Egipto - Geografía Humana
- Berberes
- Camitas
- Hicsos
- Semitas
Los Bereberes habrían surgido de los primeros y antiguos habitantes de Africa del Norte, durante los períodos paleolítico y neolítico, y se llaman Tuareg, Rif, Kabil, Shawia, Haratin, Sluh y Beraber. Cada uno habla diferentes dialectos, y se los ubica todo a lo largo y ancho de Africa del Norte, también en Africa occidental. Los tuaregs, que serían unas 900 mil personas, desde Sahara Occidental y desde el sur del Río Níger (hoy Nigeria) hablan el Tamashek. El nombre “Berber” viene del nombre con que eran designados por los romanos, bárbaros. La historia del pueblo Bereber en Africa Norte es extensa y diversa. Sus antepasados más antiguos se establecieron al este de Egipto. Son muchos los testimonios de textos griegos, romanos y fenicios que hacen mención de este antiguo pueblo. En realidad, Berber es un nombre genérico dado a numerosos grupos étnicos heterogéneos que comparten prácticas culturales, políticas, y económicas similares. Los Bereberes han vivido en el norte de Africa desde el oste de Egipto hasta el Oceáno Atlántico y por toda el área comprendida. Frecuentemente numerosas culturas han hecho referencia sobre los Bereberes: en el antiguo Egipto, Grecia, y fuentes romanas. Los grupos Bereberes fueron los primeros mencionados en la escritura de los antiguos egiptos durante el Período Predinastico. Muchos egiptólogos piensasn que desde aproxidamente el año 945 A.C. los egipcios fueron influenciados por los emigrantes Meshwesh, los cuales fundaron la Veintesegunda Dinastia (XXII), empezando así un largo período de influencias Bereberes en Egipto, de todas maneras otros posibles origenes para estas dinastias, como por ejemplo los Nubian. La etimología de la palabra es clara: procede de la voz griega barbaroi o bárbaros, con la que se aludía despectivamente a los pueblos incultos. Los árabes heredaron de griegos y romanos esta denominación y llamaron a los pueblos norteafricanos barábir, plural de barbar, de donde procede la palabra española b. Ellos no emplean este término y se designan a sí mismos con el nombre de sus tribus o se valen del vocablo amazig, plural imazigen, que significa hombre libre; su femenino, tamazigt, la libre, se aplica a la lengua.
Más o menos al mismo tiempo que se asentaban las bases de la civilización en Mesopotamia, una civilización de similares características comenzó a formarse en torno al río Nilo.
Muchos afrocentristas insisten en que los antiguos egipcios eran africanos negros, a menudo haciendo énfasis en que esta identidad negra era mayor en la historia temprana de Egipto, antes de la llegada de otros pueblos desde Asia.
La mayoría de los antropólogos y genetistas disienten de esta hipótesis y consideran que los negros africanos son parte de una rama humana distinta de los antiguos egipcios, los cuales comparten muchas características culturales, genéticas e históricas con otros grupos de la ribera del Mediterráneo.
No es fácil saberlo; en algún momento de este incierto periodo, algún grupo o grupos dieron el paso definitivo. En consecuencia los primitivos egipcios aprendieron a asociarse, al darse cuenta de que el trabajo resultaba más gratificante en colectividad, por lo que comenzaron a levantar rudimentarios diques o para regular las aguas y a almacenar los excedentes del grano para los años de escasez
Hace más de 10.000 años, el Valle del Nilo era una zona pantanosa, por lo que los primeros habitantes de Egipto ocuparon, probablemente, las zonas mesetarias que flanquean el valle por oriente y poniente. Estos altiplanos no constituían los grandes desiertos que hoy conocemos, sino que eran enormes extensiones de boscajes y vegetación.
Los primeros pobladores del Valle del Nilo fueron los camitas y semitas, que se asentaron en las orillas del río y construyeron poblados de agricultores y ganaderos. Las zonas habitadas fueron dos, que darían origen a los dos focos de cultura más importantes: la zona alta del río, al sur (restos de Deir Tassa) y la zona baja, en el delta (Merimde beni Salome).
