Eurídice Ferreira se deshizo de las improductivas parcelas de labranza de su propiedad y emigró con toda su prole al estado litoral de São Paulo, confiada en encontrar una situación vital menos sombría que la dejada atrás en el depauperado Pernambuco. Según parece, en el traslado tuvo mucho que ver Aristides da Silva, que ahora se mostraba dispuesto a ejercer la condición de doble padre de familia mientras trabajaba en los muelles de carga de la ciudad portuaria de Santos. Luiz Inácio, su madre y sus hermanos vivieron primero en Guarujá y en 1954 se instalaron en la capital paulista.
Hacia 1956, poniendo término a una larga secuencia de separaciones y reencuentros, Dona Lindu decidió romper definitivamente con su tornadizo esposo, quien en 1978, con sus hijos ya adultos y emancipados, iba a encontrar la muerte completamente alcoholizado y sumido en la indigencia. Hoy, Lula asegura que no guarda resentimiento hacia su padre, y que, antes al contrario, siempre ha admirado su fuerza física y su virilidad; en su opinión, a Aristides da Silva lo que le perdió fue el “pozo de la ignorancia” en que se hallaba sumido.
Ciudad atestada de emigrantes y desarraigados sin recursos como ellos, los Silva no encontraron en São Paulo otro inmueble para vivir que un cubículo en el sótano de un bar en el barrio obrero de Vila Carioca. El pequeño Luiz Inácio, apodado Lula (una forma familiar de Luís, aunque también es un sustantivo común del portugués que significa calamar) por parientes y vecinos, contribuía a las magras rentas familiares trabajando como vendedor callejero de tapioca y frutas tropicales. Los fines de semana tenían que ir a una zona de manglares a recoger leña y pescar cangrejos. La alfabetización la recibió en el grupo escolar Marcílio Dias de Santos.
En esta situación de absoluta precariedad, Lula no podía recibir más que una educación elemental y, como tantos jóvenes de su extracto social, engrosar el proletariado urbano desde muy temprana edad.
Cuando en 2002, en su cuarto intento y tras moderar su imagen radical, consiguió ganar las elecciones presidenciales de Brasil, a Luiz Inácio Lula da Silva, fundador y líder del Partido de los Trabajadores, se le planteó el dilema de cómo satisfacer las urgentes necesidades de distribución de la renta e integración social sin renunciar a la disciplina fiscal y el control de la inflación, reclamados por aquellos con los que el país estaba fuertemente endeudado.
Próximo a concluir su segundo y definitivo mandato el 1 de enero de 2011, un balance positivo se impone: en estos ocho años, Brasil ha experimentado un robusto crecimiento económico acompañado de estabilidad financiera y de importantes avances en el terreno social, con millones de ciudadanos rescatados de la pobreza y aupados a la clase media.
En ese tiempo, el dirigente socialista salió airoso del descomunal escándalo de la corrupción del PT, resistió las presiones por su izquierda y recobró los más altos índices de popularidad. En su agenda pragmática se dieron cita los ajustes promercado, los grandes programas de desarrollo social y apuestas estratégicas -no exentas de polémica- como los biocombustibles y los transgénicos.
Su persistente carisma en casa ha sido parejo a una potente proyección internacional, en un mundo en transformación. Como jefe de un Estado que busca ser un actor relevante en la escena global y se perfila como adalid del nuevo Sur emergente, Lula se alió a sus colegas de India, China, Rusia y Sudáfrica en los foros IBSA y BRIC, buscó la democratización del Consejo de Seguridad de la ONU, promovió el G20 en las negociaciones comerciales con el Norte, dialogó con un G8 en crisis y lanzó una cruzada contra el hambre.
En su continente, afianzó el liderazgo sur/latinoamericano de Brasil en pro de la integración regional. Una política de equilibrios y matices que condujo a unas relaciones ambivalentes con Estados Unidos y Venezuela, donde hubo coincidencias y desencuentros; así, Lula torpedeó el ALCA mientras enarbolaba el MERCOSUR, pero también se distanció del ALBA de Chávez. La UE, Cuba, Argentina y finalmente Irán fueron otros interlocutores privilegiados de su Gobierno.

