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Roma - Inventos

Roma - Inventos

Los romanos conquistaron un gran imperio y lograron mantenerlo durante tantos siglos gracias a su disciplinado ejército. El cuerpo del ejército mas estimado era la legión, cuyos efectivos y mandos fueron evolucionando según las diversas reformas llevadas a cabo.
A finales del siglo II a.C. se profesionalizó el ejercito (el soldado recibía una paga y parte del botín obtenido) y se introdujeron nuevas técnicas y armas.
En campaña e incluso cuando marchaban los soldados montaban campamentos para pasar la noche y estar protegidos de los enemigos. La marina no fue un cuerpo de ejército permanente hasta Octavio Augusto.
El ejército romano fue, sin duda, una de las fuerzas de combate de mayor éxito de la historia. Su organización y sus tácticas alcanzaron un alto grado de desarrollo y no fueron igualadas hasta la época moderna. Hoy día aún son visibles espectaculares monumentos fruto de su perseverancia y pericia constructiva, como las obras relacionadas con el sitio de Masada.
De la mano de la arqueología, el arte y las fuentes documentales, el presente libro describe estos logros y analiza algunas batallas fundamentales, como las de Farsalia o Estrasburgo, sin olvidarse de los principales jefes militares.
Se trata de la primera obra que analiza en detalle no sólo el ejército alto imperial, sino también la milicia ciudadana de la República y el ejército del Imperio tardío.
El resultado es un completo panorama, acompañado de numerosas ilustraciones en color y blanco y negro, que se sitúa en el contexto de la vida cotidiana de los soldados, tanto en la tranquila rutina de una pacífica guarnición como en las duras campañas o en los violentos combates. Durante el momento de los reyes, el ejército romano fue desarrollado por cada tribu que suministraba 1000 infantería y 100 caballería. Durante la república, el ejército fue desarrollado durante veces del problema. Después, un ejército permanente fue desarrollado.
Para muchos romanos pobres, una carrera en el ejército era acogedora…. Fueron exigidos ser al menos dieciocho años viejo y al menos cinco y medio pies de estatura. A menudo era provechoso recibir una carta de la recomendación de incrementar las oportunidades de ser escogido. Un legionnairePodía ganar aproximadamente trescientos denarii un año. Un poco de el dinero fue guardado por el ejército para comida, pensiones, y equipo. Un soldado podía servir durante veinticinco años y luego se jubilar con una pensión. Mientras en el ejército, el solider no fue permitido casarse, pero los muchos tenían novias en arreglos cerca de su fuerte o campamento de base (en A.D. 197 esta regla fue levantada y soldados fueron permitidos casarse). Ciudadanos non- romano podían servir como soldados auxiliares en el ejército y recibir la ciudadanía romana y una pensión o una pieza de región después de una temporada veinticinco años.
El ejército fue derramado en grupos grandes conocidos como las legiones. Durante el momento de Hadrian, aproximadamente treinta legiones fueron station alrededor del imperio para proteger las fronteras. Las legiones no fueron dejadas ingresar a Roma misma, except durante desfiles que celebraban una fenomenal victoria. Solamente los guardianes personales del emperador, conocido como el guardián de Praetorian, fueron admitidos en los límites de ciudad.
El ejército se desempeñó solamente como el protector del imperio, pero era tampoco la organización que desarrolló gran parte del sistema de camino grande en el imperio. Cada legión había entre sus rangos entrenado que picapedreros ayuden construir caminos y paredes de fuerte. Los caminos permitieron que el ejército cambiara a hombres a áreas problemáticas rápidamente.
El ejército podía determinar el promedio de veintiuno s millas a day sobre los caminos. Estos sistemas de camino también proveyeron un buen sistema para transportar artículos en todo el imperio. El principal requisito para ser soldado era ser ciudadano romano. Las zonas de reclutamiento dependían del tiempo que llevaba cada provincia bajo la soberanía de Roma; las que formaron parte de Roma desde el comienzo, no aportaban prácticamente soldados. Aunque en la mayoría de los casos, no hacía falta reclutar a nadie, pues, el número de voluntarios era suficiente.
Las regiones menos civilizadas proporcionaban al principio auxiliar que luego podían ascender de grado. Para ser soldado no importaba la religión practicada o el color de la piel, ya que, todos combatían con las mismas armas.
La edad de entrada al ejército era normalmente de entre 18 y 22 años. Los soldados recibían una paga con la que financiaban su comida, ropa y armas.

