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Grecia - Inventos

alfabeto griego

Entre los años 1000 y 900 a.C. los griegos habían adoptándola variante fenicia del alfabeto semítico y a sus 22 consonantes habían añadido dos signos. Después del año 500 a.C. el griego ya se escribía de izquierda a derecha. Su alfabeto se difundió por todo el mundo mediterráneo y de él surgen otras escrituras como la etrusca, osca, umbra y romana. Como consecuencia de las conquistas del pueblo romano y de la difusión del latín, su alfabeto se convirtió en el básico de todas las lenguas europeas occidentales.
En torno al año 1500 a C surgió en el ámbito de la cultura semita, probablemente en Siria, la escritura alfabética.
Fue utilizado por numerosos pueblos antiguos y, posteriormente, permitió a los fenicios crear su alfabeto – antecedente de todos los modernos – , que desarrollaron y difundieron por los países a que llevaron su civilización. Los signos del alfabeto fenicio, como los de todas las lenguas semitas, solo representaban las consonantes. Los griegos que lo adoptaron hacia el año 800 a C, añadieron la representación de vocales. Todos los alfabetos posteriores proceden del semita o del griego, y en ellos se emplearon un número de letras que oscilaba entre 20 y 30. En la primitiva escritura griega se utilizaban solamente letras mayúsculas; posteriormente se introdujeron las minúsculas.
Ya en el siglo IV de la era cristiana, la roma imperial utilizaba una escritura corrida en la que se mezclaban las mayúsculas con letras minúsculas cursivas. Este sistema supuso una gran reducción de signos con respecto a las demás escrituras, ya que la silábica constaba de cerca de 90 símbolos, la cuneiforme de 700 y la china cerca de varios miles de símbolos.

El corset ha sido el símbolo de seducción por excelencia.
Era la prenda íntima que se escondía debajo de los pesados vestidos para resaltar el busto y acentuar la cintura de avispa que exigía la época. El origen de esta prenda se remonta al siglo II A.C., cuando antiguas civilizaciones, en especial los primitivos habitantes de la isla de Creta y luego paso a Grecia continental, usaron el corset como medio para destacar la figura perfecta en las mujeres.

La palabra geografía, o “descripción de la tierra” fue creada por el griego Eratóstenes en el tercer siglo antes de Cristo. Sin embargo, esta disciplina va más allá de la mera descripción de los fenómenos y de su distribución en la tierra; es una ciencia social que busca explicar el por qué de esta distribución. Además, dada la variedad de conceptos y métodos que utiliza, los cuales pertenecen tanto al campo de las ciencias naturales como al de las ciencias sociales y las humanidades, la Geografía constituye un conjunto integrado que tiende a reducir la distancia entre las ciencias sociales y las otras ramas del saber. Eratóstenes también hizo sorprendentemente una medida exacta de la circunferencia de la Tierra como 250000 grados, la distancia al sol como 804000000 grados y la distancia a la luna como 780000 grados Media la inclinación del eje de la Tierra con gran exactitud obtuvo el valor de 23ª51’15’’. Compiló un catálogo de las estrellas en el cual contenía 675 estrellas.
El logro más importante de Eratóstenes fue el de calcular por primera vez el diámetro terrestre. Para cual comparó la sombra proyectada por el sol durante solsticio de verano en dos sitios distantes: Siena y en Alejandría.
El ángulo de los rayos de sol, proyecta sombras de diferente longitud, de manera tal que esto le permitió determinar que la distancia angular de estos dos puntos respecto a la circunferencia terrestre era de siete grados. Basándose entonces, en que la distancia entre ambas ciudades era (a medidas actuales) de 800 km., estimó la longitud de la circunferencia con notable exactitud.

Los griegos también desarrollaron la Heliografía, que no eran más que un mecanismo óptico basado en unos espejos sobre los que se reflejaba la luz del sol. El mensaje se podía descifrar en función de la intensidad y la cadencia con la que se reflejaban los rallos. Este sistema fue ampliamente utilizado hasta varios siglos después.
Hacia los años 360 Ac fueron creados los Telégrafos de agua. La idea consistía en tapar y destapar una serie de barriles llenos de agua hasta determinado nivel en función del tipo de mensaje que se quisiera mandar. En los años 150 Ac habían acerca de 3000 redes de telégrafos de agua alrededor del imperio Romano.

El término “artillería” designa genéricamente a las máquinas pesadas encargadas de lanzar proyectiles a propulsión mecánica, lo que ahora conocemos con el nombre genérico de “catapultas”. Cuando se inventaron los cañones, se siguió utilizando este término para nombrar a las máquinas lanzadoras de proyectiles, ya de propulsión a pólvora.
Hay dos maneras de utilizar las armas en la artilleria:

  • La Ballista era una enorme máquina capaz de lanzar proyectiles de piedra de hasta 45 kilos de peso. Se utilizaba para batir fortificaciones enemigas. Tenía un alcance máximo de unos 180 metros. Ilustración de Peter Connolly.
  • El Escorpio era una máquina más pequeña, lanzaba grandes dardos con punta de hierro con enorme fuerza y temible precisión. En Avarico, los artilleros romanos que manejaban los “escorpiones” se especializaron en “cazar” uno a uno a todo galo que tuviera la mortal idea de asomar la cabeza sobre las murallas, provocando el pánico entre los defensores de la ciudad. Era tan increíble su precisión que los galos llegaron a creer que estaban manejadas por seres sobrenaturales en lugar de por legionarios. Su alcance máximo era de unos 400 metros. César fue el primer general que utilizó la artillería masivamente en campo abierto. Primero en Avarico y después en Alesia, los artilleros de César tuvieron un papel fundamental en el combate, destrozando las líneas enemigas con una lluvia constante y precisa de todo tipo de proyectiles.