El 3 de junio de 1770, Manuel Belgrano nace en Buenos Aires, en la casa familiar, que estaba ubicada en el solar que corresponde al 430 de la avenida que lleva hoy su nombre y que se llamaba en aquella época calle de Santo Domingo; al día siguiente es bautizado por el canónigo Juan Baltazar Maciel. En su Autobiografía Manuel Belgrano se refiere a su filiación en los siguientes términos:
“El lugar de mi nacimiento es Buenos Aires; mis padres don Domingo Belgrano y Peri, conocido como Pérez, natural de Oneglia, y mi madre doña María Josefa González Casero, natural también de Buenos Aires. La ocupación de mi padre fue la de comerciante…”.
En “Historia de Belgrano y de la Independencia argentina”, su autor, Bartolomé Mitre escribe: “En el seno de esta sociedad… existía por los años de 1760 una familia, extranjera en parte, por su origen, y con cierta notoriedad en el municipio y en el comercio. Era su jefe don Domingo Belgrano y Peri (conocido por Pérez), natural de Oneglia… Constituyó en Buenos Aires su hogar, casándose allí con doña María Josefa González Casero… “. Los padres del general Manuel Belgrano, don Domingo Francisco María Cayetano Belgrano Peri y doña María Josefa González Casero, contrajeron matrimonio en Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1757”.
Don Domingo Belgrano Peri falleció el 24 de septiembre de 1795. El 8 de abril, había otorgado poder para testar a su esposa y a sus hijos, el teniente de dragones Carlos José y Manuel, entonces secretario del Real Consulado de Buenos Aires. Don Domingo, en este poder, se reservaba tres cláusulas. Por la primera pedía ser sepultado “en la Iglesia de Nuestro Padre Santo Domingo, siendo amortajado mi cuerpo con el hábito de la Sagrada Religión y como Hermano que soy de su Venerable Orden Tercera”. Por las otras dos cláusulas, nombra herederos y designa albacea a sus doce hijos vivos en ese momento. Cuatro años más tarde, doña María Josefa, a su vez, otorgaba poder para testar a sus hijos el presbítero Dr. Domingo Estanislao y Francisco, a los que designa albaceas; también pide ser sepultada en la iglesia de Santo Domingo, de “cuya venerable Orden soy tercera”. Doña María Josefa falleció ocho meses después, el 1 de agosto de 1799.
Don Domingo había cambiado su segundo apellido y, se presenta por ello, en el poder mencionado como “don Domingo Belgrano Pérez, vecino de esta ciudad, natural de la ciudad de Oneglia, dominios del rey de Cerdeña… “connaturalizado con Carta de Naturaleza por Su Majestad”.
En este poder para testar, don Domingo nombra como únicos y universales herederos a sus “doce hijos legítimos… llamados Don Carlos José, Don José Gregorio, Doctor Don Domingo Estanislao, Don Manuel, Don Francisco, Don Joaquín, Don Miguel, Don Agustín, Doña María Josefa, Doña María del Rosario, Doña Juana, Doña Juana Francisca Buenaventura Belgrano y González, como también a mi nieto, Don Julián Vicente Gregorio Espinosa, hijo legitimo de la finada mi hija Doña María Florencia Belgrano y González, mujer legitima que fue de Don Julián Gregorio Espinosa, que también es difunto…”, nómina repetida y en el mismo orden, en el poder para testar de doña María Josefa”.
Dieciséis fueron los hijos que tuvo el matrimonio Belgrano Pérez – González Casero.Otro autor, RICARDO ROJAS (1882-1957), narró: “El padre de Belgrano … fue un hijo de Italia
Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Sus padres fueron Domingo Belgrano, genovés, y Josefa González Caseros, porteña. Realiza sus primeros estudios en el Colegio de San Carlos. En 1787 estudia Leyes en Salamanca, España. En 1793 se gradúa en Valladolid, y lo nombran Secretario Perpetuo del Consulado que se establecería en Buenos Aires. En 1797 es el Capitán de las milicias en Buenos Aires. Hasta 1806 se dedica al estudio de idiomas y del Derecho Público y Economía. A partir de 1807 participa de las acciones revolucionarias y de emancipación. En 1810 escribió el “Ideario Libertador” No se había preparado para la guerra sino para las leyes, pero -no sin errores- aprendió y se ganó la admiración de San Martín. Su primer contacto con el tema fue en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa. Allí se incorporó a las milicias criollas con otros jóvenes para defender la ciudad y él fue elegido Capitán. Tuvo su primer combate en las orillas del Riachuelo. Ya en 1810, la Primera Junta, recién asumida, decidió enviar expediciones para extender la Revolución a todo el Virreinato. En septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay.
El objetivo de la Campaña del Paraguay fue más político que militar: la intención de Belgrano era difundir entre los paraguayos el ideario de la Revolución de Mayo. De paso al Paraguay, legalizó y dio un carácter urbano, con planificación de ejidos, a Mandisoví y Curuzú Cuatiá.
Luego de vencer en Campichuelo fue derrotado en Paraguarí, el 19 de enero de 1811. También, el 9 de marzo de 1811, fue vencido en Tacuarí. En noviembre de 1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de 1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de los españoles. Allí enarboló por primera vez la bandera nacional (el 27 de febrero de 1812).
Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo bendecir la bandera. Al observar que era imposible resistir el avance realista, inició el 23 de agosto de 1812 el Éxodo Jujeño, es decir, la retirada hacia Tucumán (los habitantes de Jujuy y de Salta abandonan sus hogares y arrasan todo a su paso, dejando a los realistas sin víveres para la tropa).
Luego, el gobierno le pidió que fuera a Córdoba pero él se mantuvo en Tucumán y allí venció a los realistas (el 24 de septiembre de 1812). El gobierno lo nombró Capitán General e inició el avance hacia el norte. Cruzó el río Pasaje y, junto con su ejército, juró obediencia a la Asamblea del año XIII.
Derrotó nuevamente a los españoles en la batalla de Salta el 20 de febrero de 1813. Ese año se dirigió a Potosí y fue derrotado en Vilcapugio (el 1º de octubre de 1813). Reorganizó su ejército, pero fue vencido nuevamente en Ayohúma (el 14 de noviembre de 1813).
En enero de 1814 se con San Martín en Salta y entregó el mando del ejército en Tucumán, quedando a cargo del regimiento Nº 1 con el grado de coronel. El 30 de enero de 1814 el gobierno lo separó del ejército del Norte y viajó a Buenos Aires. Allí lo arrestaron y lo procesaron, pero finalmente se le reconocieron sus méritos y honores.