RECLUTAMIENTO
Durante la época imperial los requisitos para convertirse en legionario eran: medir al menos 1,75 m de altura, ser delgado pero musculoso, con buena vista y oído.
También era preciso saber leer y escribir y, sobre todo, ser ciudadano romano.
Esto no quería decir que fuera ciudadano de Roma, sino que tuviese la ciudadanía romana.
La ciudadanía se conseguía después de servir en el ejército durante 25 años en puestos auxiliares, lo que le otorgaba derechos y privilegios especiales a él y toda su familia.
Los aspirantes a soldados tras acudir a la oficina de reclutamiento que se encontraba en la capital de provincia, eran sometidos a una entrevista y un reconocimiento médico.
Una vez admitidos, prestaban juramento de obedecer a sus superiores y no desertar.
Sus documentos junto con un certificado del gobernador y las dietas de viaje -tres monedas de oro por cabeza-, se entregaban a un oficial que les acompañaba en el largo viaje hasta el destacamento asignado.

RUTINA DIARIA.
Terminada los cuatro meses de instrucción y ya convertidos en soldados -milites-, seguían realizando marchas, ejercicios y entrenamientos aunque ya disponían de algún tiempo libre, pero se les mantenían ocupados durante las horas de trabajo.
Al amanecer se presentaban al centurión para que les asignaran las tareas de la jornada, principalmente guardias o trabajos de limpieza.
A veces patrullas o funciones de policía, pero también la construcción de calzadas y obras civiles, en donde debían de picar piedra en las canteras, cavar cimientos, alisar caminos y pavimentar.
Todo nuevo legionario procuraba conseguir un destino que le evitara trabajos desagradables. Estos trabajos, destinados para los que conocían un oficio -herreros, carniceros, enfermeros, domadores de caballos eximían de realizar otras tareas.
Percenio, líder de un motín contra Tiberio en el año 14 d.C. se expresaba de las siguiente manera: “el servicio militar es duro y poco provechoso.
Tu cuerpo y alma se valoran en unas cuantas monedas por día; con esta limosna tienes, además, que pagar la ropa, las armas y las tiendas de campaña, así como los sobornos para los centuriones que son demasiados crueles, y poder librarte así de los encargos pesados”.
Además, los soldados tenían prohibido casarse, por ello eran muy usuales los matrimonios informales e incluso que tuvieran hijos, estos no serían legítimos, pero esto se arreglaba cuando se retiraran.
De hecho, tan pronto cualquier hombre que se integrara en el ejército, su matrimonio quedaba legalmente anulado.
El emperador Séptimo Severo -193-211 d.C.- dio permiso a los soldados para que vivieran con sus esposas en vez de obligarles volver cada noche al campamento.
Pero también existían algunas ventajas: una paga regular considerablemente superior a la de un labrador, y el mejor servicio médico del Imperio. También se podían aprender otros oficios, y después de la derrota del enemigo muchas veces se presentaban oportunidades de saqueo.
Además de la paga también se recibían otras recompensas.
Augusto entregó 75 sestercios a cada uno de los legionarios, mientras que Claudio estableció una costumbre de pagar un donativo en metálico al inicio del mandato de un nuevo emperador. Augusto también se preocupó de que se gozara de una buena jubilación después del cumplimiento del servicio; los licenciados recibían una parcela de tierra o una buena cantidad de dinero, equivalente a la paga de doce años. Sin lugar a dudas la causa no es única; la lista de factores que le dieron una cierta “ventaja competitiva” es larga. Podríamos destacar unas pocas:

Los legionarios debían costearse todo el equipo militar con la paga que recibían, ésta se componía de los siguientes elementos:

  • El casco: De origen galo, inteligentemente diseñado para proteger la cabeza, la cara y el cuello sin estorbar la visión ni el oído. Estaba adornado con tachones esmaltados y encima del mismo, se encontraba el penacho.
  • La coraza: Esta construida con tiras laminadas de metal sujetas por dentro con correas de cuero. Era muy flexible y pesada. Debajo de la coraza, llevaban una túnica que llegaba hasta medio muslo.
  • El cinturón: Era la enseña del oficio de soldado. Estaba formado por tiras de cuero adornado y brindaba cierta protección en el vientre durante la batalla.
  • Las sandalias militares: Este calzado era fuerte y estaba bien ventilado, con filas de tachuelas en la suela, sabiamente dispuestas para soportar peso y resistir muchos kilómetros
  • La lanza: Tenía una punta estrecha para atravesar tanto al escudo como a la coraza.
  • El puñal: Tenía hoja de doble filo.
  • La espada corta: Producía terribles heridas y era más bien corta, para manejarla con soltura.
  • La mochila: Guardaban objetos personales y raciones para tres días.
  • Bota de cuero: Para depositar el agua o el vino.
  • Buen liderazgo, es decir, grandes generales con visiones ganadoras de sus tropas y los campos de batalla.
  • Superioridad técnica, soportada por la capacidad de producir en masa armamento … y que el enemigo no era ni tan siquiera capaz de producir de forma artesanal
  • Excelencia en los procesos, tales como la selección de tropas, su formación.
  • Capacidad de reacción ante la adversidad, y más concretamente, capacidad de reinvertarse después de las peores derrotas
  • Excelentes tropas, en unos principios romanos y posteriormente de las provincias.
  • Sin embargo, una de las claves de su éxito, que aseguraba la cohesión de las tropas.

SERVIO TULIO Y EL EJERCITO ROMANO.
Servio Tulio reorganizó el ejército tomando como base el patrimonio económico de cada ciudadano, según una división de los ciudadanos en 5 clases. Su reforma consistió en dar entrada en el ejército a todos los propietarios, ya fuesen patricios o plebeyos; solamente quedaban excluidos los que no podían costearse el equipo militar. Para facilitar el reclutamiento dividió la ciudad en cuatro tribus y los hombres en dos categorías: iuniores (de 15 a 45 años) empleados en el servicio activo y seniores (de 45 a 60 años) quienes formaban el ejército de reserva.
La legión fue la unidad táctica militar y dentro de ella se distinguían: la infantería pesada, la infantería ligera y la caballería. La legión se dividía en centurias. Estuvo compuesta de 4200 soldados de infantería (al añadir a los 3000 de la época anterior 1200 soldados armados con palos y hondas, los velites) y 300 de caballería. Servio Tulio agregó además 2 centurias de obreros (fabri) con la misión de transportar las máquinas de guerra y 3 centurias de corneteros y trompeteros (cornicines, tubicines).

REFORMA DE MARIO.
Con Mario se inició una nueva y definitiva etapa para el ejército. El reclutamiento a partir de ahora fue voluntario por lo que fueron admitidos los proletarios en las filas del ejército, incluso los esclavos (en guerras civiles), los ciudadanos ricos ya no se enrolaban, con esto se logró un ejército profesional.