Las culturas del delta, que habían desarrollado una civilización más avanzada eran llamados adoradores de Horus. Estos se opusieron a los adoradores de Seth, que habitaban el curso alto del río. A este período se debe la invención de la escritura jeroglífica, el calendario y el culto a los muertos con la consiguiente aparición de las pirámides y las mastabas escalonadas.
Los adoradores de Horus no mantuvieron la unidad de Egipto y éste quedaría dividido en Alto Egipto y Bajo Egipto, hasta que los caudillos Narmer y Aha lo unificaron definitivamente, gracias al matrimonio entre Aha y la heredera del delta.
La cultura norte-africana comenzó a evolucionar a partir del 10.000 a.C., no solo coincidiendo con el final de la última glaciación, sino precisamente debido a ese hecho En el Paleolítico el hombre no cultivaba aún el basto oasis de las tierras cultivables, sino, a juzgar por los hallazgos de utensilios de pedernal, la meseta desértica que se extiende a ambos lados del valle del Nilo.
El valle fluvial, propiamente dicho, era aún pantanoso e inhabitable, los bordes del valle, hoy desecados y pelados con excepción de algún oasis residual, se convirtieron en sabanas gracias al agua aportada en los períodos lluviosos, y ofrecieron a los cazadores un botín precioso de an../imales. Cuando al intensificarse la sequedad, bajó el nivel del agua, se abrió en el río un cauce profundo entre las rocas calizas y el limo acarreado en el curso de las crecidas anuales se depositó uniformemente en las orillas, formando diques naturales.
El hombre siguió a las aguas en descenso, y hoy podemos seguir su camino hasta el período Neolítico guiándonos por los hallazgos de picos, raederas etc.
El hombre del Paleolítico utilizó también como zona de ocupación y provisión de alimentos los valles de los afluentes del Nilo, con su abundante fauna y vegetación, valles hoy convertidos en uadis desecados.
La población predinástica varía mucho del Alto al Bajo Egipto. En el Alto Egipto eran tribus nómadas de raza camita primitiva que importaron su cultura al valle con ellos. Menos homogénea es la población campesina establecida en el Bajo Egipto, mezcla de tribus africanas e inmigrantes palestinos y sirios. Esta fusión se refleja en las más antiguas manifestaciones de la escritura egipcia que, en su léxico y en sus formas lingüísticas, asocia elementos semíticos a una raíz camita.
Los primitivos habitantes del valle del Nilo vivían desnudos, tatuados y pintados como la generalidad de las tribus neolíticas europeas. Este hábito se conservó mucho tiempo en las clases bajas, así como la costumbre de acentuarse las líneas de las cejas y los párpados con kohol perfumado, que podemos ver en los frescos de los templos faraónicos.
Pueblo de piel oscura que vive sobre todo en África donde ha logrado crear a lo largo de la historia culturas tan importantes como la antigua egipcia. Aunque aún no se haya probado suficientemente, la cuna de los pueblos c. parece estar en el sudeste de Asia, sur de Arabia o territorios al O del golfo Pérsico. Desde allí, a consecuencia de la presión de tribus procedentes del Norte, debieron emprender la marcha hacia poniente llegando a las regiones del nordeste y este de África, desde donde se esparcieron siguiendo rutas distintas por diversos territorios africanos.
Las emigraciones más primitivas, las dé los llamados protocamitas, empezaron probablemente durante el Paleolítico superior; de su mezcla con los sudaneses, en época posterior, se originaron las tribus bantú en una región situada hacia el NE del distrito de los Grandes Lagos. Estas primitivas emigraciones protocamitas se extendieron por la mitad meridional de África, a lo largo de una linea ideal de unión de las costas del golfo de Guinea con el mar Rojo. Su cultura era muy rudimentaria, con una agricultura incipiente y algunos animales domésticos.
Nilo-Camitas que ocupan la vasta región de África Oriental, en los territorios actuales de Kenia, Uganda y Tanzania. Forman parte de este grupo los masai, tur- kana, samburo, borana, rendile, pokot y karimoyón.
Dentro de los camitas se incluyen los famosos fellahin (agricultores), los coptos (cristianos de rito griego, que hacen remontar sus orígenes a los antiguos faraones), y otros tantos procedentes del sur, que se introdujeron con las razas etiópicas o sudanesas. Entre el fellah y el copto existen grandes diferencias sociales. El fellah, también llamado campesino u obrero, es la clase menos privilegiada; justamente lo contrario que el copto, burgués, dueño, empleado o comerciante, pero nunca peón, ni trabajador del campo.
