Sucesos Argentinos
1536 - 1851
El proceso de poblamiento.
En el territorio argentino, la mayor parte se concentra en ciudades de distintos tamaños. Otra parte de la población vive agrupada en pequeños pueblos y caseríos o dispersas en el campo. Estas distintas formas de asentamiento se distribuyen de manera desigual en el territorio. Esto se debe por ejemplo, el tipo de recursos naturales valorizados en diferentes áreas y el modo en que se transformaron y se ocuparon esos espacios.
El proceso de poblamiento nos permite comprender que la sociedad argentina surgió de un día para el otro, sino que se fueron formando a medida que distintas poblaciones, que diferentes momentos ocuparon y poblaron diferentes lugares. Hace más de 15 años atrás, esta parte de América del Sur, entre las Cordillera de los Andes y el océano Atlántico, era bastante diferente de lo que es hoy. No había divisiones políticas ni territorios pertenecientes a países. El espacio estaba ocupado por aborígenes con culturas muy distintas. A partir de la llegada de los conquistadores españoles impusieron sus nuevas formas. Se pueden distinguir varias etapas en el proceso de poblamiento. Cada etapa tuvo protagonistas y formas de asentamiento que dejaron su herencia por la etapa siguiente.
Luego del arribo de Cristóbal Colón a América en 1492, se sucedieron otras expediciones. Una de ellas, fue la de Américo Vespucio en 1502, que permitió el primer encuentro español con lo que más tarde se convertiría en territorio argentino, en aquel entonces poblado por diferentes grupos indígenas, nómades en su mayoría.
Poco tiempo después, en 1516, en un fallido intento por encontrar un paso que conectara ambos océanos: Atlántico y Pacífico, Juan Díaz de Solís llegó al Río de la Plata. En estas tierras el conquistador español halló la muerte a manos de los indígenas. Le sucedió entonces Sebastián Gaboto, quien arribó a cargo de una nueva expedición enviada por el rey de España, Carlos I, y en 1527 realizó la primera fundación española: el fuerte de Sancti Spiritu.
En 1534, gracias a un acuerdo suscripto con el rey, la conquista queda en manos del primer adelantado: don Pedro de Mendoza, quien funda dos años más tarde la ciudad de Nuestra Señora del Buen Ayre, a orillas del Río de la Plata. Tras la muerte de Mendoza en España y el desmantelamiento de dicha población por el acoso indígena, el centro de la conquista española en estas tierras se traslada a Asunción del Paraguay en 1541.
La corona, movida básicamente por el afán de obtener metales preciosos, priorizó su asentamiento en Lima antes que en el este sudamericano, que sólo contaba con tierras vírgenes y tribus nómades. Es por eso que el Virreinato del Perú se fue fortaleciendo lentamente, siempre a la sombra del Imperio Inca.
La segunda y definitiva fundación de Buenos Aires, se realizó en 1580 por obra del último adelantado, don Juan de Garay, quien a su vez colonizó gran parte del territorio argentino. En 1617, la gobernación se dividió en dos intendencias: la de Buenos Aires y la de Asunción. A partir de ese momento se sucedieron distintos gobernadores y cobró especial fuerza la actividad misionera. Al incrementarse la rivalidad entre España y Portugal por el dominio del territorio americano, se creó en 1776 el Virreinato del Río de la Plata, como un modo de reafirmar las posesiones de la corona española. Al consolidarse el puerto de Buenos Aires, se manifestaron las apetencias británicas, las que sumadas a la decadencia de la propia corona castellana, habrían de motivar las dos invasiones inglesas de 1806 y 1807. Sin embargo, la irrupción británica fracasaría por la fuerte resistencia de los criollos.
Corrientes poblacionales
Desde el siglo XVI hasta 1810 se desarrollaron sobre el territorio argentino tres corrientes de poblamiento, a saber:
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- Corriente pobladora del este: provenía directamente de España, llegó a través del Río de la Plata y el Paraná. Tuvo a su cargo la fundación de ciudades como Buenos Aires, Asunción del Paraguay, Santa Fe, Corrientes y Paraná.
- Corriente pobladora del norte: descendía del Perú y atravesaba la Quebrada de Humahuaca, dando origen a las ciudades de: Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán, Córdoba, Salta, San Fernando del Valle de Catamarca, La Rioja y San Salvador de Jujuy. Se caracterizó por un desarrollo urbano y cultural con asentamiento poblacional y crecimiento económico.
- Corriente pobladora del oeste: Hizo su arribo desde Chile y dio sus frutos en el nacimiento de ciudades como Mendoza, San Juan y San Luis.
En 1700 había en el Virreinato del Río de la Plata unos 2.500 europeos. Al llegar el año 1810 eran apenas unos 6.000, sobre un total de población de 700.000 habitantes en el actual territorio nacional.
A diferencia del proceso de conquista desarrollado por los británicos en Estados Unidos, basado en el establecimiento de colonias agrícolas, los españoles tendieron a la colonización urbana y dejaron territorios sin cupar como Chaco, Patagonia y La Pampa, lo que incidió en forma determinante en el desarrollo demográfico.
Buscando riquezas, especialmente minerales, los españoles penetraron en esta parte de América en tres corrientes colonizadoras (una provino del noroeste, otra del oeste y la tercera del este).
Fundaron ciudades y, desde ellas, organizaron las zonas rurales para obtener productos agrícolas y ganaderos. Gran parte de esa producción estuvo destinada a abastecer a las ciudades; algunos productos también se exportaban a Europa y a otras ciudades de América.
Los asentamientos se ubicaron preferentemente en los lugares donde podían funcionar un puerto; por eso los principales asentamiento estaban en el litoral de los grandes ríos navegables, como el río Paraná y el río de la Plata.
En los asentimientos coloniales, se formo una nueva sociedad. Los aborígenes constituyeron el sector de trabajadores rurales y los españoles y sus descendientes, el sector de propietario de las tierras, comerciantes, administrativos y gobernantes, que residían principalmente en las ciudades.
La población española y los aborígenes se fueron mezclando y aumento la producción de población mestiza.