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Sucesos Argentinos
1536 - 1851

Argentina - Sucesos Argentinos - 1536 - 1851 - Santa Fe

Zona actual Provincia de Santa Fe

De todos los asentamientos fundados por los españoles en la primera mitad del siglo XVI en territorios del Río de la Plata, sólo había logrado subsistir para la mitad de dicho siglo la ciudad de Asunción, que en 1537 Juan de Salazar y Espinosa, llegado a estas tierras en la expedición de Pedro de Mendoza, había fundadp en territorios de la actual República del Paraguay.
Los restantes asentamientos españoles fundados más al sur (Sancti Spiritus, Corpus Christi, Buena Esperanza y Santa María del Buen Ayre), habían sido abandonados por sus pobladores debido a las dificultades representadas por la falta de víveres y la hostilidad de los indígenas de la región.
Si bien la ciudad de Asunción, ubicada en una región de gran fertilidad, fue creciendo lenta pero sostenidamente, debido en gran parte e las buenas relaciones mantenidas con los Guaraníes al comienzo del proceso de mestización y a la adecuación de sus pobladores a las pautas alimenticias de la zona; la inexistencia de poblaciones hacia el sur, dificultaba enormemente la comunicación de la ciudad en la región del Río de la Plata, previo paso a España.
Era necesario fundar otros poblados intermedios entre Asunción y el asiento de la vieja y desaparecida Buenos Aires, de manera de crear nuevos puertos que facilitaran el comercio entre Asunción y España, y que permitieran servir, al mismo tiempo, de escala a una nueva ruta hacia el Alto Perú, el Tucumán y Cuyo.
El 15 de noviembre de 1573, Garay funda oficialmente la ciudad de Santa Fe. Se siguieron los ritos habituales para estos casos y el escribano Pedro E. Espinosa, levantó el acta correspondiente.
El sol de aquel domingo alumbraba las caras de esos macebos, que en silencio, contemplaban a su capitán. Junto al palo rollo – símbolo de la Justicia y el poder Real- Juan de Garay recitaba las palabras principales del actade nacimiento de la nueva ciudad:
“Yo Juan de Garay, Capitán de Justicia mayor en esta conquista y población del Paraná y Río de la Plata… Digo que… fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchines y Mocoretás, parecerme que en ella hay cosas que convienen para la perpetuación de dicha ciudad: agua, leñas y pastos, pesquerías y casas y tierras y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles como su majestad lo mande…”.
Cumplidos los actos de fundación, Garay eligió a los miembros del Cabildo, quienes de común acuerdo lo nombraron Teniente Gobernador de la nueva ciudad.