Las causas de la invasión hicsa: esta gente asiática fue empujada por los hititas, se puede hablar de lenta penetración hicsa siendo pacífica durante el Reino Medio y comienzos del Segundo Periodo Intermedio, buscando trabajo y modos de vida, esta penetración se incrementó en época de debilidad de las D.XIII y XIV. Posiblemente fueran semitas mezclados con indoeuropeos; para Flavio Josefo eran israelitas. El fenómeno de la toma del poder está en relación con la expansión hurrita en Asia aunque no existen datos. El papel de los hicsos fue importante por que demostró la fuerza de la cultura egipcia, que fue capaz de asimilarlos, pero también su debilidad, demostrando la debilidad de la frontera oriental que el Reino Nuevo reforzaría. Su mayor aportación fue la apertura del país floreciendo las artes y las letras, se extendió el uso del bronce e introdujeron novedades en el arte bélico como el carro de guerra, la armadura de escamas, el arco compuesto las hachas de tubo, los cascos de cuero y los alfanjes. Su principal ciudad fue Avaris en el delta fundada por su primer rey Salitis que con sus sucesores dominaron los nomos orientales mientras que los occidentales siguieron bajo la D.XIV. Se ha llegado a la conclusión de que estos extranjeros son una extensión geográfica de la cultura Fenicio-Palestina en la época del bronce medio. El historiador y sacerdote egipcio, Manetón, se refirió a la invasión de los hicsos, llamándolos mal nacidos, acusándolos de asesinar ancianos, someter a niños y mujeres como esclavos, quemar ciudades y destruir templos. Primero se apoderaron de la zona del Delta, y luego se dirigieron hacia el Sur, llegando al Egipto Medio y a Hermópolis. Según la reconstrucción convencional de la historia de Egipto, los hicsos fueron el grupo dominante de Egipto, constituyendo las dinastías XV y XVI, en una fecha que varía con los autores (1650-1542, Gran Enciclopedia Rialp). El término hicsos proviene de Maneto, y su traducción del egipcio es «soberanos de países extranjeros» («hk,. w,sw.t» = Hekayesut). Por lo general se acepta que Jacob y sus hijos se establecieron en Egipto durante la dominación de los hicsos. Sin embargo, la cronología convencional de Egipto está sujeta a grandes problemas, uno de los cuales lo ha constituido el de la identificación de los hicsos. Autores como Velikovsky y Courville han llegado, tras un cuidadoso análisis de fuentes literarias, históricas y monumentales, a identificar a los hicsos con los amalecitas. Hay varios elementos que permiten llegar a esta identificación Hay autores, como el controvertido escritor, Immanuel Velikovsky, que sostienen que los hicsos ingresaron en el 1441 a.C, cuando se había producido el éxodo de los judíos de Egipto, identificando a los hicsos con los amalecitas. Otros, la mayoría, aseguran que los hebreos ingresaron a Egipto durante el dominio de los hicsos, y aún hay quienes sostienen que el éxodo judío sería coincidente con la expulsión de los hicsos del Imperio. Los invasores tomaron algunas costumbres de los egipcios, como por ejemplo, el idioma, y las manifestaciones artísticas, a las que aportaron el laúd y la lira. Se introdujo durante esta época el trabajo del bronce y el uso del torno en la alfarería. El arte de la guerra se profundizó en calidad, surgiendo una nobleza guerrera, y adoptando el uso de equinos, el carro de combate y el doble arco. La confusión no solamente en la historia egipcia antigua, sino también entre sus intérpretes modernos, además de la incertidumbre en cuanto al orden de las dinastías, dificulta mucho el sacar conclusiones concretas acerca de la validez del “periodo de los hicsos”. Puesto que el que José fuera elevado al poder y los beneficios que eso supuso para Israel fueron por providencia divina, no hay razón o necesidad de buscar lo de “reyes pastores” amigables.