La Via Salaria es la vía romana más antigua de Italia. La sal era para los romanos un producto comercial de suma importancia. La Via Salaria desde las grandes salinas o salitreras de Ostia, pasando los Apeninos, hasta San Benedetto del Tronto en el Adriático. Roma estaba situada en el punto en el que la Via Salaria cruzaba el Tíber.
Los orígenes de la sal vienen desde muy antiguo. El hombre pronto descubrió, que la sal era el mejor conservante, que había para las carnes y pescados. Podían pescar y cazar cuando les convenía y almacenar durante meses, con la ayuda de la sal. Era la solución para su supervivencia. Los primeros rastros de la existencia del usos de este condimento, data de hace 2.700 años a.J.C. en China. Los romanos llegaron a crean la Rutas de la Sal, los depósitos y los mercados, para proveer a sus tropas y los habitantes de sus posesiones de sal.
En Roma se pagaba a la soldadesca, en sal. De ahí viene la palabra salario, de salarium. La sal de obtiene de dos formas, por la extracción de ella en las canteras o yacimientos y en las Salinas situadas cerca de la costa y donde desalinizan el agua de mar.
Pronto pues, se crearon los yacimientos y secaderos de sal. Los más antiguos el de Cardona, en Barcelona; el de Cabezón de la Sal en Cantábria. En toda la costa Mediterránea empezaron a crearse salinas, para desalinizar el agua de mar y conseguir ese preciado elemento, la sal. Hay muchas: Las Salinas de Torrevieja, las Salinas de Santa Pola, las salinas de Parque Natural de la Bahía de Cádiz. La sal tiene una gran función en la elaboración de conservas, como conservante; en la fabricación de esmaltes; se utiliza para derretir la nieve de las carreteras; como conservante de alimentos..La sal era necesaria para en Roma como conservante y como antiséptico para desinfectar heridas. La sal tenía una importancia religiosa y social. Se usaba como símbolo y rito para estrechar las relaciones sociales: comer sal en comunidad. Arrojar sal por encima del hombro derecho significaba conjurar una maldición.
Por la Via Salaria transportaban los mercaderes el preciado producto. Los soldados que cuidaban de la seguridad de la ruta de la sal recibían parte de su paga en forma de bolsitas con sal, lo que se llamaba Salarium Argentum, de ahí la palabra salario.
En Grecia se intercambiaban esclavos por sal, de ahí el dicho “no vale su sal”.
La palabra latina sal viene de la raíz indoeuropea *sal- ‘sal’ y es un adjetivo sustantivado que significa ‘turbio’, ‘gris sucio’. Este significado tiene todavía la palabra salo en antiguo alto alemán. Antiguamente la sal que se llevaba al mercado era sal si refinar, sucia.