Acta de la fundación de Santa Fe
“Yo, Juan de Garay, capitán y justicia Mayor en esta conquista y población del Paraná y Río de la Plata. Digo que en el nombre de la Santísima Trinidad y de la Virgen Santa María y de la universidad de todos los Santos y en nombre de la Real Majestad del rey Don Felipe nuestro señor y del muy ilustre Señor Juan Ortiz de Zárate, Gobernador, Capitán General y Alguacil Mayor de todas las provincias del dicho Río de la Plata, por virtud de los poderes que para ello tengo de Martín Suárez de Toledo Teniente de Gobernador que al presente reside en la ciudad de la Asunción.
Digo que en el dicho nombre y forma que dicho tengo, fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchaquíes y mocoretáes, por parecerme que en ella hay las partes v cosas que conviene para la perpetuación de la dicha ciudad de agua y leñas y pastos, pesquerías y casas y tierras y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles, como su Majestad lo manda y asiéntola y puéblola con aditamento que a todas las veces que pareciere o se hallare otro asiento más conveniente y provechoso para la perpetuidad, lo pueda hacer de acuerdo y parecer del Cabildo y Justicia que en esta ciudad hubiere, como pareciere que al servicio de Dios y de su Majestad convenga; y porque su Majestad manda a los Gobernadores y Capitanes que así poblaren y fundaren nuevos pueblos y ciudades, les da poder y comisión para que puedan nombrar en su real nombre.
Alcaldes y Regidores y para que tengan en justicia y buen gobierno y policía las tales ciudades o pueblos, así yo, en nombre de su Majestad y de dicho Señor Gobernador, nombro y señalo por alcalde a Juan Espinosa y a Ortuño de Arbildo y por Regidores a Benito de Morales Hernando de Salas y a Mateo Gil y a Domingo Ramirez y a Lázaro Beñalvo y a Juan Santa Cruz y así, en nombre de su Majestad v de dicho Señor Gobernador, les doy poder y facultad para que usen y ejerzan los dichos oficios de Alcalde v Regidores en aquellas casas y cosas convenientes a ellos tocantes, conforme a las ordenanzas que su Majestad tiene hecha para las ciudades y pueblos de las Indias, para que usen así de Alcaldes Ordinarios como de la Hermandad en todos los negocios a ellos tocantes y no es tanta que su Majestad, por sus reales provisiones manda que sean cada año elegidos y así, cumpliendo sus reales mandamientos, por tales los nombro y señalo, pero pareciéndome que la elección que se ha de acostumbrar a nacer sea un día señalado, como es uso y costumbre en todas las ciudades y los reinos de su Majestad, digo que les doy poder y facultad, en nombre de su Majestad, para que ejerzan y usen los dichos oficios y cargos desde el día de la fecha de ésta, hasta el día y año nuevo que vendrá que es el principio del año que vendrá de mil quinientos setenta y cuatro, y así mando por ordenanza que aquel día antes de misa, todos los años, tengan de costumbre juntarse en su cabildo los Alcaldes y Regidores con el escribano del Cabildo v hacer su nombramiento y elección, como Dios mejor les diere entender y en la manera y forma que se acostumbra en todos los reinos del Perú.
Otro sí, mando a los Alcaldes y Regidores vayan conmigo y en el conmedio de la plaza de esta ciudad me ayuden a alzar y enarbolar un palo para Rollo para allí, en nombre de S. M. y del Señor Gobernador Juan Ortiz de Zárate, se pueda ejecutar la justicia en los delincuentes, conforme a las leyes y ordenanzas reales.”
“Otro sí, nombro y señalo por jurisdicción de esta ciudad: por la parte del camino del Paraguay y hasta el cabo de los anegadizos chicos y por el río bajo, camino de Buenos Aires, veinticinco leguas más abajo de Sancti Spiritus, y hacia las partes del Tucumán, cincuenta leguas a la tierra dentro desde las barrancas de este río y de la otra parte del Paraná, otras cincuentas.”
“Otro sí, mando que el asiento y repartimiento de los solares, casas de los vecinos de esta ciudad, se edifiquen y asiente y se guarden conforme una traza que tengo señalada en un pergamino que es hecho en este asiento ciudad de Santa Fe, hoy domingo, a quince de noviembre de 1573 año.”
“Otro sí, en la traza de esta ciudad tengo señalados dos solares para la Iglesia Mayor, la cual nombro LA VOCACION DE TODOS LOS SANTOS Testigos que a todo lo susodicho fueron presentes: Francisco de Sierra, maese de campo de esta conquista y Antonio Tomás y Hernán Sánchez. Hecha día, mes y año dicho. Juan de Garay, por mando del Señor capitán, Pedro de Espinosa escribano nombrado por la justicia. Por testigo: Francisco de Sierra, por testigo: Antonio Tomás, por testigo: Hernán Sánchez.”

El Combate de San Lorenzo tuvo lugar el 3 de febrero de 1813. Los ecos de la Revolución de Mayo de 1813, que en Buenos Aires puso a los criollos al frente de su propio gobierno, llegaron pronto a España. San Martín se sentía criollo y, aunque había luchado por España cuando ésta lo necesitó, sentía que debía estar junto a sus hermanos americanos. Así fue como pidió al gobierno español un permiso para pasar a Lima (Perú) que obtuvo el 5 de septiembre de 1811. El día 9 de marzo de 1812 llegó al puerto de Buenos Aires la nave George Canning. En ella venía San Martín, cuya brillante carrera militar era bien conocido en Buenos Aires. A solo una semana de su arribo el gobierno argentino le encomendó la creación del Escuadrón de Granaderos a Caballo.
El proyecto de este cuerpo militar fue debido al mismo San Martín. Hasta entonces, la caballería en nuestro país “no merecía ni el nombre”, -según palabras del general José María Paz. La experiencia militar de San Martín en Europa le sirvió para recrear este cuerpo innovador cuyo entrenamiento le llevó un año y nueve meses. Se realizó en las afueras de la ciudad, en la antigua Plaza de Toros, hoy Retiro. Entre los militares incorporados al regimiento de granaderos a caballo, se destacan entre otros, José Matías Zapiola, Mariano Negochea, Tomas Guido y Juan Galo de Lavalle (aún adolescente). Todos ellos adquirirían renombre poco más tarde. Con la orden de defender las márgenes del Río Paraná de las incursiones de los españoles, San Martín parte con tan sólo 120 granaderos.