Arquímedes para calcular el área encerrada por ciertas curvas modificó los métodos de cómputo al uso y obtuvo un sistema parecido al cálculo integral. Y eso casi dos mil años antes de que Isaac Newton in­ventara el moderno cálculo diferencial. Si Arquímedes hubiese conocido los números arábigos, en lugar de tener que trabajar con los griegos, que eran mucho más incó­modos, quizá habría ganado a Newton por dos mil años. Arquímedes aventajó también a sus precursores en audacia. Negó que las arenas del mar fuesen demasiado numerosas para contarlas e inventó un método para ha­cerlo; y no sólo las arenas, sino también los granos que harían falta para cubrir la tierra y para llenar el uni­verso. Con ese fin inventó un nuevo modo de expresar cifras grandes; el método se parece en algunos aspec­tos al actual.
Lo más importante es que Arquímedes hizo algo que nadie hasta entonces había hecho: aplicar la ciencia a los problemas de la vida práctica, de la vida cotidiana. Todos los matemáticos griegos anteriores a Arquímedes —Tales, Pitágoras, Eudoxo, Euclides— concibieron las matemáticas como una entidad abstracta, una manera de estudiar el orden majestuoso del universo, pero nada más; carecía de aplicaciones prácticas. Eran intelectua­les exquisitos que despreciaban las aplicaciones prácti­cas y pensaban que esas cosas eran propias de merca­deres y esclavos. Arquímedes compartía en no pequeña medida esta actitud, pero no rehusó aplicar sus cono­cimientos matemáticos a problemas prácticos.

Durante el milenio anterior a Cristo el centro de la civilización pasó de Egipto a Grecia, donde nacerán los conceptos de la medicina racional y de la ética médica como parte integrante de la búsqueda del hombre por la verdad objetiva. Los griegos metódicamente utilizaron la matemática egipcia y la astronomía babilónica para fundamentar la filosofía y la lógica de la medicina griega.
Los precursores de los médicos fueron los propios guerreros. Ya durante las guerras se aplicaban los conceptos médicos básicos y según cuenta la historia los guerreros eran hábiles en extraer puntas de flecha, detener las hemorragias y aplicar un bálsamo. El propio Aquiles, según cuenta la leyenda, fue iniciado en las artes médicas por un sabio centauro llamado Quirón.
Los médicos guerreros conocían huesos, articulaciones, músculos y tendones y ya habían hecho observaciones sobre las consecuencias de las heridas en diferentes zonas del cuerpo, pero no fueron tantas las observaciones sobre supuraciones, fiebre, tétanos y gangrena.
Los pioneros de la medicina racional fueron los antiguos filósofos griegos que procuraban explicar el universo mediante el raciocinio. Fueron los primeros en conjeturar que los acontecimientos naturales no eran milagros ni hechos mágicos sino explicables por sistemas de leyes inmutables.
Hipócrates (nace hacia el 460 a C.). Sus escritos y los escritos de sus muchos discípulos dan forma al “Corpus Hipocraticum” o Escuela Hipocrática. Cuando hablamos de Hipócrates nos referimos a esta Corpus Hipocraticum. Los tratados que integran la Colección Hipocrática, lejos de estar escritos por un solo autor, proceden de <> distintas y de épocas diferentes, aunque en su mayoría corresponde a los siglos V y IV a. C. y a las escuelas de Cnido y Cos.
Para los hipocráticos, la “hygieie” (salud) es el más alto de los dones. Para entender el concepto de enfermedad en la mentalidad hipocrática es preciso conocer lo que entienden por physis o naturaleza pues, para ellos, <>.
Para un hipocrático lo importante es la armonía con la naturaleza y todas las enfermedades consisten en desórdenes de la naturaleza. La protagonista de la curación es la naturaleza y es ella misma la que espontáneamente recobra su armonía y resurge la curación; o el médico debe intervenir para ayudar a llevar a cabo lo que la naturaleza no es capaz de realizar por si sola. El hipocrático intenta individualizar el tratamiento, según la constitución del enfermo, la edad, la estación del año y el momento. Hay enfermos, no enfermedades. El principio básico de la terapéutica hipocrática era la <>, que el médico se limitaba a favorecer mediante la <> – no reducida a la alimentación, sino entendida como régimen de vida – los fármacos, y la cirugía.
Entre las indicaciones terapéuticas se encuentran además de la dietética o regulación de la alimentación, la farmacoterapia y la cirugía. También el ejercicio, la actividad profesional y las costumbres sociales. Todo ello es “diaita”, dieta. La dieta abarca no solo la alimentación sino el régimen o forma de vida. Según Honorio Gimeno, en la medicina hipocrática se preconiza de preferencia el empleo de la influencia psíquica y de medios dietéticos como régimen de vida. La enfermedad se produce “a través del desarreglo dietético
El nacimiento de la medicina como un saber técnico como lo conocemos hoy en dia, como téchne iatriké, como arts medica, es el acontecimiento más importante de la historia universal de la medicina. La total elaboración de esta primera medicina científica, que llamamos medicina hipocrática, duró alrededor de trescientos años a partir del siglo VI a.C. Esta hazaña consistió en substituir en la explicación de la salud y enfermedad todo elemento mágico o sobrenatural por una teoría circunscrita a la esfera del hombre y la naturaleza.
Hechos de observación interpretados racionalmente en el marco de esa teoría, conforman la base de este nuevo saber. En efecto, lo esencial en una ciencia es un sistema teórico que, en una ciencia empírica, relacione los hechos de observación, los explique y así, a partir de ciertas condiciones, permita predecir un estado de cosas. Pero ¿acaso la explicación mágico-religiosa no tiene los atributos de una tal teoría? ¿En qué se apartan una de otra? Difieren en que la explicación mágico-religiosa es inmutable e irreproducible, tiene el carácter de verdad absoluta. El sistema teórico de una ciencia, en cambio, es siempre hipotético, puede en sí investigarse y modificarse, es una verdad provisional.
La medicina hipocrática nació de la filosofía y luego se separó de ésta, pero continuó ligada al saber general. Fue aquélla, por lo demás, la primera ciencia aplicada en nacer. El hombre siguió concibiéndose de acuerdo con Demócrito, a saber, como el mundo en pequeño.