Sus amores

Uno de los mitos de la historia argentina puso en duda la masculinidad de Manuel Belgrano. Tal vez, sus modos delicados, su voz aflautada, la enfermedad venérea que padecía (sífilis), las representaciones generadas a través de la iconografía, contribuyeron a la construcción de esta idea. Pero para ser fieles a la historia, debemos decir que hubo en la vida de Belgrano muchas mujeres, tanto en España durante su juventud como en el Río de la Plata y, a pesar de estar ocupado en actividades periodísticas, políticas y militares, no dejó de destinar tiempo a cultivar relaciones amorosas.
En la época, las tertulias eran espacios apropiados para mostrar en sociedad las cualidades de las jóvenes casamenteras y para arreglar su matrimonio. El matrimonio de las hijas de las familias de la elite era una cuestión de importancia, ya que de esa manera, se controlaban los destinos de la descendencia. Por eso, en los arreglos matrimoniales el amor era lo de menos. Sólo en algunos casos, se iniciaba una relación amorosa, tal es la historia de Belgrano y María Josefa Ezcurra.
En una de las tertulias que frecuentaba, conoció a María Josefa Ezcurra en 1802, cuando él había regresado a Buenos Aires. Era la mayor de la familia Ezcurra. Ella había contraído matrimonio con Juan Esteban Ezcurra, un primo que llegado de Navarra, había logrado hacer fortuna rápidamente pero que, disconforme con los ideales de la Revolución de Mayo, regresó a la península ibérica y dirigió sus negocios desde allí. Estuvieron casados durante nueve años; ella quedó en Buenos Aires gozando de las libertades de una viuda sin hijos de los que hacerse cargo.
Luego de la creación de las baterías sobre el río Paraná para impedir el avance de los realistas y de enarbolar por primera vez la bandera de la patria, Belgrano regresó a Buenos Aires. Se encontraron nuevamente y se enamoraron, él tenía algo más de cuarenta años y ella tan sólo veintisiete.
Cuando le ordenaron a Belgrano partir hacia el norte para comandar el ejército patriota, el amor hizo que María Josefa lo siguiera por Salta, Tucumán y Jujuy sin temer a los peligros a los que se enfrentaba. Sin embargo, temía a la opinión de los miembros de la sociedad cuando conocieran que ella no respetaba las rigurosas normas éticas de la época ya que, sin estar casada con Manuel Belgrano estaba esperando un hijo de él.
Avanzado el embarazo, ella no podía continuar viajando con el ejército, decidieron entonces que el niño naciera en Santa Fe, en la estancia de unos amigos. El 30 de julio de 1813 nació un varón. Sin apellido, fue bautizado en la catedral de Santa Fe. El nacimiento se mantuvo en absoluto secreto.
Los padres no reconocieron al niño, que fue entregado a una de las hermanas de María Josefa, Encarnación Ezcurra casada con Juan Manuel de Rosas. Esta pareja adoptó al niño dándole el nombre de Pedro Pablo Rosas y Belgrano.
En 1812, Belgrano y María Dolores Helguero tuvieron un primer encuentro. Él habría quedado prendado por la hermosura de la joven y le habría prometido matrimonio. Debido a los trajines de la guerra, debieron distanciarse pero cuando se reencontraron, vivieron un intenso romance, fruto del cual Dolores quedó embarazada. Belgrano marchó a cumplir con sus obligaciones militares y los padres de Dolores la obligaron a casarse con otro hombre. Durante este matrimonio, nació la hija de Belgrano; luego, el esposo de Dolores la abandonó.
El 4 de mayo de 1819 nació Manuela Mónica del Corazón de Jesús, cuando Belgrano ya estaba muy enfermo. Habiendo solicitado licencia para atender sus afecciones, viajó a Tucumán para conocer a su hija, pero no pudo disfrutarla por muchos tiempo. Alejado de sus amores y vencido por la enfermedad, murió en Buenos Aires a los pocos meses.

Sus hijos

A veces, era preferible la infelicidad a soportar el reproche social por no haber respetado las normas establecidas. Una mujer casada debía respetar a su marido aunque –como en los casos de María Josefa y de María Dolores- su esposo no conviviera con ella, la hubiera abandonado y no hubiera regresado nunca. No podía volver a casarse a menos que enviudara. Belgrano sabía que el esposo de Dolores se había trasladado al Alto Perú y recurría a informantes para conocer si aún vivía, porque de lo contrario, podría contraer nupcias con su amada.
Esta concepción social, llevó a Belgrano a no reconocer a sus hijos, como modo de no deshonrar el buen nombre de sus madres. Es por eso, que ni siquiera los reconoce en su testamento.
Belgrano había solicitado a Encarnación Ezcurra y Juan Manuel de Rosas -los tíos de Pedro Pablo, que lo adoptaron y lo criaron- que cuando fuera mayor de edad, se le informara que él era su verdadero padre, lo que fue cumplido.
El hijo mayor de Belgrano se instaló en la zona de los actuales distritos de Azul y Olavarria, donde Rosas, le había obsequiado enormes extensiones de tierra. Fue designado juez de paz y comandante militar interino de esos pagos y se dedicó a las tareas vinculadas a la explotación ganadera. Se casó en 1851 con Juana Rodríguez con la que tuvo dieciséis hijos.
Belgrano tuvo ocasión de conocer a Manuela Mónica de la que debió distanciarse cuando su estado de salud se agravó y decidió viajar a Buenos Aires. En ese momento, remitió una misiva al Cabildo de Tucumán, a través de la cual declaraba: “[…] Que la cuadra de terreno, contenida en la donación que me hizo la M.I. Municipalidad y consta de los documentos antecedentes, con todo lo que en ella edificado por mí, pertenece por derecha de heredad a mi hija Manuela Mónica del Corazón de Jesús, nacida el 4 de mayo de 1819 en esta capital y bautizada el 7, siendo sus padrinos la Sra. Dña. Manuela Liendo y Don Celestino Liendo, hermanos y vecinos de la misma. Para que conste la firmo hoy 22 de enero de 1820 en la valerosa Tucumán, rogando a las juntas militares, como a las civiles, le dispensen toda justa protección”.
Manuela Mónica vivió con su madre hasta 1825, cuando se trasladó a Buenos Aires para quedar al cuidado de sus tíos Juana y Domingo Belgrano, cumpliendo el deseo de su padre. Con ellos vivió en el actual distrito de Azul (Provincia de Buenos Aires), donde conoció a su hermano Pedro Pablo que tenía allí sus campos. Cultivaron una profunda relación y se presume que fue su hermano quien le presentara a su futuro esposo, Manuel Vega Belgrano, un pariente político con quien se casó Manuela en 1852 y tuvo tres hijos.
Manuel Belgrano sabía que su hijo no necesitaría su protección económica por eso, lo poco con lo que contaba trató de dejarlo para su hija. En un escrito citado por Mitre, Belgrano solicita a su hermano, el sacerdote Domingo Estanislao Belgrano “[…] que, pagadas todas sus deudas, aplicase todo el remanente de sus bienes a favor de una hija natural llamada Manuela Mónica, de edad de poco más de un año, que había dejado en Tucumán”.