PARTE DEL COMBATE DE SAN LORENZO SUSCRITO POR EL CORONEL JOSE de SAN MARTIN, AL SUPERIOR GOBIERNO. SAN LORENZO, 3 de FEBRERO de 1813
Exmo. Señor.
Tengo el honor de decir a V.E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria.
Los enemigos en numero de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por lo fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor numero. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V.E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard.
De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Velez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.
El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros.
Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores. Dios guarde a V.E. muchos años.
San Lorenzo febrero 3 de 1813. JOSE de SAN MARTIN

Los héroes olvidados de San Lorenzo

Mucho se ha escrito sobre el combate de San Lorenzo, el bautismo de fuego del cuerpo de Granaderos creado por José de San Martín. Sin embargo los argentinos somos deudores aún, del justo reconocimiento a los hombres que hicieron posible la historia del Regimiento, que se iniciara en ese combate y recorriera América libertando naciones. De todo el país bajaron a Buenos Aires hombres que fueron solicitados por San Martín al Gobierno. Viajaron miles de kilómetros por difíciles caminos, sin saber muchos de ellos cual sería su destino final. Sabían si, que iban a servir a su tierra y que podían perder la vida en la gesta. Eso no les importaba. Coraje les sobraba. La primer batalla, que fue muy breve – se dice que duró menos de media hora y comenzó cuando “febo asomaba”- marcó el inicio de la gesta sanmartiniana y tuvo el doble significado de hacer comprender a los realistas que no podrían incursionar mas libremente por el Río Paraná y llenar de confianza a las fuerzas argentinas. 40 fueron las bajas entre los realistas
.Entre las filas patriotas 14 y los recordamos: Jenuario LUNA – José GREGORIO y Basilio BUSTOS de San Luis Juan Bautista CABRAL y Feliciano SILVA de Corrientes Ramón SAAVEDRA y Blas Vargas de Santiago del Estero. Ramón AMADOR y Domingo Soriano de La Rioja José Márquez y José Manuel Díaz de Córdoba José Mateo JELVEZ de Buenos Aires Domingo POURTEU – Los Pirineos Julián ALZOGARAY de Chile ellos debe agregarse el Capitán Justo BERMUDEZ que falleciera 14 días después a consecuencia de las heridas recibidas en combate. Dos hombres se destacaron por haberle salvado la vida a San Martín en San Lorenzo.
Uno fue el que impidió que un soldado español lo atravesara con su bayoneta, cuando ya lo había cortado en la mejilla y se aprestaba a rematarlo; el otro, que hecho pié a tierra y a costa de su propia vida lo liberó de la difícil situación que se encontraba, apretada su pierna por el peso del caballo muerto y con el hombro dislocado.
El primero fue el puntano Juan Bautista Baigorria (el olvidado) y otro el correntino Juan Bautista Cabral. Del primero solo sabemos su nombre. Del segundo se sabe que nació en una estancia cercana a la localidad de Saladas (Corrientes) entre 1785 y 1780 sin poder precisarse la fecha exacta por haberse perdido los libros de bautismo. Que era hijo de la esclava Carmen Robledo y del indio guaraní Francisco Cabral (ambos al servicio del estanciero Luis Cabral y Tomasa Casajuz).
Que cuando San Martín solicitó el “envío de 300 connaturales míos de elevado porte y fuerte contextura física” fue enviado a Buenos Aires en el vapor Pura y Limpia Concepción – cuyo patrón (Capitán) era Pastor Pérez – junto a otros reclutas, y que se incorpora al Regimiento de Granaderos a Caballo el día 19 de Noviembre de 1812. Muere en San Lorenzo a causa de dos heridas de bayoneta recibidas cuando liberaba a San Martín y fue enterrado en el mismo convento de San Carlos junto a los otros muertos en el combate, donde aún reposan sus restos, porque nunca fueron identificados.
Tampoco, como se cree fue ascendido a Sargento por su acción. No existe documento alguno que así lo certifique. Si hay pruebas que San Martín dispuso colocar una placa en la entrada del viejo cuartel de Granaderos en el Retiro que recordaba al “Granadero Juan Bautista Cabral muerto en el campo de la gloria” y que en aquel cuartel, todos los días, cuando se pasaba lista se nombraba al Granadero Juan Bautista Cabral y el Sargento a cargo de la Compañía debía contestar “ Muerto en el campo del honor Presente en el recuerdo de todos los Granaderos ”Por ultimo de aquellos veteranos que lucharon en San Lorenzo y que luego hicieron toda la campaña libertadora, hasta la finalización en la última batalla en Ayacucho, solo 7 de ellos regresaron a Buenos Aires al mando del Coronel José Félix Bogado (paraguayo) y fueron:
El sargento Ayudante Paulino ROJAS, Capitán Francisco OLMOS, Sargento 2do. Patricio GOMEZ, Sargento 2do. Damacio ROSALES, Sargento 2do. Francisco BARGAS y el trompa Miguel CHEPOYA (indio guaraní nacido en la reducción de Santa María La Mayor en Misiones) y el Coronel José Félix Bogado, además de otros 72 valientes incorporados en las distintas etapas de la dura campaña. El penoso regreso culminó el 13 de Enero de 1826 y el Gobierno de Rivadavia ignoró este hecho – por la reconocida rivalidad con San Martín- por lo que el Coronel Bogado mandó formar a la tropa a su mando al frente de la Pirámide de Mayo y el trompa Chepoyá, por última vez hizo sonar su trompeta con un toque de silencio en homenaje a todos los caídos en la campaña.
Fuentes: Historia Argentina y Americana de Ricardo Levene y Ricardo Levene (hijo)