 La política, que dice relación con el ejercicio del poder, viene del griego “polis” o ciudad. Los padres de la política, son los griegos, y la cuna de la misma es la ciudad de Atenas. Ya en el siglo V a.d., los griegos practicaban la política. Donde el régimen imperante, era la democracia plena. O sea, el pueble, era quien manejaba los hilos de la nación. Es por ello que se crearon las Acrópolis, o ciudadelas, donde las personas del pueblo, tomaban en votación directa, las decisiones concernientes a la administración de la ciudad.

En nuestros días la palabra “teatro” reúne un conjunto de significados que van desde el edificio o lugar destinado a las representaciones de obras dramáticas hasta el lugar donde una cosa está expuesta a la consideración de la gente, pasando por el arte de componer obras dramáticas, el escenario o escena, el conjunto de obras dramáticas de un autor o, por último, la literatura dramática como género literario.
Si examinamos la definición que del mismo pueda dar una enciclopedia, veremos que “contemporáneamente su carácter se define por el hecho de pertenecer a la vez a las artes de actuación (música y danza) y a las artes de representación mimética (pintura, cine). Como la música o la danza se trata de un arte de la presencia viva y se fundamenta en la presencia de cuerpos humanos. Como la pintura y el cine apela a una ficción, a una ausencia, ya que estos cuerpos humanos representan personajes imaginarios, símbolos de una ausencia. El teatro es, pues, el punto de unión de estas dos categorías”.
El teatro occidental hunde sus raíces en la Grecia clásica, aquella que entre los siglos VII al V a.C. cimentó una grandeza cultural y artística.
El teatro nació de “algo” que no era teatro todavía: de unos festivales populares que poseían en estado latente los elementos que de a poco desembocarían en una de las mayores creaciones de la humanidad: ponerse ante sí mediante la representación. Si bien hay discusiones entre los filólogos y los críticos literarios, están de acuerdo en considerar que el teatro se cristalizó en las fiestas dionisíacas, que es el término ritual de la vendimia. Los hombres se reunían en grupos, se embadurnaban en rostro para disfrazarse, se lanzaban pullas unos a otros y formaban ruedo para entonar en coro un canto en honor a Dionisos. Estas fiestas eran de dos clases: rurales y urbanas. Las dionisíacas urbanas se realizaban en diciembre y las urbanas, en momentos diversos: las Antesterias (febrero-marzo), las Leneas (enero-febrero), las dionisíacas urbanas propiamente dicha, en el Elaphebolión (marzo-abril).Ya Aristóteles en su Poética establecía una doble vertiente para la creación del teatro, asignando como fuente, a la tragedia, los cantos ditirambos y a la comedia, los fálicos.
El ditirambo consistía en un canto en el que el coro alternaba con el corifeo, su conductor, y en que, con acompañamiento de flauta se cantaban las hazañas de Dionisos y más tarde la de otros dioses o héroes. Por otra parte, no hay que olvidar que, además del canto coral del ditirambo, el dios era seguido por el tiaso que consistía en su cortejo, de entre cuyos componentes, disfrazados y gesticulantes, bien pudo haber salido la criaturas de la escena dramática. En relación a este tema existe discrepancia.

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