Hombre visionario que se adelantó a su tiempo, emitió declaración de la independencia y convocó a un Congreso para planificar un nuevo Gobierno nacional en 1813. Morelos no era un político y sus ideas para una nación independiente surgieron lentamente. Ellas son más claramente expresadas en el documento conocido como “Los sentimientos de la nación,” presentado a la sesión de apertura del Congreso de Chilpancingo el 14 de septiembre de 1813.
José María Morelos y Pavón, nació en Valladolid, actual Morelia, en 1765, fue fusilado, en San Cristóbal Ecatepec, en 1815. Religioso, político y militar mexicano, caudillo de la independencia de México. Asumió el liderazgo del movimiento independentista tras la muerte en 1811 del cura Hidalgo (a cuya causa se había unido en 1810) y logró importantes victorias en el sur. Trató además de dar forma política a sus ideales de justicia e igualdad a través del Congreso de Chilpancingo (1813), que formuló la declaración de independencia, otorgó a Morelos un amplio poder ejecutivo y puso las bases para una Constitución liberal y democrática que sería aprobada en 1814. José María Teclo Morelos Pérez y Pavón nació en Michoacán el 30 de septiembre de 1765. Hijo de José Manuel Morelos, de ocupación carpintero, y de Juana María Guadalupe Pérez Pavón, fue registrado como español, aunque en realidad era mestizo, con ascendencia negra.
Durante sus primeros años de vida estudió con su abuelo materno y posteriormente ingresó al Colegio de San Nicolás, en Valladolid, donde estudió gramática latina y retórica, filosofía y moral. En el Seminario Tridentino de aquella ciudad estudió en 1795 teología moral y filosofía. En 1799, fue nombrado cura de Carácuaro, donde permaneció hasta 1810. Se tiene conocimiento de que tuvo tres hijos, el primero de nombre Juan Nepomuceno Almonte, junto con Brígida Almonte; el segundo, José Victoriano, hijo María Ramona Galván, y otra hija nacida en Carácuaro.
En octubre de 1810, tuvo noticia del levantamiento de Hidalgo y el 19 de ese mes salió en su búsqueda, recibiendo la comisión de levantar en armas la costa del sur.
Después de solicitar licencia a la mitra de Michoacán, Morelos se dirigió a Carácuaro, donde armó 25 hombres, con los que inició su primera campaña militar el 25 de octubre. El 7 de noviembre entró en Tecpan, donde se le unieron Juan José, Antonio y Pablo Galeana, quienes le facilitaron además un cañón pequeño, apodado “El Niño”, primera pieza de artillería con que contó Morelos. El 13 de noviembre, sus tropas entraron por primera vez en combate, al enfrentarse a las del realista Luis Calatayud. El 17 de noviembre Morelos emitió un bando en el que suprimía la esclavitud y las castas.
A principios de enero de 1811, Hermenegildo Galeana se une a sus tropas. Tras algunos ataques infructuosos a Acapulco, se retiró a Tecpan, donde se dedicó a organizar el gobierno de su provincia. El 3 de mayo de 1811 nombró a Hermenegildo Galeana su lugarteniente. El 26 de mayo tomó Tixtla, donde se le unió Vicente Guerrero. Allí publicó un bando sobre la emisión de una moneda nacional de cobre.
El documento Sentimientos de la Nación. Recogía sus ideas políticas: la Independencia de México, el reparto de la propiedad, la abolición de la esclavitud, la disolución de las castas y la creación de un sistema republicano sobre las bases de igualdad y libertad. El Congreso lo nombró Generalísimo y depositario del Poder Ejecutivo, cargo que aceptó contra su voluntad, rechazando en forma categórica el tratamiento de Alteza Serenísima, el cual sustituyó por el título que él mismo se había dado: Siervo de la Nación.
El 14 de septiembre, una vez instalado el Congreso, Morelos leyó un discurso y los diputados iniciaron el examen de las propuestas contenidas en Sentimientos de la Nación. Al día siguiente fue elegido generalísimo por aclamación, con todos los poderes y la facultad de nombrar sus lugartenientes, cargos que recayeron en Mariano Matamoros y Manuel Muñiz. Hubo que esperar durante algo más de un mes a que llegaran Rayón, Bustamante, Liceaga y Cos, pero en noviembre se celebraron sesiones regulares y el día 6 el Congreso aprobó una declaración de independencia, redactada por Bustamante. Después de muchas y cruentas batallas con derrotas y victorias el 20 de agosto de 1813, tomó la plaza de Acapulco, cumpliéndose con esto la única orden que le diera Miguel Hidalgo y Costilla en 1810. Morelos se convirtió en Estadista, instalando el 13 de septiembre el Congreso de Chilpancingo, desde donde declaró la Independencia de México.
Y el 5 de noviembre de 1815 fue su último combate ya que fue derrotado y aprehendido por un ex soldado insurgente llamado Matías Carranco, fuertemente custodiado y encadenado fue llevado a la prisión de la inquisición en México, sometido a torturas, humillaciones y vejaciones, degradándolo como sacerdote, declarándolo hereje y traición al Rey, a la Patria y a Dios, a continuación se le aplicó el juicio eclesiástico, acusado de violar el celibato, haber tenido 3 hijos ilegítimos. Félix Calleja firmó su sentencia de muerte, siendo fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec.
Morelos murió con la esperanza de que otros hombres siguieran luchando por un México libre e independiente. Sus restos descansan en la columna de la Independencia en la Ciudad de México.