Con nuevos refuerzos, López pasó al ataque, mientras el general Martín Rodríguez y el teniente coronel Juan Manuel de Rosas se volvían a Buenos Aires, abandonando a Dorrego. De todos modos, recibió algunos refuerzos, por lo que decidió dar batalla en su propio campamento, en el lugar llamado Gamonal.
La batalla del 2 de septiembre fue una brillante victoria de López, que puso en acción una fuerza más o menos equivalente a la de Dorrego. Con ellos logró envolver a las tropas porteñas hasta obligarlas a retirarse. La persecución fue terriblemente sangrienta, hasta llevar a López a ordenar suspenderla, impresionado por ver correr tanta sangre en una guerra civil: en total murieron 320 hombres del ejército porteño.
La batalla obligó a los porteños a olvidarse de atacar Santa Fe, y pocos meses después, el Tratado de Benegas sellaba (a través de la garantía personal de Juan Manuel de Rosas de entregar 20.000 cabezas de ganado vacuno) la paz entre Buenos Aires y Santa Fe hasta 1838, año de la muerte de López. Dorrego fue reemplazado como gobernador de la provincia de Buenos Aires, y durante los años siguientes ésta será gobernada por el partido unitario, hasta el regreso del propio Dorrego al poder, en 1827

El Tratado de Benegas se da en el contexto de la crisis del año 1820, la disolución del estado nacional como consecuencia de la derrota del gobierno directorial por los caudillos litoraleños Lopez y Ramírez. Con el Tratado de Pilar se produce un intento de organización institucional, por que se decide convocar a un congreso en la ciudad de San Lorenzo, a donde las provincias va a mandar un diputado para organizar un gobierno bajo la forma federal.
En la parte secreta de este tratado, Buenos Aires se compromete a enviar armas, municiones y su escuadra a Entre Ríos para usarlas en contra de una posible invasión portuguesa, esta parte se cumple, pero Ramírez en vez de usar estas armas contra los portugueses las usa en contra de Artigas, a quien derrota y expulsa de Entre Ríos.
La crisis del Estado central deja una provincia con aspiraciones de hegemonía, Córdoba, sus aspiraciones se basan en su importancia demográfica tenía setenta y cinco mil habitantes, después de Buenos Aires era la provincia más poblada, además debido a las circunstancias de su separación Córdoba se ha quedado con una parte importante del antiguo ejército nacional, Córdoba se separa del gobierno central luego de que él ejército del Norte se subleva en Arequito ( 7 de enero de 1820) y se niega a intervenir en la lucha contra los caudillos del Litoral. Conducido por jefes cordobeses Paz y Bustos el ejercito se instalo en Córdoba y el segundo de los nombrados ejerció el gobierno de la provincia, este grupo va ejercer una política más ambiciosa, va buscar organizar un poder central, que reflejase la perdida de poder y prestigio de Buenos Aires como consecuencia de la crisis de 1820 Córdoba decide intervenir en el conflicto de las provincias del Litoral, nombrando una diputación mediadora para que esta trate de lograr la paz entre Buenos Aires y Santa Fe, a tales efectos son designados los Dres. J. S. Allende y L Villegas.
Buenos Aires surge de la crisis de 1820 como una provincia más, esta crisis ha enfrentado en Buenos Aires a la vieja clase política que dirigió el gobierno central con un partido popular urbano con respaldo militar formado en la oposición al régimen directorial. Pero la vieja oposición se entiende mal con los caudillos litoraleños ante los cuales plantea exigencias inadecuadas a quienes hablan en nombre de los vencidos, en cambio la vieja clase política actuara con astucia, frente a los vencedores litoraleños se mostrara servicial, y buscara dividir a sus rivales del partido popular urbano oponiendo a la figura de Soler la de Dorrego.