La propia palabra romana aquaeductus (conducto de agua) indica claramente qué es un acueducto. No se trata de un puente que lleva agua, aunque algunas veces esté formado de puente, sino de un canal hecho por el hombre con el cual se transporta el agua. Los romanos preferían que el agua de sus acueductos fluyera cuesta abajo, a favor de la gravedad, pues así no hacía falta aplicarle presión para que corriera.
Las culturas antiguas de regiones como la India o Mesopotamia construyeron acueductos, pero el sistema de transporte de agua más extenso de la antigüedad fue quizá el construido por los romanos. El primero que construyeron, Aqua Apia, era un acueducto subterráneo de 16 km de longitud.
Fue erigido durante el mandato de Apio Claudio (llamado el Ciego). El primer acueducto romano que transportaba el agua sobre la superficie del suelo fue el Aqua Marcia, en Roma; tenía una longitud de 90 km y fue construido por el pretor Marcio en el año 144 a.C. Diez acueductos suministraban agua a la antigua ciudad de Roma, unos 140.000 m3 de agua al día. En la actualidad se encuentran porciones de ellos que todavía están en funcionamiento, y proporcionan agua a las fuentes de Roma. Los antiguos romanos también construyeron acueductos en otros lugares de su imperio, muchos de los cuales se mantienen todavía en buen estado: el acueducto sobre el canal de Francia; el de Segovia en España y el de Éfeso en Turquía.
La Roma Antigua tenía siete colinas y nada menos que once acueductos. La grandeza de la ciudad crecía proporcionalmente al volumen de agua que entraba en ella. Cuando los bárbaros cortaron su suministro, Roma cayó.
Hay puntos en la ciudad donde todavía podemos ver restos de los gigantescos arcos de estas obras maestras de ingeniería, especialmente los de la Vía de San Gregorio y Porta Maggiore. La grandeza de Roma también está patente en los restos de los acueductos del sudeste de Roma, en el Parque de Appio Claudio y, naturalmente, en los de Francia, España y Gran Bretaña. Los acueductos eran canales construidos con cemento a prueba de agua y estaban cubiertos con losas de piedra. Manteniendo una inclinación constante respecto al suelo (una pendiente de un 1 x 1.000) transportaban hasta la ciudad el agua que recogían de las colinas circundantes.
Para que el agua tomara presión se almacenaba en grandes depósitos construidos ad hoc junto al manantial. El desnivel del terreno se compensaba alzando puentes de dos e incluso tres arcadas en piedra, ladrillo o cemento. Cuando el agua llegaba al centro de Roma abastecía las fuentes y edificios públicos -especialmente las termas- por medio de cañerías de plomo, terracota o madera.
Los romanos destinaban una gran parte del erario público al mantenimiento de estas instalaciones para garantizar el abastecimiento constante de agua fresca y limpia. Los romanos construyeron represas o desviaron los torrentes de montaña en los acueductos.
Los acueductos estaban formados por las combinaciones de tubos que cualquiera operó bajo tierra o a través de un bebedero cemento cubrir, que correría encima de soportes de arco. Un buen ejemplo de su ingeniería en la que las habilidades pueden ser visto el Claudia de Aqua a quien “… desarrolló en A.D. 47, proporcionó Roma de un origen 43 millas (70 km) a. El origen era sólo 820 ft. (250 m) más alto que Roma misma. Esto quiso decir que el acueducto no tuvo que caer más eses 3 pies. (1m) en la altura para cada 920 pies. (280 m) de él(ella/eso) son la duración” (Snedden 1998, 26 de pg).
Los ingenieros tenían que tener una inclinación gradual sobre los acueductos para guardar el agua se dirigiendo hacia la ciudad. Los acueductos terminarían sobre the top of una de las siete colinas de Roma. En el punto ending, el agua fluiría en una palangana de distribución, que tendría varios tubos más pequeños para alimentar los baños públicos, las fuentees, o algunas casas adineradas en esa área de la ciudad.
Los romanos también desarrollaron un sistema de alcantarilla, que vaciaría desecho de los baños públicos y las lavanderías into el río de Tiber.
El corazón de un acueducto de piedra es el llamado specus , el canal en sí, que tenía más o menos el tamaño de una puerta en una casa moderna. Las paredes, el suelo y el tejado estaban hechos siempre de piedra, ya se construyera bajo tierra, o ras del suelo por encima de éste, aunque algunos posteriores están construidos con hormigón y hay otros incluso excavados en roca sólida. Los canales se construían con el sistema de fábrica de sillería opus quadratum considerado el más importante en la arquitectura romana, o en mampostería opus incertum, es decir piedras irregulares sujetas con mortero y hormigón.
El canal estaba cubierto con un arco por arriba, para proteger el agua del sol, aunque había también otro motivo para mantenerlo cubierto en la primitiva Roma: un tejado de piedra hacía más difícil al enemigo cortar el agua o envenenarla. Por esta razón los acueductos más antiguos no eran altos, y además siempre que fuera posible se hacían subterráneos.
Los tejados se dividían en tres tipos principales: uno formado por una piedra plana o dintel plano, otro compuesto por dos piedras iguales apoyadas una contra otra, formando un arco apuntado, y el tercero que era el arco de medio punto.
Cuando el acueducto se edificaba en un suelo corriente o de grava solía construirse en una trinchera. Por el contrario, en las zonas donde había roca cerca de la superficie, el specus se excavaba directamente en ella, a menos que la ruta trazada exigiera una trinchera demasiado profunda, en cuyo caso era a menudo más sencillo hacer un túnel completo en piedra.
Si había que cruzar un valle en línea recta, entonces se construía una muralla o un puente sobre el que se transportaba el canal. No obstante, los primeros constructores no se atrevían a llevar a cabo obras semejantes y preferían construir sus acueductos bordeando todo el valle si era preciso.

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