El siglo XIX fue testigo de la opresión de los campesinos de clase baja por los ricos en México. Se los trataba como esclavos y tomó una ventaja indebida. En 1894, Villa disparó contra el dueño de la hacienda que se trató de violación de su hermana de 12 años de edad. A continuación, se dirigió directamente hacia la montaña y siguió huyendo de la ley.
En 1896, se unió a un grupo de bandidos en las montañas y pronto se convirtió en su líder. Villa, con su grupo de bandidos robusto, robaba a los ricos para ayudar a los pobres. Cambió su nombre de Doroteo Arango a Francisco “Pancho” Villa. Él y su grupo de bandidos terror infligido a los ricos por robar ganado y robar a los envíos de dinero junto con muchos otros delitosSu verdadero nombre fue José Doroteo Arango Arámbula. Nació en San Juan del Río, en Durango (México), el 5 de junio de 1876. Sus padres fueron Agustín Arango y Micalea Arámbula, campesinos pobres que no pudieron enviarlo a la escuela.
Desde pequeño se ganó la vida en diversos oficios. En su juventud se involucró en las bandas que robaban ganado a los hacendados de su región, y fue perseguido por las autoridades federales.
En 1910 ya era líder de una partida de bandoleros, con los cuales se unió al movimiento de Francisco Madero que luchaba contra el tirano Porfirio Díaz. Durante el periodo de “Revolución Mexicana” destacó como jefe guerrillero. Cuando Madero fue asesinado en 1913, Pancho Villa se unió a las huestes de Venustiano Carranza para combatir al gobierno de Victoriano Huerta. Logró importantes victorias en el norte de México, como la toma de Ciudad Juárez.
En 1914 rompió con Carranza, y se unió a las fuerzas campesinas que lideraba Emiliano Zapata. Sin embargo, con el apoyo de Estados Unidos, las tropas de Carranza obligaron a Pancho Villa a replegarse a Chihuahua.
Con ánimo de venganza, Pancho Villa atacó en 1916 el pueblo estadounidense de Columbus. Para castigarlo, el presidente Woodrow Wilson envió poderosas tropas al mando del general John Pershing. Durante cuatro años el llamado “Centauro del Norte” logró escapar tanto de las fuerzas de EE.UU. como de las de México.
En 1920, firmó la paz con el presidente Adolfo de la Huerta, y se retiró a la Hacienda de Canutillo, en Durango. Sin embargo, sus antiguos enemigos terratenientes organizaron un plan para matarlo.
El 20 de julio de 1923 fue asesinado a balazos en su coche, cuando transitaba en la ciudad de Hidalgo del Parral, al norte de México.

General Porfirio Díaz Mori nació en la Ciudad de Oaxaca, el 15 de septiembre de 1830. Estudió en el seminario como alumno externo. Por consejo del liberal Marcos Pérez, ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes a la carrera de Leyes que no terminaría. Posteriormente se enlista en la vida militar. Tenía entonces Porfirio Díaz 16 años; y como escuchara de labios de uno de sus profesores, que era deber de los mexicanos defender el territorio invadido, tomó este sentimiento en el estudiante la misma forma activa y enérgica con que en su corazón se han revelado todos en el curso de su vida. Así, pues, congregó a algunos de sus condiscípulos; y poniéndose resueltamente a la cabeza de ellos, se dirigió al Gobernador del Estado para ofrecerle sus servicios y los de sus compañeros, como una ofrenda a la Patria.
Naturalmente, admirado el Gobernador ante aquella actitud resuelta, pero más admirado todavía ante el ardor patriótico de aquéllos jóvenes, se limitó a anotar sus nombres sin aceptar de pronto el ofrecimiento que le hacían. Más tarde fue éste aceptado, y entonces Porfirio empuñó por vez primera las armas en defensa de México, hizo sus guardias y se sujetó al duro régimen militar.
Gracias a su papel importante durante las diversas batallas en las que participó se le otorgaron varios nombramientos. En 1859 gracias a una recomendación del Presidente de la República a el Gobernador de Oaxaca, Díaz fue ascendido a Teniente Coronel por su actuación en el ataque de Tehuantepec. En 1860 se le nombra Jefe de la Brigada de la Sierra de la División de operaciones en Oaxaca, y se le da una mención honorífica.
En 1861 se le otorga una mención honorífica por su lucha en la jornada de Jalatlaco y por lo cual se le da el grado de General de Brigada. Participó en la batalla del 5 de mayo de Puebla contra los franceses, y también participó en la defensa de esta ciudad en 1863 de la cual recibe mención honorífica por el combate del 25 de abril, además que fue nombrado General en Jefe del Ejército de Operaciones. En 1868 colabora económicamente para establecer la comunicación telegráfica entre la ciudad de México y Oaxaca. Al terminar la Guerra de Reforma y dar el triunfo a la República, Benito Juárez propuso su reelección, y obtuvo el apoyo del Congreso. Esto no le pareció a Díaz quien expresó su descontento y se fue a vivir un tiempo a la hacienda de La Noria, Oaxaca; desde donde solicitó un retiro definitivo, y un tiempo se dedicó a la agricultura sin dejar la política.
La reelección de Juárez se consideró un fraude; los generales Donato Guerra, Juan Méndez y Jerónimo se levantaron en armas, y reconocen como jefe de esta rebelión a Porfirio Díaz quien proclamó el Plan de La Noria el 8 de noviembre de 1871, en el que se proponía la suspensión del orden constitucional, nombrar un presidente provisional y que el Congreso revisara la Constitución. Juárez muere en 1872 por lo que asume la Presidencia interina Sebastián Lerdo de Tejada, la sublevación a mando de Porfirio Díaz se detiene ya que ya no existía motivo para luchar. Este año se realizan elecciones resultando electo el mismo Lerdo de Tejada.Al finalizar el periodo presidencial de Lerdo de Tejada sus partidarios querían reelegirlo por lo que los porfiristas empiezan a levantarse en armas. En 1857 Díaz va a Brownsville, Texas, a preparar la rebelión.
Porfirio Díaz gobernó México despóticamente durante 44 años hasta que lo derrocó la Revolución. En los primeros años del siglo XX el gobierno de Porfirio Díaz se fue debilitando, tenía poca credibilidad y muchos opositores; se recrudecieron los actos de represalia contra campesinos y trabajadores, como las matanzas de Río Blanco (1905) y Cananea (1906) y poco después el Partido Liberal Mexicano, bajo el liderazgo de los hermanos Flores Magón, publicaba un manifiesto de 28 puntos considerado como el antecedente inmediato del levantamiento popular de 1910.
Por último, la sublevación de Francisco I. Madero, a quien se unió Emiliano Zapata, motivó que Porfirio Díaz eligiera el exilio y se trasladara a París donde murió en 1915, el 3 de febrero, sus restos descansan en el cementerio de Montparnasse en París.
Porfirio Díaz es sin duda una de las figuras más polémicas de nuestra historia. Atacado por unos y defendido por otros. Pero estamos conscientes que el Gral. Díaz formó parte de una etapa crucial en el acontecer social, político y económico de nuestro país.
Bajo su dictadura México consiguió un importante progreso económico. Aumentaron las inversiones de capital extranjero, lo que favoreció la construcción y expansión de la red de ferrocarriles, se elevó el desarrollo de la minería de plata, se instaló la primera línea telefónica, inauguró la comunicación vía telégrafo en Oaxaca, se exhibió el fonógrafo, entre otras cosas. Como militar, su valor y honradez fueron inquebrantables, así lo demuestra con todos los ascensos ganados por mérito propio en el campo de batalla. Actualmente se conocen caricaturas sobre el gobierno de Porfirio Díaz en el periódico “Ahuizote”.