(Gén.45:7-9)Pero es posible que el relato de Manetón, el fundamento de la teoría de los “hicsos”,simplemente represente una tradición falseada surgida de los esfuerzos egipcios anteriores por justificar lo que aconteció en su país durante la residencia de los Israelitas en Egipto. Los hebreos están incluidos lingüísticamente en el grupo semita, expresión empleada durante la segunda mitad del siglo XVIII para definir a los pueblos mencionados en la Biblia como descendientes de Sem, el hijo primogénito de Noe. Probablemente procedían de África y se establecieron en el Próximo Oriente cruzando Egipto hacia el V m.a.C. Hay noticias de sus movimientos sobre el III m.a.C. en la zona sirio-palestina, donde eran considerados una amenaza por sus incursiones y saqueos a las poblaciones de esa zona y también hay noticias de su asentamiento en la zona Mesopotámica a finales del III m.a.C., con ocasión del derrumbamiento de la III dinastía de Ur. La ascensión de José a la posición de gobernante (Gén.41:39-46;45:26);el cambio profundo que trajo su administración, que resultó en que los egipcios vendieran sus tierras e incluso se vendieran ellos mismos al Faraón (Gén.47:13-20);el impuesto del 20% que ellos posteriormente pagaron de sus productos (Gén.47:21-26);los doscientos quince años de residencia israelita en Gosén y el hecho de llegar a exceder, en número y fuerza a la población nativa, según declaración del Faraón (Éxo.1:7-10,12,20);las diez plagas y la devastación que estas produjeron no solamente en la economia egipcia sino incluso en sus creencias religiosas y en el prestigio de su sacerdocio (Éxo.10:7;11:1-3;12:12,13);el éxodo de Israel después de la muerte de todos los primogénitos de Egipto y la posterior destrucción de lo mejor de las fuerzas militares de Egipto en el mar Rojo (Éxo.12:2-38;14:1-28);todas estas cosas produjeron un tremendo efecto en el país, por lo que ciertamente se requería algún intento de explicación por parte del estamento oficial egipcio.
De la parte de Oriente, se produjeron infiltraciones permanentes a través de dos vías básicas: El Delta oriental y la prolongación natural del pasillo sirio, a lo largo del Mediterráneo, puerta abierta a todas las razas y pueblos cuya procedencia última tendría su origen, de una parte, en el Asia central y las áreas mesopotámicas y, de otra, en las orillas ribereñas con el Mar Rojo a las que accedían gentes a través de la península del Sinaí, procedentes de la actual península arábiga. Sus accesos eran los diferentes Uadis (principalmente por el Uadi Hammamat y el Uadi Baramiya) que conducían directamente a la orilla oriental del río. Sus razas serían de esencia semita.
El valle y el delta fueron el crisol donde todas estas aportaciones sanguíneas de origen Hamito-Tchadiano-Berebero-Semítico se amalgamaron formando un nuevo genotipo: la raza egipcia. Dos variedades fenotípicas se dieron en ella:
Las gentes de piel aceitunada, ojos marrones de diverso tono (del claro al oscuro) con cabellos lacios castaños y negros, habitaron el norte del país. Ascendiendo por el Nilo hacia el sur, el color de la piel se oscurecía progresivamente, los ojos eran negros y los cabellos se hacían más crespos y ensortijados. Los primeros eran de constitución robusta y talla media. Los segundos eran más altos y estilizados y sus miembros más finos y largos. Los rostros de todos ellos mostraban perfiles y rasgos orientales o negroides según sus diferentes ascendencias y constituciones sanguíneas.
Desde un punto de vista racial, los s. tienen rasgos físicos muy típicos: estatura media, cráneo alargado (dolicocéfalo), aunque en algunos de sus pueblos (particularmente los hebreos y acaso también los fenicios), a causa de la mezcla con otros de raza distinta parecen tener proporciones considerables de cráneos braquicéfalos; tez blanca, pero no demasiado clara, ojos y pelo oscuros, así como la nariz de una forma especial (perfil semejante a un seis) y lóbulos muy pronunciados, aunque esto último parece que se debe al mestizaje.
Todos los pueblos semitas tienen en común una profunda religiosidad. Fueron los semitas quienes difundieron las tres grandes religiones monoteístas del mundo, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Dado que el cristianismo se ha convertido en una religión universal que apenas es profesada por los semitas, el origen lingüístico común es el rasgo fundamental que los caracterizó.