El resultado era dudoso pero finalmente los sectores económicos altos se deciden y vuelcan su poder para resolver el conflicto y las milicias rurales de la zona ganadera dirigidas por Rosas eliminan la rebelión de las milicias urbanas en contra del gobierno de Martín Rodríguez en octubre de 1820Cual era ese sector dirigente, que aparece en el primer plano en las horas críticas de 1820, son las clases poseedoras, grandes comerciantes nativos y extranjeros, hacendados predominantes nativos, que luego volverán a un segundo plano, algunos acompañaran la gestión de gobierno desde la legislatura, los más preferirán intervenciones aun más discretas en el manejo de la cosa pública, esta será dirigida por los notables urbanos del foro y de la iglesia. A este sector gobernante se lo denominó el Partido del Orden, por que había superado la anarquía del año 1820.
Martín Rodríguez el nuevo gobernador de Buenos Aires buscara afirmar su poder neutralizando la resistencia de Ramírez, Alvear y Carrera, y para ello era fundamental una alianza con López y Bustos El grupo porteño quería la paz, por que la guerra producía ingentes pérdidas económicas, Santa Fé se había convertido en una muralla que impedía él tráfico comercial con el interior del país, además las incursiones de las fuerzas de una y otra provincia sembraban desolación y destruían los escasos recursos económicos de las provincias.
Los mediadores cordobeses llegan a Rosario el 17 de octubre donde se encontraba el gobernador López, con quien de inmediato se ponen en comunicación y en el oficio que el 18 de octubre dirigen al gobierno de Buenos Aires, le comunican que el gobernador de Santa Fe está dispuesto a negociar la paz con Buenos Aires.
Los comisionados cordobeses, anuncian a su gobierno que continuaran su viaje a Buenos Aires, pero resuelven detenerse en San Nicolás a la espera de las contestaciones que a sus oficios deben dar las autoridades de la provincia.
La Junta de Representantes de Buenos Aires acepto la mediación cordobesa y designan dos representantes con las siguientes instrucciones, se debía eliminar a Sarratea, Carrera y Alvear de toda intervención en las relaciones entre Santa Fe y Buenos Aires, no sería admitida la entrega de armamentos, dinero, ni artículos, ni tampoco cualquier indicación sobre la forma de gobierno de las Provincias Unidas o de las provincias en particular.
11 de noviembre de 1820 se entrevistaron Estanislao López y Martín Rodríguez en la estancia ¨ La Esperanza¨ propiedad de la familia Insaurralde ubicada en el confín oeste de nuestro partido en la ciudad de Conesa.
Los representantes de las tres provincias sé reunen por primera vez en la estancia de Benegas el 16 de noviembre y el día 20 resuelven un armisticio por un plazo de veinte días en los que deberan estar sancionados los tratados de paz y ratificados por las autoridades.
El armisticio es cuestionado por el Gobernador Rodríguez, quien exige un tratado definitivo, a cuyo efecto se traslada a la Estancia de Benegas, a donde concurre también Estanislao López, para convenir las condiciones del tratado definitivo de paz.
Finalmente el 24 de noviembre de 1820 en la estancia del ¨ finado Tiburcio Benegas a las márgenes del Arroyo del Medio¨ como reza el texto del convenio se firma, lo que se denomino un tratado de paz perpetua entre la provincia de Buenos Aires y Santa Fe.
Tiburcio Benegas era un militar y estanciero nacido en Rosario de Santa Fe, que tuvo destacada actuación política en nuestra ciudad, desempeñándose como Alcalde de Santa Hermandad en 1787 y 1802. Después fue capitán de caballería de Buenos Aires en 1803 revistando en el regimiento Nª 4. Estuvo casado con doña Basilia Morcillo y falleció en el año 1820. Inmediatamente después de concertado el pacto, Rosas firmó y entregó en San Nicolás un documento, garantizado por la comisión mediadora de los diputados de Córdoba, por el que ofrecía en nombre de los hacendados bonaerense un donativo de veinticinco mil cabezas de ganado de todas las edades, puesta en el arroyo del Medio que van a empezar a integrarse a los tres meses del 24 de Noviembre.