Porfirio Díaz en la Invasión Francesa
Los emisarios de España e Inglaterra llegaron a un acuerdo y se retiraron; pero no así los de Francia, cuyos soldados, violando su compromiso, avanzaron sobre el punto de observación donde estaba Porfirio Díaz y lo atacaron por sorpresa. El general Ignacio Zaragoza ordenó la retirada hacia Puebla y Porfirio Díaz cubrió la retaguardia, para lo cual hubo de resistir a los franceses en las cumbres de Acultzingo, de manera que fue su tropa la que cambió los primeros disparos con los invasores.
El 5 de Mayo de 1862, rechazados los invasores en los fuertes de Loreto y Guadalupe, cargaron duramente sobre la línea de Porfirio Díaz, quien logró detenerlos y los obligó a retirarse persiguiéndolos luego hasta el anochecer, yendo esta acción más allá de las órdenes de Zaragoza.
Después de la batalla del 5 de Mayo, el ejército mexicano donde luchaba Porfirio Díaz estableció líneas de ataque, pero Ignacio Zaragoza murió al poco tiempo víctima de la tifo. Tras repeler los ataques de los mexicanos, los franceses consolidaron su estancia en Orizaba y durante 10 meses se reorganizaron y recibieron numerosos refuerzos de Francia y el 18 de Marzo de 1863 los franceses reanudaron el ataque y pusieron sitio a Puebla, rodeando la ciudad, pero quedando sus fuerzas demasiado alejadas entre sí. Porfirio Díaz, observando esta maniobra defectuosa, propuso un ataque masivo sobre alguno de los destacamentos para quebrantar al enemigo y romper sus comunicaciones. Sin embargo, Manuel Ortega rechazó el plan. Porfirio Díaz mandaba la línea de San Agustín, la cual fue escogida por el enemigo para atacar, sin embargo, resistió durante 3 días (del 1° al 3 de Abril) y ahí mismo fue ascendido a General de brigada. Los franceses viendo que no podrían entrar por medio de las armas, decidieron rendir la ciudad por hambre, consiguiéndolo el 18 de Mayo. Porfirio Díaz, junto a los otros jefes y oficiales, fue hecho prisionero, pero logró escapar al poco tiempo, acudiendo a la ciudad de México donde Benito Juárez le propuso el ministerio de guerra, el cuál Porfirio Díaz rechazó.
El gobierno hubo de retirarse a San Luis Potosí ante el avance de los conservadores y el clero, donde casi desaparece el ejército mexicano a causa de la falta de pago, deserciones y desánimo.
Posteriormente, Porfirio Díaz fue designado jefe del ejército de oriente, mandando los estados de Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Campeche, penetrando en Oaxaca y sustituyendo al gobernador, que estaba en tratos con el enemigo. Maximiliano intentó comprar en dos ocasiones a Porfirio Díaz, pero este rechazó el ofrecimiento, advirtiéndole en la segunda que haría fusilar a los emisarios siguientes. Al ver esto Maximiliano decidió aplastarlo y con un ejército de cerca de diez mil hombres puso sitio a Oaxaca, obligando a Porfirio Díaz a rendirse debido a que su ejército se hallaba muy debilitado por los desertores (muchos de los cuáles se habían pasado al bando enemigo). Porfirio Díaz fue apresado, pero logró fugarse tras diez meses.
Después, Porfirio Díaz, logró rehacer su ejército, comenzando con catorce hombres y ejerciendo la guerra de guerrillas, reclutando hombres y obteniendo dinero y armas. Haciéndose cada vez más poderoso el ejército de Oriente, venció en Miahuatlán al imperialista Oronoz y avanzó sobre Oaxaca, donde acampó el 8 de Octubre de 1866. Luego, Porfirio Díaz venció en La Carbonera a un poderoso refuerzo imperial, volviendo después a Oaxaca, rindiéndola incondicionalmente. Dueño del sur de la república, Porfirio Díaz, decide avanzar al Norte y marchó a Puebla, tratando de no encontrarse a los franceses que regresaban a su tierra, pero marchando cerca de ellos para ir recogiendo el armamento que dejaban atrás. Porfirio Díaz puso sitio a Puebla, haciendo lo mismo después con la ciudad de México, que al poco tiempo de saber de la captura de M El desarrollo económico de Porfirio Díaz
En materia de política exterior, Porfirio Díaz dirigió al país relacionándose amigablemente con casi todas las demás naciones, incluso con Francia, con la cual estableció la paz y a excepción de Guatemala por sus pretensiones sobre el Soconusco y el asesinato de un presidente Guatemalteco en territorio mexicano. Al poco tiempo Estados Unidos y México actuaron juntos como árbitros en conflictos centroamericanos, como la contienda entre Guatemala y, El Salvador y Honduras.
En 1887 Porfirio Díaz fundó las escuelas normales de maestros en Jalapa y México. El crecimiento educativo durante el mandado de Porfirio Díaz es también apreciable ya que en 1878 había 4,498 escuelas oficiales y 696 particulares, mientras que treinta años después las de gobierno se habían duplicado (9541) y las privadas triplicado (2557), dando un total de 12068, sin embargo había escasez de maestros, pues era un oficio mal remunerado.
En materia económica, se puede decir que la obra principal del porfirismo fue el impulso económico, basado en el capitalismo liberal. Desde el comienzo de su mandato Porfirio Díaz se preocupó por extender las vías férreas. Ya que los inversionistas mexicanos se mostraban mezquinos, Porfirio Díaz acudió al capital extranjero, otorgando ventajosas concesiones para construir vías férreas, firmando contratos importantes con compañías norteamericanas como James, Sullivan, Symons y Camacho, y David Ferguson. En 1897 se habían tendido 13,584 kilómetros de vía, en comparación con los 578 que existían cuando Porfirio Díaz asumió el poder, llevando a la nación mexicana a ser el primer lugar de Latinoamérica en vías ferroviarias. Después, en 1898, se pensó en nacionalizar los ferrocarriles, cesando las concesiones y haciendo que el gobierno adquiriera el mayor número de acciones de las compañías. Así, en 1908 se crearon los Ferrocarriles Nacionales de México.
Gracias a las vías ferroviarias que impulsó Porfirio Díaz, las compañías fundidoras norteamericanas pudieron adentrarse en México e introducir nuevas técnicas modernas para el tratamiento de metales, contribuyendo a la aceleración de la energía eléctrica y la producción de Cobre. También había unas cuantas compañías Inglesas o francesas, pero la mayoría eran norteamericanas.
Cuando Porfirio Díaz llegó al poder, la nación se encontraba en banca rota, ya en 1895, el presupuesto gubernamental tuvo un superávit de 2 millones, que luego se convertiría en 10 millones en 1897, propiciando obras a través de toda la república mexicana, como el gran canal del desagüe en la ciudad de méxico, el Teatro Nacional (hoy Palacio de las bellas artes), la introducción de la energía eléctrica y la presa de Necaxa, en su tiempo la más grande del mundo.

