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Los Originarios Argentinos

Argentina - Los Originarios Argentinos - Santa Cruz

Zona actual Provincia de Santa Cruz

En el territorio de la actual provincia de en la Patagonia Austral Argentina, vivieron hasta ya entrado el siglo XX gran cantidad de miembros del pueblo Tehuelche. Eran de características muy similares a los Onas quienes habitaban cruzando el Estrecho de Magallanes en la Isla de la Tierra del Fuego (tanto en la parte argentina como en la parte chilena de la isla).
En general eran de alta estatura (por arriba de 1,85 m. de promedio). Sumado a esto la baja estatura del europeo del siglo XVI, sirvió de argumento para crear el mito de la Tierra de Gigantes. En parte de allí viene la denominación del viajante Pigafetta (acompañante de Magallanes en su viaje de 1520), de patagones.
Los aonikenk (tehuelches meridionales), se encontraban en Santa Cruz y principalmente en las costas; los günün a küna se extendieron desde el centro de Chubut hasta Tandil, y los chehuache kenk habitaron cerca de la cordillera.
La región patagónica estuvo constantemente poblada desde hace unos 12.500 años. A la llegada de los españoles existían dos grupos principales con una frontera aproximada en el río Chubut: hacia el Norte, los GÜNÜN-A-KÜNNA (Tehuelche Septentrionales), hasta los ríos Limay y Negro; hacia el Sur los AONIKENK (Tehuelche Meridionales) hasta el estrecho de Magallanes. En 1520 Hernando Magallanes, en su viaje hacia el estrecho, recaló en Puerto San Julián (50º lat.Sur), en la actual provincia de Santa Cruz, donde ocurrió el primer encuentro con los nativos. Antonio Pigaffeta, cartógrafo y cronista de la expedición los describe así: “…Tan grande era ese hombre, que nuestra cabeza apenas le llegaba a la cintura…”

Los Puelche eran navegantes en el silgo XVII y habitaron las margen norte del lago Nahuel Huapi. No utilizaban canoas de troncos sino de tablas de alerce, que los españoles llamaron piraguas.
En mapudungun (lengua mapuche), puelche significa “gente del este” (puel: este; che: gente), eran un pueblo nómade basado en una economía de subsistencia (especialmente la caza del guanaco y el ñandú).
Pehuenche
Los Pehuenches son habitantes de la zona de los bosques de Pehuenes eran cazadores y recolectores. Los piñones (semilla de pehuen) eran parte importante de su alimentación.