Rosas en nota a Martín Rodríguez explica su actitud afirmando Santa Fe nada tenía en su campaña, si no escombros, miseria y habitantes aguerridos, rivalizados con Buenos Aires, Santa Fe en armonía paz y amistad es una columna del orden en nuestra provincia; por el contrario en guerra o en tregua presenta un punto de apoyo a los descontentos, perturbadores, sediciosos, es en suma la columna para la anarquía en Buenos Aires”.
A fines de 1823, López reconoce que no solo recibió la cantidad comprometida, sino 5416 cabezas más de lo estipulado. En ese tratado Buenos Aires y Santa Fe se comprometen a enviar diputados al Congreso constituyente de Córdoba, pero a diferencia del Tratado de Pilar y de otros tratados interprovinciales posteriores no se hace referencia a la forma federal de gobierno.
Este tratado tuvo importantes consecuencias políticas, así como el tratado de Pilar deshizo la alianza entre Artigas y Ramírez, lo pactado en Benegas provoco la ruptura entre López y Ramírez sellando la suerte de este último. Buenos Aires surge de la crisis de 1820 como una provincia más, sin embargo la división de los vencedores mejora su perspectiva, el acercamiento a Santa Fe y Córdoba provocada por la amenaza de Ramírez y de Carreras constituye un desenlace feliz de una situación que se presentaba muy difícil.
La desaparición del Estado central ofrece a Buenos Aires beneficios inesperados, el fin del esfuerzo económico de la guerra de la independencia, la eliminación del costo económico de la administración del resto del país, mientras el principal recurso del Estado anterior la renta aduanera queda en manos de la nueva provincia. En febrero de 1821, Buenos Aires designa cuatro diputados para que la representen ante el congreso de Córdoba, y esos diputados son enviados hacia esa ciudad, luego de la muerte de Ramírez y Carreras queda despejado el panorama político y entonces los diputados porteños le anuncian a su gobierno que el congreso esta dispuesto a comenzar sus sesiones.
Ante esa circunstancia el Ministro de gobierno Bernardino Rivadavia se presenta en la legislatura bonaerense y hablando en nombre del General Martín Rodríguez, manifiesta que considera inconveniente la reunión del congreso de Córdoba, razón por la cual solicita de la legislatura que ordene el inmediato retorno de los representantes enviados por la provincia de Buenos Aires a Córdoba y previo a ese retorno se les ordene promover un pacto solemne que sellará un compromiso de ayuda entre las provincias firmantes, las cuales quedan comprometidas a organizarse interiormente y después se convocara a un nuevo congreso dentro del cual cada una de ellas estará representada por un número de votos que guarde relación con el volumen de la población que tienen y que por un año las provincias se entiendan por el sistema de pactos y que transcurrido ese lapso se reúnan en el lugar que dejen predeterminado los congresales de Córdoba.
Finalmente en virtud del tratado del cuadrilátero del 15 de enero de 1822 sancionado en la ciudad de Santa Fe, las provincias de Santa Fe, Buenos Aires Entre Ríos, Corrientes decidieron no adherir al congreso de Córdoba e inclusive la primera de ellas se comprometió a retirar su diputado de ese congreso y además las provincias firmantes se reservan el derecho a invitar a las demás a un congreso cuando lo crean conveniente.
De esta manera la dependencia económica santafesina la lleva a una alianza política con Buenos Aires y a lo que debe agregarse el hecho de que el gobernador de Entre Ríos Lucio Norberto Mansilla es un hombre vinculado a Buenos Aires lo que produce una nueva relación de fuerzas favorable a la hegemonía porteña
Como conclusión podemos decir que la consecuencia de estos hechos es el fracaso del intento de organización institucional previsto en el Tratado de Benegas, por que Buenos Aires no acepto que el eje del proceso de reorganización institucional pasara por la ciudad de Córdoba.

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