La revolución mexicana y el fin de Porfirio Díaz
Junto con el desarrollo de la economía de Porfirio Díaz, también hubo descontento por parte de la gran población trabajadora, que tenía salarios muy bajos. Las principales leyes de Porfirio Díaz contribuyeron a incrementar el latifundismo. De modo en en 1910, las haciendas en manos de 830 terratenientes, comprendían el 97% de la superficie rural; el 2% a pequeños propietarios y el 1% a los pueblos. Bajo este escenario de descontento surgieron las rebeliones de Río Blanco y Cananea, que fueron reprimidos violenta y cruelmente.
En 1903, Porfirio Díaz reformó la Constitución para alargar el período presidencial a 6 años y al año siguiente fue reelegido por sexta ocasión. En 1908 Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, anunciando sus deseos de retirarse. Dicho comentario motivó la formación de algunos partidos políticos, que quizá con temor de la figura presidencial sólo se disputaban la vicepresidencia, excepto por el Anti-reeleccionista, que postulaba como presidente a Francisco I. Madero, pero ante la reeleción de Porfirio Díaz y Ramón Corral, el descontento se generalizó y por todos lados se planteó la revolución. El 5 de Octubre de 1910, Francisco I. Madero expidió el plan de San Luis, el cual invitaba a la rebelión para el día 20 de Noviembre de 1910. La revolución de 1910 cundió por todo el país, y derivó en la salida de Porfirio Díaz del país, exiliándose en Francia, y muriendo en París el 2 de Julio de 1915, a la edad de 84 años.

Salvador Allende Gossens; Valparaíso, 1908 – Santiago de Chile, 1973 Político chileno, líder del Partido Socialista, del que también fue cofundador en 1933. Fue presidente de Chile desde 1970 hasta el golpe de estado dirigido por el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, día en que falleció en el Palacio de la Moneda, que fue bombardeado por los golpistas.
Salvador Allende perteneció a una familia de clase media acomodada. Estudió medicina y, ya desde su época de estudiante universitario, formó parte de grupos de tendencia izquierdista. Más tarde, alternó su dedicación a la política con el ejercicio profesional. Participó en la elección parlamentaria de 1937, y salió elegido diputado por Valparaíso. Fue ministro de sanidad del gabinete de Pedro Aguirre Cerdá entre 1939 y 1942. A partir de entonces se convirtió en líder indiscutible del partido socialista.
(Salvador Allende Gossens; Valparaíso, 1908 – Santiago de Chile, 1973) Político chileno, líder del Partido Socialista, del que también fue cofundador en 1933. Fue presidente de Chile desde 1970 hasta el golpe de estado dirigido por el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, día en que falleció en el Palacio de la Moneda, que fue bombardeado por los golpistas.
Salvador Allende perteneció a una familia de clase media acomodada. Estudió medicina y, ya desde su época de estudiante universitario, formó parte de grupos de tendencia izquierdista. Más tarde, alternó su dedicación a la política con el ejercicio profesional. Participó en la elección parlamentaria de 1937, y salió elegido diputado por Valparaíso. Fue ministro de sanidad del gabinete de Pedro Aguirre Cerdá entre 1939 y 1942. A partir de entonces se convirtió en líder indiscutible del partido socialista.

Ultimas palabras
Pagaré con mi vida la defensa de principios que son caros a esta patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltado a su palabra, roto la doctrina de las Fuerzas Armadas. El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.
Una palabra para aquellos que llamándose demócratas han estado instigando esta sublevación, para aquellos que diciéndose representantes del pueblo, han estado turbia y torpemente actuando para hacer posible este pasó que coloca a Chile en el despeñadero.
En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada, éste es un momento duro y difícil. Es posible que nos aplasten, pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Compatriotas: es posible que silencien las radios, y me despido de ustedes. En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con este ejemplo, para señalar que en este país hay hombres que saben cumplir con las obligaciones que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por la voluntad consciente de un presidente que tiene la dignidad del cargo…
Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron.Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares… al almirante Merino… … El general Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. Es este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctima del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena conquistar el poder para seguir defendiendo sus granujerías y sus privilegios. Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra: a la campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de su preocupación por los niños.
Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días están trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas de una sociedad capitalista.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha; me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder… La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa: me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirá las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