Diferencia entre los puelches y los pehuenches
Es evidente la diferenciación entre puelches y pehuenches. Esta diferenciación se basa en el aspecto cultural fundamental como es la economía de subsistencia. El modo de vida recolector de los pehuenches se pone en confrontación al carácter cazador de los puelches. Los mismos indígenas puelches y pehuenches se reconocían como grupos diferentes e incluso se subestimaban unos a otros.
Conviene destacar que en el famoso juicio de 1658 que tuvo lugar en Mendoza, también aparecen varias afirmaciones de los puelches sobre los pehuenches, que indican un reconocimiento por parte de los puelches de la diferenciación con los pehuenches, por ejemplo: de una ubicación geográfica determinada y distintas modalidades en el arreglo del cabello.
Sin ninguna duda son dos culturas. Economia: Racialmente los Puelches formaban parte de los huárpidos; signo de ello es su aspecto físico: altos, delgados, de cabeza alargada y alta. Su piel era también de tinte más oscuro que la de los demás indios circunvecinos. Fueron cazadores y recolectores. Cazaban guanacos y avestruces y, al poblarse las pampas de caballos, los incorporaron a su dieta. Recolectaban semillas y frutos silvestres: algarroba y molle. La cultura material era bastante parecida a la de los patagones.
Molían las semillas entre dos piedras para hacer una especie de harina; conocían las bebidas alcohólicas, hechas con raíces de la planta yaulëmsk, que se molían, hervían y se dejaban estar un día antes de beberlas. En cuanto a sus piedras de moler, usaban dos tipos: uno para sal y pinturas, el otro para charqui, chauchas de algarrobo, etc.
Desconocían la cestería igualmente la cerámica por mas que en su territorio aparecen restos de una cerámica con incisiones geométricas, pero no hay noticias históricas de su uso por ellos.
También desconocían el tejido aunque adquirían mantas tejidas de los araucanos y españoles. Como adorno usaban aros metálicos grandes, collares de cuentas de piedra, etc. Deformaban las cabezas de los niños merced al uso de una cuna que les aplastaba el occipucio. vivienda y vestimenta Las habitación era el toldo de cuero, transportable, hecho con una serie de palos terminados en horqueta y dispuestos rectangularmente en el suelo, cubiertos con otros palos encima y el todo recubierto con cuero de caballo, con el pelo hacia fuera; por lo común tenían dos entradas, en direcciones contrapuestas. El trabajo del cuero se hacia con un raspador de piedra primero, y luego con un sobador de piedra áspera y porosa luego se lo untaba con grasa.
El vestido estaba constituido por pieles y se completaba con plumajes, tanto para hombres como para mujeres; además los hombres usaban una cubierta púbica de piel, de unos 20cm de tamaño, atada con tres cuerdas; las mujeres usaban delantales que les cubrían desde las rodillas a la cintura.
Los brujos usaban mantas especiales adquiridas de los araucanos, y dos maracas en sus funciones. Se depilaban el cuerpo, las cejas, etc., y se pintaban de rojo y negro tanto en las expediciones de guerra como en las ceremonias funerarias. Las mantas de pieles iban también pintadas en varios colores y sus motivos eran también geométricos.
Si bien no llegaron a conocer la técnica textil utilizaron en su vestimenta prendas tejidas que obtenían por medio del trueque que realizaban con los araucanos, a cambio de plumeros (penachos de plumas con los que se adornaban), sal y más tarde caballos.
Con el cuero, además de sus vestidos y sus toldos, fabricaban recipientes. Construían también balsas, presumiblemente de juncos o totora, y hacían cestería de alta calidad. Las armas eran la lanza, la goleadora, el arco y la flecha, la honda, etc. Raro es que no hacían la piedras de goleadora, sino que las adquirían por cambio de los cheche-het; al comenzar la araucanización, usaron el “fuste aucá” o lanza de varios metros de largo.
Como arma ofensiva usaban el coleto que les cubría el cuerpo hasta las rodillas, a manera de túnica. Las mangas estaban formadas por dos dobleces de cuero, pero el cuerpo lo hacían hasta de seis, de manera que era imposible atravesarlo. Pintaban estas armaduras con manchas negras, simulando la piel del tigre. Completaba esta armadura un sombrero de grueso cuero de vaca en forma de embudo, chato y amplio, que llevaban también en tiempos de paz. Los caciques y personajes pudientes reforzaban estos sombreros con planchas metálicas.
La familia consistía en el matrimonio por compra, existían bigamia y poligamia para los jefes e individuos pudientes; levirato; divorcio raro; adulterio castigado con indemnización y aun con la muerte. Los varones practicaban la cuvade al dar a luz sus mujeres. En la organización social se dividían en numerosas bandas cada una dirigida por un cacique menor, caciques mayores hereditario que dirigía conjuntos de banda y cuya importancia dependía del prestigio personal como guerrero y orador, se llamaban ganac; existencia del tabú para el nombre de las personas muertas los nuevos nombres se ponían a veces con los antiguos para los cuales ya no valía o contaba el tabú del difunto.
De su religión no se sabe mucho, tenían divisas de familia, ellos eran descendientes de los días o del sol que va marchando lo cual se ha interpretado como que tenían restos de una organización totémica. A esos hombres se les oponía otro grupo los de la noche de cuya existencia no hay datos. En su religión se señala la existencia de un dios supremo llamado gamakia (el cacique). Rara vez se le rogaba directamente sino que se dirigían a los espíritus de los antepasados, para que intercediesen, este dios supremo tenia esposa, de nombre gamkiatsëm, y también había otros muchos dioses. Un genio del mal recibía el nombre de gualichu el cual enviaba la enfermedad y la muerte.
En la funeraria el homicidio piadoso de los agonizantes. Los muertos se inhumaban en cuevas en las montañas en posición encogida retobados en un cuero y con la cara hacia el poniente, donde faltaban cuevas los enterraban en terrenos blandos. Sus pertenencias eran destruidas, al menos sus animales favoritos y parte de su vivienda.
De esta familia tenemos muy poco material lingüístico. En primer lugar, era completamente desconocida en sus palabras, hasta que D’Orbigny publicó de la lengua puelche un primer y breve vocabulario, separando a esta lengua del patagón o teulche, y suponiéndola directamente supervivencia de la antigua pampa. Este concepto fue aceptado hasta que Elhmann-Nitsche separó a las lenguas que él consideraba propiamente pampas como pertenecientes ha una familia distinta, que denominó het, y que comprendería las lenguas talu-het, diui-het y cheche-het, este estudio y separación fue realizado sobre la base de unas pocas palabras, totalmente insuficiente para el caso, este estudio fue posteriormente rechazado. Es evidente que el cheche-het era una lengua o dialecto emparentado inmediatamente con el guénaquen, y como el talu-het, al menos estaba emparentado con el cheche-het, según informaciones de misioneros de fines del siglo XVIII, toda estas lenguas tienen que terminar siendo consideradas como formando una sola familia lingüística.
La lengua puelche solo se parece a la lengua patagona en lo que esta última tiene de dura, pero es completamente distinta en el fondo, están cerrada y dura al punto que empleando letras españolas, es muy difícil escribir ciertas palabras. Usan generalmente la k, y está repleta de sonidos compuestos que forman las consonantes tz y mz, esta fuertemente acentuada la hace mas dura todavía, la terminación de la mitad de las palabras en las consonantes at, ex, ec, l, am, ig, s, ep, eq, ch, y tz.
La j española se emplea frecuentemente, pero tiene una articulación mas fuerte, la tr, pronunciada desde el fondo de la garganta la u nasal es poco común, así como los diptongos, como ain, la ch francesa es de uso frecuente, el sonido de la f es completamente desconocido. Se nota una anomalía en el nombre de las partes del cuerpo, que comienzan todos por una y, como yacaleré, mejillas; yatitco, ojos; yaxyexké, orejas; pero creemos que se debe atribuir esa particularidad a la contracción del pronombre posesivo que intervienen en la composición de esos nombres.
Los adjetivos no cambian en el masculino y en lo femenino, el sistema numérico es extenso, llega ha 100000, pero todos los números superiores a 99 son tomados de la lengua de los Incas.

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