Simón Bolívar nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Es considerado como una figura incomparable dentro de la historia hispanoamericana y mundial, ya que tuvo el privilegio de ser un hombre de acción y pensamiento. Su acción política y militar marca la historia del Continente Sur desde el mar Caribe hasta la cordillera andina, desde el Orinoco hasta el Potosí.
Durante 20 años de actividad incesante, concibe y emprende el proceso de la independencia que va a dar lugar a la formación de naciones suramericanas, como lo son Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. No sólo comanda las acciones de una guerra difícil y empecinada contra el imperio español, sino que establece la plataforma y las instituciones para una nueva organización de toda Hispanoamérica.
Su visión libertadora estaba orientada hacia la unión del continente. De ello dan cuenta diversos documentos y escritos, de extraordinaria actualidad, en los cuales describe la realidad y las posibilidades futuras de nuestros países. La novedad y profundidad de su pensamiento estaban servidas por un excepcional don de expresión.
De todos los elevados títulos que recibió en vida (General de los Ejércitos, Jefe Supremo y Presidente de la República) el que más amó fue el de Libertador y, como tal, sigue vigente en lo más alto de la conciencia del mundo americano.
El contexto histórico y político de su época está enmarcado en una pequeña ciudad de mediana riqueza, denominada Caracas, que carecía de palacios y lujos excesivos y no sobrepasaba los 40.000 habitantes. Era una sociedad tradicional, jerarquizada rigurosamente, pero muy abierta al mundo y a las influencias extranjeras. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrolló notablemente la cultura de las clases altas. La música, la literatura, el arte, los modales refinados y la información sobre las novedades políticas de la época, influenciaron en gran medida la cultura y formación no sólo de Simón Bolívar, sino también de muchos otros hombres, precursores e iniciadores, a la postre, del proceso de independencia. La infancia del Libertador estuvo marcada por la temprana muerte de sus padres, motivo por el cual quedó bajo la tutela de su abuelo Feliciano Palacios y de sus tíos maternos, junto a sus dos hermanas y a su hermano Juan Vicente. Huérfano, heredero de una considerable fortuna de grandes plantaciones, esclavitudes y casas, no tuvo una infancia feliz, ni una educación sistemática. Entre sus maestros ocasionales destacan hombres distinguidos como Simón Rodríguez y Andrés Bello.
En 1799, muerto su abuelo, sus tíos resuelven enviarlo a España a realizar estudios. Es su primera salida al exterior y la hace en un navío de vela que lo lleva al Caribe a través de México y La Habana, para finalmente llegar a Santoña, cerca de San Sebastián. En Madrid, cuenta con la ayuda de sus tíos Esteban y Carlos Palacios, y muy especialmente del Marqués de Ustáriz, en cuya casa estuvo alojado por un tiempo.
Adquirió la educación propia de un joven de clase alta de la época: lenguas extranjeras, matemáticas, danzas, equitación e historia. Al conocer a María Teresa Rodríguez del Toro, se enamora apasionadamente y decide casarse con ella.
Viaja a las provincias vascongadas y realiza su primera y corta visita a París. El 26 de mayo de 1802, no cumplidos los 19 años, se casa con María Teresa en Madrid y regresa a Venezuela. Es allí cuando se desencadena la terrible desgracia que va a pesar intensamente sobre su destino. El 22 de enero de 1803, apenas ocho meses después de su matrimonio, muere en Caracas su esposa.
En 1810, constituida en Venezuela la primera Junta de Gobierno, Bolívar es encargado de una misión diplomática de sondeo en Londres. De regreso en su tierra natal, como diputado recién elegido para el Congreso, vuelca sus esfuerzos en obtener del Gobierno la proclamación de la Independencia del país (1811). La inmediata reacción española frustra sus planes, y conduce a la capitulación de su ejército ante las tropas realistas. Bolívar se retira entonces a Cartagena, y desde Nueva Granada, lanza el

Manifiesto de Cartagena

Uno de sus escritos políticos más inspirados- en el que auspiciaba la formación de grandes estados republicanos en América Meridional, unidos en una federación y regidos por un gobierno fuerte y resuelto, capaz de dominar las innumerables tendencias centrífugas. Simón Bolívar, después de realizar varias campañas en Nueva Granada y reclutar un ejército de voluntarios, se dispone a invadir Venezuela e inició la Campaña Admirable. Después de tres meses de operaciones, no dejó dudas de sus condiciones de jefe militar. En junio, lanzó desde Trujillo el Decreto de Guerra a Muerte y, finalmente, entró en Caracas, en agosto de 1813, donde es triunfalmente aclamado como Libertador. Pero la debilidad de su ejército, agotados tras meses de batallas e incapaz de contener a las tropas españolas, le obligó a exiliarse de nuevo: primero en Bogotá, después en Jamaica y luego en Haití. De regreso a Venezuela, tras intensas batallas con el ejército español, el Libertador logró establecer la capital provisional del gobierno independentista en Guayana y convocó, en 1819, el Congreso de Angostura, ante el que pronunció el más importante de sus discursos políticos.
Bolívar decidió entonces dedicar todas sus fuerzas a la liberación de Nueva Granada y lanzó la Guerra de Destrucción, que hizo caer Bogotá en sus manos. A finales de 1819 el Congreso de Angostura propuso la unión de los territorios de Venezuela, Ecuador y Nueva Granada en un único Estado, la Gran Colombia, con Bolívar como Presidente. Sin abandonar las empresas bélicas necesarias para llevar a cabo la Campaña del Sur, el Libertador volcó sus esfuerzos en la organización de los territorios liberados.
En 1823, tiene lugar en Guayaquil el encuentro entre Bolívar y José de San Martín, Libertador de Argentina, de Chile y de parte de Perú. El tema de las conversaciones es la liberación de Perú, pero las diferencias de ideologías y de métodos de acción para conseguir los objetivos propuestos hacen difícil a ambos generales alcanzar un acuerdo. Finalmente, Bolívar es nombrado dictador de los peruanos y, al término de una campaña dura y compleja, batió definitivamente a los españoles en Junín (1824). Poco después se crea la República de Bolivia (territorio del Alto Perú), con Bolívar como primer presidente.
Pero conforme decrece la actividad bélica, aumentan las dificultades políticas: desconfianzas y rencores minan los intentos de imponer constituciones centralizadas a los distintos países, y la idea de una unión americana (Congreso de Panamá, 1826) se va esfumando. Cansado y desengañado, Bolívar presentó, en 1830, su dimisión. A finales de ese mismo año (el 17 de diciembre de 1830) muere, en Santa Marta, Colombia, rodeado de soledad y pobreza, el

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